El valle de Uspallata atrae a muchos turistas todo el año, y aunque en este 2020 las visitas están reservadas sólo a los mendocinos, bien vale recordar algunos paseos de la localidad de montaña un poco menos conocidos que los circuitos clásicos de la zona.
De más está decir que las Bóvedas, el camino de San Alberto, Tambillos, las minas de Paramillos, el puente Picheuta o el cerro Tunduqueral, con sus famosos petroglifos realizados por culturas prehispánicas, son los sitios más visitados.
Pero hay otros lugares de bellos paisajes que son menos concurridos y para conocerlos hay que ingresar desde la Villa por calle Las Heras, traza que después se transformará en la ruta provincial 13, a medida que nos internamos en los cerros precordilleranos ubicados al este del Valle.
A menos de 15 minutos, por un camino consolidado por el que puede transitar cualquier vehículo particular, se llega hasta el cerro Siete Colores, de similares características al de Jujuy (Monumento Histórico Natural), pero de menores dimensiones.
Distintos tonos de verdes, amarillos y rojos, especialmente, le dan un colorido característico, muy atractivo para los visitantes que se acercan hasta estos lugares. Se puede hacer un pequeño recorrido por el lugar, que puede incluir la escalada al cerro.
Si los turistas se animan, la travesía puede continuar por la ruta 13. El camino hasta los primeros 40 kilómetros, partiendo desde la villa de Uspallata, está bien mantenido, con algunas depresiones no muy pronunciadas que se pueden sortear con cualquier automóvil. Esta ruta conecta Uspallata con la parte urbana de Las Heras (barrio Municipal) y es muy utilizada por camionetas, vehículos todo terreno, motos y bicicletas.
Hay algunos tramos de mediana dificultad, no aptos para todo tipo de vehículos. Por este motivo, el recorrido propuesto tiene su inicio y regreso en la villa de Uspallata.
Entre cangrejos y viejas minas
Como dijimos, a menos de una hora de viaje entre los cerros, donde se ven algunos cursos de agua y vestigios de la intensa actividad minera en la zona, llegamos a la famosa Laguna de los Cangrejos, en realidad se llama laguna Agua de las Cerrajas, una flor amarilla, característica de la zona.
Este lugar es muy concurrido los fines de semana. Allí se reúnen visitantes que llegan desde la ciudad de Las Heras por la ruta 13 o por el camino desde Uspallata. El sitio es muy bonito, verde, con mucha vegetación y agua.
Si bien es muy visitado, se encuentra en un terreno privado y sus propietarios resaltan que no se puede hacer fuego y que los visitantes deben mantenerse sobre la ruta y no ingresar al campo privado. Es que en la laguna habitan distintas especies de la flora y la fauna, sobre todo varias especies de aves que se pueden avistar. Y lo curioso es que en la laguna habitan cangrejos. Este ecosistema parece ser muy sensible y se recomienda generar el mínimo impacto posible.
La laguna marca probablemente el regreso a la Villa. Sin embargo, algunos podrán animarse a continuar internándose en los cerros unos kilómetros más.
Esperanza de La Cueva del Toro
Un camino con mucha piedra y ripio marca el tránsito por algunos ríos secos y a casi 50 kilómetros del valle uspallatino se encuentra el puesto La Cueva del Toro.
Allí sus habitantes mantienen la esperanza de que algún día se reabra un viejo camino que conecta este lugar con la zona de Potrerillos. Se trata de una antigua traza que mantenía Vialidad provincial sobre la Quebrada del 55 (o Del Gateado). Los puesteros de la zona comentan que antes, especialmente en el invierno, este camino era muy útil porque por el mal tiempo o nieve no se podía ir a Uspallata en ciertas épocas.
Y este camino servía para ir a Potrerillos, a la altura de uno de los puentes metálicos que atraviesan el río Mendoza. El Puesto la Cueva del Toro en realidad marca el regreso hacia Uspallata porque, para continuar la marcha, se recomienda una camioneta o vehículo 4x4 ya que inicia allí una trepada hasta los 3.000 msnm.
Es un cerro con subida en caracol. Desde la cumbre se puede observar el Cordón del Plata y el imponente cerro Aconcagua. De todas maneras, no es recomendable para vehículos comunes ni para personas que no están acostumbradas a transitar por caminos de mediana dificultad.
El regreso al Valle es igual de simpático, por el camino consolidado pero también uno puede desviarse por algunos de los caminos que conducen a las antiguas minas de la zona.
Unos 45 minutos más de recorrido fuera de la traza principal permitirá conocer viejas construcciones que se parecen a pueblos abandonados de alguna película del Lejano Oeste de Estados Unidos. Unas fotos para el recuerdo y a retomar la traza de la ruta 13 que nos guiará hasta la Villa, donde nos esperará un buen almuerzo o cena en los restaurantes de la zona.
El recorrido que propone Las Heras
“Desde la Dirección de Turismo de Las Heras estamos trabajando en concientizar a los visitantes sobre el cuidado del lugar y sobre cartelería que contenga infografía de la fauna, la flora y del cuidado y protección del medio ambiente. Consideramos sumamente importante poner en valor las rutas que atraviesan nuestro departamento”, señaló Rodrigo Pérez Esquembre, titular de Turismo del municipio.
El funcionario explicó que la propuesta del municipio es recorrer todo el trazado de la ruta 13 hasta Uspallata. En este sentido, comentó que el camino nace al noroeste del barrio Municipal y, finalizando el área urbanizada, comienza un camino de tierra de aproximadamente 90 kilómetros que se conecta con el valle de Uspallata.
“Es la ruta provincial 13, también conocida como el Camino de Las Lajas. Se caracteriza por los faldeos cordilleranos y cerrilladas, el cual atraviesa cauces aluvionales y ríos secos por lo que se puede transitar en condiciones de buen tiempo y con tracción 4x4, motocross, cuatriciclos y mountain bike. El camino va acompañado de una majestuosa vista de las montañas con flora y fauna nativa”, agregó Pérez Esquembre.