Recuperar el territorio que se incendió tras el último episodio de Zonda en el pedemonte podría requerir hasta 4 décadas. En tanto, planificar la estrategia de recuperación llevará varios meses. Esta dio su primer paso ayer, con la salida del primer equipo de investigadores al campo para hacer una primera aproximación a partir de la observación.
“Nos pareció un paisaje dantesco”, expresó el ingeniero agrónomo Mariano Cony, investigador del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza) y experto en restauración ecológica y quien coordinará la estrategia.
“Hay extensas superficies quemadas, en el Arco era por parches”, explicó. Se refirió así a la diferencia entre este último hecho y el acontecido en 2018, también en el pedemonte y que afectó especialmente los cerros Arco y Gateado.
Este primer recorrido se hizo por la zona de El Challao, una de las que sufrieron daños que se estiman abarcaron unas 4.000 hectáreas de Las Heras y Luján.
Explicó que los parches quemados son más extensos que los que se observaron en el cerro Arco en el caso anterior, donde también coordinó la estrategia de restauración.
“Acá hay menos parches pero más grandes”, explicó. “En muchas plantas no encontrábamos ni un vestigio de hojas, en el Arco encontrábamos que quedaban hojas y las podíamos identificar por ellas, acá están solo los tallos y totalmente quemados, entonces nos parece que la intensidad del incendio ha sido mayor”, detalló. Lo hizo sin dejar de recalcar que se trata de una inspección “a vuelo de pájaro” para tener un primer pantallazo y que se requiere un proceso largo y más meticuloso para llegar a un diagnóstico y futuro plan.
“Vimos que en algunos casos se había cortado el tallo porque se transformó en cenizas, algunas directamente sin tallos que tenían solo 40 cm, eso no lo vimos en el Arco”, agregó el experto.
Explicó que en febrero o marzo evaluarán las raíces de las plantas lo que va a permitir saber cuales podrían rebrotar siguiendo su proceso natural y cuales podrían requerir una estrategia de restauración más planificada.
Contó además que en la reserva Divisadero Largo había varios chañares que parecían quemados pero al sacar parte de la corteza vieron que tenían material verde.
Respecto de los parches, habrá que analizar si tienen una vegetación homogénea en cada uno de ellos o es más bien diversa. En el primer caso el proceso es más sencillo mientras que en el segundo hace falta una estrategia más compleja ya que hay que adaptarla a los requerimientos de cada ejemplar
El equipo que llegó ayer hasta la zona está conformado por 2 investigadores del Instituto del Agua (INA), 4 del Conicet y 1 de la Universidad Nacional de Cuyo. Son los mismos que el próximo lunes harán un recorrido similar por la zona de Luján que resultó afectada.
Por otra parte, se aguardaba la imagen satelital que permitirá tener un detalle más exacto de las hectáreas y zona dañada. Esta se obtuvo hoy y está en análisis.
Daños y recuperación tras los incendios
Los incendios provocados por el intenso viento Zonda el sábado 28 y domingo 29 de octubre en el pedemonte fueron los más grandes y graves en 20 años. Aunque por la cercanía del hecho, los datos son preliminares, los especialistas advierten que las hectáreas afectadas han sido incluso más del doble de las que se incendiaron en 2018 en los cerros Arco y Gateado, el último gran siniestro en la zona.
En la Dirección de Recursos Naturales Renovables advierten que resultaron afectadas más de 4.000 hectáreas mientras que en 2018 habían sido 1.500.
Recordaron que los antecedentes de algo similar deben remitirse a entre 2003 y 2005 cuando hubo dos incendios, uno que se inició en Godoy Cruz y se extendió a Lujan y otro en 2005 de similares características al último, que se inició en San Isidro (igual) y desde allí se extendió.
En el último episodio de viento Zonda llegó al llano, permaneció por dos días con intermitencias, el sábado y el domingo, y alcanzó rafagas que superaron los 90 km/h. Entre otros daños como caída de árboles, tendido eléctrico, corte de servicios y destrucción de propiedades, generó varios focos de incendio que llegaron a zonas pobladas afectando viviendas y cabañas de alquiler para turistas.
Las zonas del pedemonte afectadas son de Las Heras y Luján y las que se llevaron la peor parte fueron San Isidro, el cerro Gateado (otra vez), la reserva Divisadero Largo, la Crucecita, Colonia Suiza y el campo El Peralito, cercana a los senderos de Chacras de Coria.
Demandará un arduo trabajo recuperar ese entorno, lo que se pueda. Primero habrá una evaluación de daños para luego implementar las estrategias necesarias, por lo que la implantación podría empezar recién casi un año después, en agosto, cuando es la época adecuada.
“Nos hemos comprometido con la Dirección de Recursos Naturales a entregar un informe preliminar a fines de noviembre; los estudios de campo, con metodología sistematizada, los vamos a empezar recién en febrero o marzo, porque tenemos que esperar lluvias y ver qué especies vegetales reaccionan frente a la lluvia post fuego y qué especies no”, detalló. “El diagnóstico final ajustado con buena información va a estar recién en junio del año que viene y el trasplante o la restauración activa en los sitios que requieran restauración activa se iniciaría recién en agosto o septiembre del año que viene”, refirió Cony.