La sanción de una ordenanza en Malargüe que regula los “Juegos tradicionales y de rienda” generó una fuerte polémica que lejos está de acallarse. La inclusión como juego de destreza del “chancho enjabonado” y “la corrida de gallina” fueron los puntos conflictivos.
Mientras desde las agrupaciones tradicionalistas aseguran que “no hay maltrato hacia el animal” y remarcan que “es una actividad que ni siquiera es habitual”, en el extremo opuesto están las asociaciones protectoras de animales, que están dispuestas a acudir a la Suprema Corte de Mendoza para pedir la inconstitucionalidad de la norma porque ambos juegos “rayan la crueldad”.
El juego de la polémica
El juego del chancho enjabonado se basa en untar al animal con algún producto que resulte resbaladizo, lanzarlo a un predio y rebuscárselas para atraparlo. El que lo captura es el ganador.
Ahora bien, según desde el lugar que se lo mire, cambian algunos detalles. Las sociedades protectoras sostienen que son cerditos a los que llenan de detergente y es una avalancha de personas que se lanzan sobre el pequeño animal para capturarlo.
En cambio, integrantes de las agrupaciones tradicionalistas, que han presenciado el juego alguna vez, remarcan que les colocan jabón blanco, de ahí el nombre, y además son grupos reducidos de personas los que participan o incluso de forma individual.
Regular los juegos de destrezas
La ordenanza que aprobó por unanimidad el Concejo Deliberante de Malargüe para regular los festivales de destrezas y juegos tradicionales surgió luego de un conflicto que se desató casi tres meses atrás.
Los primeros días de septiembre la comuna, junto con la Policía y la jueza de Faltas, suspendieron un encuentro de destrezas porque no contaban con los permisos necesarios para llevarlo a cabo.
A partir de ese momento los integrantes de las agrupaciones y centros tradicionalistas malargüinos comenzaron a trabajar junto a los ediles para elaborar un marco regulatorio y culminó en la redacción de la norma.
“Después del conflicto que se desató con la suspensión de un encuentro, nos pusimos a trabajar para tener una norma que regule la actividad y así no tener más inconvenientes. Además lo hicimos para que todo esté encuadrado legalmente, incluso a la hora de pagar impuestos”, explicó a Los Andes Araceli Flores (27), miembro de la agrupación Amanecer Criollo.
Para evitar confusiones “había que desmenuzar las destrezas, juegos de riendas, entre otras y también se puso lo del chancho enjabonado porque es algo que existe”, explicó Flores y añadió de forma tajante: “Alguien inventó eso en algún momento pero es algo que no se ve ahora. No es habitual. Incluso las imágenes que se difundieron ni son de Malargüe”.
En tanto, desde el Concejo Deliberante explicaron que está detallado en el artículo 9 que “todo lo que se haga debe respetar la ley de protección animal”.
Rechazo y críticas
Desde que se conoció la sanción de la ordenanza, las entidades protectoras de animales pusieron el grito en el cielo. La Asociación Reencuentro por la Vida Animal (Asoreva) y la Fundación Cullunche fueron las más duras y dejaron entrever que acudirán a la Justicia para prohibir esos juegos.
“Esta ordenanza es, cuanto menos, absolutamente retrógrada y en contra de todo lo que se viene avanzando en materia de lucha contra el maltrato animal en nuestra provincia. Dos de las pruebas autorizadas (chancho enjabonado y corrida de gallina), rayan en la crueldad”, afirmaron en un comunicado.
El abogado Oscar Mellado, de Asoreva, consideró que la norma “colisiona frontalmente con la Constitución Nacional”. “Hay una declaración universal de los derechos del animal. Los animales no son cosas, son seres sintientes y con derechos y hay que respetarlos”, sentenció.
Mellado dejó en claro que está elaborando “una acción declarativa de inconstitucionalidad” para presentar en la Suprema Corte mendocina con el fin de anular la ordenanza.
Un juego muy poco habitual
En Malargüe se jactan de ser “el departamento” con más eventos de corte gauchesco de todo Mendoza. En promedio, al menos se realiza un encuentro de destrezas criollas al mes. Las jineteadas o domas son bastante más esporádicas.
“Lo que tratamos de hacer es mantener nuestras tradiciones y mostrar, a través de juegos de destrezas, las habilidades que se requirieron en algún momento y eran parte de la vida cotidiana”, resumió Araceli Flores.
Sin embargo, en lo que al chancho enjabonado se refiere, desde las agrupaciones tradicionalistas aclararon que es una actividad que no se ve desde hace años.
“¿De dónde sacan esto del maltrato a los animales, que buscan, estar en los medios?”, comenzó la charla Darío Rodríguez (43), del centro tradicionalista Don Segundo Sombra.
“No se puede hablar todo el tiempo desde una oficina, hay una ignorancia muy grande. Esta actividad que tanto cuestionan no se ve hace años. La última vez que recuerdo que se realizó algo así en Malargüe fue por lo menos hace 6 años”, afirmó.
“Por qué no vienen y se instalan al menos una semana en el campo y conocen cómo se trabaja y el cuidado que tenemos con los animales”, agregó algo ofuscado.
En el caso de Flores, también presenció una corrida del chancho enjabonado. “Pero fue la única vez en mi vida que lo vi, y eso que estoy vinculada a todo este ambiente desde que nací. Creo que opinan desde la ignorancia”, finalizó la integrante de Amanecer Criollo.