Este martes, el Departamento General de Irrigación tuvo que cubrir la demanda de riego aumentando la erogación del río Mendoza, y esa maniobra -que se realizó al promediar las 8 de la mañana- provocó turbiedad en el agua cruda que ingresa a las plantas potabilizadoras de la empresa Aysam, y los municipios de Luján y Maipú.
Se están realizando monitoreos y se observa una tendencia a la dilución de los turbios.
Es importante mencionar que la apertura de la válvula de chorro hueco para suplir la necesidad de erogación se debe a que existe una limitante operativa a los caudales que pueden ser erogados desde la Central Álvarez Condarco, que no tiene más capacidad que 68 /69 m3/s. Es decir que ante una necesidad mayor de caudal es imposible derivar más que esa cantidad, por lo que hay que recurrir a las otras estructuras de la Presa Potrerillos.
Entonces, de acuerdo a lo establecido en el plan de erogaciones vigente y a la planificación de turnados programada, se realizó un pedido de erogación de 80 m3/s a la Presa Potrerillos para poder cumplir con la pauta de distribución y abastecimiento de población del turnado desde el 19/12/2023 hasta el 23/12/2023. Este turnado fue planificado para un coeficiente de dotación de 1 l/s*ha y 59.300 ha empadronadas y al día en la cuenca del río Mendoza, incluyendo los refuerzos de verano.
La forma de entrega de la empresa CEMPPSA para dicha erogación fue de 68 m3/s a partir de la restitución de Álvarez Condarco; 1,5 m3/s desde la Central Cacheuta y aproximadamente 10 m3/s desde la válvula de chorro hueco del descargador de fondo de la presa.
De esta manera el caudal total erogado a partir del punto de reintegro de Condarco se compone de 70 m3/s de agua clara obtenida por la toma de aducción de la Presa y 10 m3/s desde válvula de chorro hueco, lo que totaliza los 80 m3/s solicitados. Ante este esquema se produjo el enturbiamiento del agua erogada debido a la presencia de una alta carga de turbiedad del caudal erogado por la válvula.