“A la altura del puente de Uspallata, las vías ferroviarias se separan de la Ruta 7 y continúan del otro lado de la montaña, sobre una larga planicie. Luego se llega hasta un vallecito, junto a otra formación montañosa donde se observa una cascada. Además de viajar a una altura increíble, pasamos por un pueblito ferroviario abandonado, el paseo por las vías hasta Las Cuevas es maravilloso”, resume Rodrigo del Monte.
Él integra la asociación ferroviaria Ferrotur Trasandino, que organiza salidas turísticas en bicitren o pequeños vehículos a motor entre Gutiérrez-Luzuriaga y Chacras de Coria. Pero hace unos meses, el grupo realizó un viaje con sus equipos entre Uspallata y Las Cuevas para conocer el estado de esa infraestructura prácticamente abandonada desde 1993. Colocaron sus bicitrenes (a pedal y eléctricas), una zorrita diésel acondicionada y el ferrotur (pequeño transporte), también diésel, y comenzaron la trepada hacia la alta montaña mendocina.
“Por esta parte pasás por las instalaciones más antiguas del tren, varios apeaderos cercanos a Uspallata relacionados con la actividad minera. Atravesás los túneles y cruzás los marvillosos puentes, además de pasar muy cerca de los hitos históricos del cruce de los Andes; y a 300 metros de Tambillos y del Camino del Inca”, se emociona Rodrigo. Y continúa: “Casi llegando a Polvaredas tenemos otros hitos históricos del transandino más antiguo. Allí está Zanjón Amarillo, entre Punta de Vacas y Polvaredas, abajo junto al río, está este pueblito que quedó abandonado tras el alud de 1933″.
El profesor de historia y ferroviario de alma, comenta que la estación de Polvaredas es la más importante de alta montaña del lado argentino. “Allí vivían los trabajadores, estaban los vehículos de reserva, talleres para locomotoras, pues en esta parte del viaje el tren debía comenzar a tomar la pendiente más importante antes de cruzar a Chile. Actualmente en la estación funciona un café-museo que abre en algunas ocasiones y considero que es una buena forma de cuidar y mantener lo que sigue en pie”, asegura.
Más adelante, en la estación a la altura de Penitentes está el museo Mundo Perdido. Sus propietarios también organizan recorridos por la zona. Uno de ellos, Fernando Palma, comenta: “Justo detrás del museo, que lo estamos remodelando y pronto se llamará El Refu, existe una cascada que se llama Hunuc Huar y es de muy fácil acceso. Además visitamos la quebrada del cerro Mario Ardito y Cruz de Caña, es un paseo genial”. Y agrega que aguas abajo, a unos 5 km antes de Punta de Vacas, está la placa conmemorativa de la Batalla de Potrerillos, y que forma parte de las rutas sanmartinianas. “Aquí la vista del volcán Tupungato es tremenda”, asegura Fernando.
Es que más allá de los destinos más conocidos de la montaña, hay una gran cantidad de lugares por conocer en la cordillera. Muchos siguen los pasos de los rieles, a pie la mayoría. O en moto, como es el caso de “Yeti” Giampietri, un conocedor de la zona con más de 60 años de experiencia en la montaña. El endurista de Godoy Cruz comenta que hace unos años hizo dos tramos por las vías del Trasandino. “El primero lo hice desde el Cerro Negro a Potrerillos y el segundo desde la Estación de Uspallata casi hasta Polvaredas. El viaje y los paisajes son hermosísimos y el próximo verano tengo ganas de ir nuevamente”, considera “El Yeti”.
Continuando la subida por las vías, Rodrigo recuerda que la próxima etapa es la estación de Puente del Inca, muy importante en la etapa de esplendor del hotel de aguas termales destruido por el alud hace más de medio siglo. “El camino continúa por el Desvío Las Leñas, en la zona de la Curva de la Soberanía. Allí también hay un hotel y un museo. Luego se arriba a la estación Las Cuevas, que es impresionante. Allí se hacían los intercambios de pasajeros entre Chile y Argentina y hoy está abandonada”. Actualmente, el túnel del tren está siendo asfaltado para el tránsito de autos y camiones como un paso alternativo al túnel Cristo Redentor.
Tras 20 años de actividad ferrovial en la zona metropolitana, Rodrigo se ilusiona con poner en marcha un coche ferroviario (coche motor) similar a los que ya funcionan en el Tren de las Sierras, en Córdoba y contar así con un servicio similar a La Trochita o el Tren de las Nubes. Expresa que este viaje confirma que la infraestructura está en buen estado, incluso desde Potrerillos puede comenzar el tramo, totalizando 120 km. “En vistas a que los distintos proyectos presentados para reactivar el tren Trasandino no utilizan esta traza, consideramos que estas vías deberían quedar para un uso turístico de servicio entre los pueblos ferroviarios”, expresa Rodrigo del Monte.
Este trayecto de casi 100 kilómetros entre Uspallata y Las Cuevas se encuentra en muy buen estado, aseguran en la asociación Ferrotur y salvo algunos pequeños tramos están interrumpidos por acumulación de material sobre la vía. En 2020, la asociación hizo un relevamiento junto con la compañía Belgrano Cargas, desde Uspallata a Las Cuevas “y tanto la asociación como la empresa llegamos a la conclusión que se necesita un presupuesto muy bajo para dejar en condiciones este tramo, prácticamente la misma inversión que requiere para remodelar una plaza o lo que se invirtió en la refuncionalización del primer tramo de la calle Godoy Cruz, de Guaymallén, por ejemplo”, acota Rodrigo.
Aunque cuentan en la organización con profesionales en la materia, la idea de reflotar estas vías con un objetivo turístico y de servicio de alta montaña es una expresión de deseo de la asociación, que, sin embargo viene haciendo gestiones ante Nación y la Provincia para tal fin. Por el momento se dedican a organizar recorridos esporádicos por allí e incluso han filmado escenas para canales locales. “Hicimos una salida para el canal Acequia y también hemos realizado un casamiento sobre las vías”, recuerda. Y resalta: “Los mendocinos tenemos un tesoro que debemos poner en valor y custodiar. La puesta en marcha del Tren Trasandino fue una de las obras de ingeniería más importantes del mundo y tuvo un altísimo valor histórico y cultural, una pieza clave de comunicación entre el Atlántico, con las mercaderías que venían de Europa, con el Pacífico”.