Mariana Ditzel tenía 30 años, era oriunda de Comodoro Rivadavia y esperaba un trasplante de corazón con suma urgencia. Su familia intentó por todos los medios difundir el caso a nivel nacional y encontrar un donante a tiempo. Sin embargo, el lunes falleció.
La joven estaba primera en la lista de trasplantes de corazón del Incucai. Padecía una miocardiopatía dilatada no compactada y se encontraba internada en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires a la espera de recibir la noticia más feliz, la llegada de ese corazón que le permita seguir con vida.
El 14 de enero Mariana viajó a Buenos Aires para realizar una serie de estudios que tenía programados. Lo que iba a ser un viaje de rutina con solo dos días de internación, terminó en una arritmia que la llevaron a un paro cardíaco.
Sin embargo, lograron reanimarla y conectarla a un ECMO, una máquina que permite suplantar su corazón y sus pulmones. Ese mismo día entró en la lista de emergencia del Incucai y desde el 19 de enero pasó a emergencia nacional. Mariana estaba primera en la lista de espera, según A24.
En el medio de esa internación, la llegada de un medicamento desde Canadá, que se dejó de fabricar en el país, mantuvo con esperanza de que Mariana pudiera sobrellevar mejor su miocardiopatía, hasta esperar por un donante. De toda maneras, los médicos ya le habían advertido a los familiares de la joven que su trasplante seguía siendo urgente.
Mariana seguía sin mejorar y los doctores repetían que la “situación era delicada” cuando encontraron coágulos en el pulmón derecho que drenaban y aparecían de nuevo. “En estas condiciones hoy no puede recibir un órgano por la infección, sería muy riesgoso. Hay que controlar la infección para volver a estar en condiciones de que reciba un órgano”, explicaron.
La conmovedoras despedida de su novio
Renzo Mamani, pareja de Mariana, escribió unas conmovedoras palabras sobre toda la situación que vivieron en los últimos meses.
“Cuando nos enteramos de la enfermedad lloramos, lloramos muchísimo, me acuerdo muy bien el día. Te prometí que jamás te iba a dejar sola, te prometí que yo iba a ser tu escudo, me prometí a mi mismo que iba a hacer todo para que disfrutes al máximo cada momento, que jamás haya un “no” a algo en tu vida”.
Y finalizó: “Sé que sabías que vivía por y para vos, aunque no lo hablábamos, yo sé que lo sabías. Esperaba un ángel donante, y no me di cuenta que el ángel eras vos y que el milagro era que hayas vivido y compartido tu vida conmigo. Te amo”.
Ley Justina
En Argentina son 7.119 las personas que necesitan un órgano para salvar sus vidas y en lo que va de 2022 se realizaron 108 trasplantes. La denominada “Ley Justina” establece que todos los mayores de 18 años son donantes si no se expresa lo contrario, mientras que en menores de edad la decisión depende exclusivamente de los padres.
