Desde el 19 de agosto, cuando quedó oficializada la permanencia en casa para todos aquellos que cursaban el Covid-19 de forma leve, gran porcentaje de los contagiados de Mendoza evitó ser hospitalizado en primera instancia. Muchos de ellos permanecieron en el hogar aislados y no tuvieron mayores inconvenientes, pero otros vieron agravados sus síntomas y terminaron ingresando al sistema sanitario.
Como se trata de una posibilidad latente al cursar la enfermedad y al estar en la propia vivienda es fundamental el autocontrol, han cobrado nuevo valor dos pequeños dispositivos que permiten objetivar síntomas. El primero de ellos es el viejo y conocido termómetro, que precisa los grados de temperatura, y el segundo es el oxímetro de pulso, un aparatito que determina la saturación de oxígeno en la sangre. Con un sistema de salud desbordado y que muchas veces tarda en brindar respuestas, contar con esta información resulta clave.
Para referirse a este último dispositivo Sergio Saracco, médico y director de Toxicología de la provincia, explicó que el virus ingresa al organismo a través de receptores específicos que se encuentran principalmente a nivel nasal en el tracto respiratorio. “El virus anida allí y produce una reacción inflamatoria que genera que se pierda el olfato, cuando el virus anida más a nivel faríngeo o laríngeo aparece el dolor de garganta. Puede también descender a la tráquea y aparecer tos y si llega a los pulmones se produce una inflamación que se traduce en dificultad respiratoria”, enumeró a la vez que aclaró que este “avance” del virus dependerá de la carga viral, sistema inmunológico y susceptibilidad personal.
En este último caso puede aparecer lo que se conoce como “hipoxia feliz”. “Es una dificultad respiratoria pero cuando se interroga al paciente no lo refiere, porque aparece cuando hay movimiento como una cierta agitación, pero no cuando está en reposo”, detalló Saracco. Además, aseguró que la disnea, sensación de falta de aire, es subjetiva.
Allí es justamente cuando cobra importancia el oxímetro de pulso. “Este dispositivo mide la disociación que tiene la hemoglobina y determina cuál es la saturación de oxígeno de la persona”, remarcó. Esto permite objetivar lo que ocurre. “La saturación puede variar de persona a persona, un fumador puede tener 93% y alguien normal entre 96 y 97%, pero cuando decae por debajo del 90% es llamativo”, detalló el director de Toxicología.
Básicamente lo que este valor indica es que existe inflamación pulmonar y por lo tanto es necesario acceder a un tratamiento. “Por el momento lo único que está mostrando efectividad es el corticoide, heparina profiláctica, oxígeno de algo flujo y pronación del paciente”, enumeró.
De todas formas, para Saracco no hace falta comprar este dispositivo, ya que ante la demanda es difícil de conseguir, ha subido su precio y es muy probable que en otro contexto no se vuelva a utilizar. “Todas las ambulancias llevan oxímetro y también las tienen en las guardias. Es útil, pero no hace falta tenerlo en la casa. Lo que hace falta tener es un termómetro”, remarcó el médico.
De hecho, para el profesional el principal parámetro a tener en cuenta para concurrir a un centro hospitalario es la temperatura elevada (más de 38 grados) y sostenida en el tiempo (entre 3 y 5 días) que no responde a los antifebriles. “Esto puede indicar que la batalla es compleja y que va a afectar al pulmón”, señaló.
Consultado sobre la relevancia del oxímetro, el doctor Enrique Barimboim, jefe de servicio de Neumonología del hospital Central, aseguró que es sumamente útil porque permite de forma rápida y no invasiva tener una idea de la oxigenación en la sangre de las personas. “En los pacientes por neumonía por Covid es un dato muy importante, pero hay que tener cuidado con la interpretación del resultado y siempre consultar con un profesional”, indicó.
En tanto comentó que se utiliza mucho en los consultorios médicos, guardias y ahora a nivel público. “Ya veníamos con cierto nivel de uso de personas con problemas respiratorios o cardíacos que se monitorean en su casa”, aseguró. En tanto recordó que cuando todavía se internaba a los enfermos leves por Covid-19 en hospitales se les dejaba este dispositivo, más un termómetro y un tensiómetro para que el paciente llevara adelante su propio monitoreo y así evitar al máximo posible el contacto con el personal de salud.
“La recomendación de uso ahora está para los pacientes que tienen problemas cardiopulmonares que quieren monitorearse, para los enfermos Covid es un dato objetivo más, lo que no quiere decir que tengan que salir a comprar. Todos los sistemas de atención domiciliaria los tienen, así como médicos y enfermos”, cerró.
Correcto funcionamiento
Tal como detalló el doctor Enrique Barimboim, jefe de servicio de Neumonología del hospital Central, el oxímetro de pulso tiene un emisor de luz del espectro ultravioleta. “Compara el color de la sangre del capilar con el color de la luz que emite. Esa comparación se integra e informa qué cantidad de oxígeno tiene la sangre”, precisó. En tanto aseguró que se necesita de un pulso bien marcado para hacer una lectura correcta por lo que se puede colocar en cualquier dedo. “La persona no tiene que haber ningún elemento que interfiera como, por ejemplo, una uña pintada o suciedad”, señaló. En tanto aclaró que cuando la presión arterial de la persona es muy baja el registro no es correcto. Sobre la interpretación de los resultados, recalcó la necesidad de acudir a un profesional de la salud.