En el patio de la escuela Adolfo Tula, ubicada en Tunuyán, hay un cartel azul que reza “Biblioteca Futbolera”. Todos los chicos, incitados por la curiosidad, se amontonan alrededor de la misma viendo lo que tiene para ofrecer, libros, evidentemente, teñidas sus portadas con los colores de cuadros de equipos de fútbol.
Las bibliotecas futboleras surgen como idea del escritor y cineasta, Ignacio Irigoyen, quien, en diálogo con Los Andes, se explayó sobre la fundación de estos templos de literatura deportiva, y algo más…
“Siempre trabajé, de forma voluntaria, en la fundación de bibliotecas en zonas rurales, promoviendo la lectura y la educación en ámbitos en donde era difícil que los estudiantes pudieran obtener material de lectura”, cuenta Ignacio.
Con el tiempo, Ignacio se dio cuenta de que el material que se ofrecía en las bibliotecas rurales no era de una temática orientada, sino literatura juvenil convencional. Fue así que en 2015, se le ocurrió que la temática del fútbol podía llegar a incidir positivamente en que los chicos se motivaran más por los hábitos de lectura.
“Me percaté que desde esa lectura introductoria del fútbol, después podían acceder a otro tipo de literaturas”, explica Ignacio.
“El formato de la biblioteca convencional es insuficiente para poder captar la atención de un estudiante de nivel primario. Es más difícil, y por eso hay que reforzar esas temáticas generales con temáticas particulares con las que los estudiantes se identifiquen”, señala el escritor.
La tecnología como enemiga de la lectura
Irigoyen indica que la comunicación humana se está adaptando a la tecnológica y este es el principal motivo (además de la pérdida del interés en la literatura) de las falencias en los hábitos de lectura de las poblaciones primarias y secundarias en Argentina.
“La comunicación tecnológica tiene parámetros que están adecuados a los dispositivos electrónicos, de forma que cuando se los utiliza hay que reducir la comunicación humana a la tecnológica. Esto nos obliga a comunicarnos de manera más compacta”, explica.
Además, Ignacio señala que las falencias en los hábitos lecturas impactan no solo en Latinoamérica, sino que este fenómeno se puede atestiguar de igual manera en Europa.
“Hace cinco años, el ministerio de educación de Francia se dio cuenta de que, en diez años, los estudiantes que manejaban 800 palabras diarias del idioma francés, ahora manejan 300. Por lo cual, sacaron una normativa para que todos los alumnos de primaria tengan una lectura diaria y obligatoria de quince minutos de francés”, contó.
“Esto tiene que ver con el avance de la tecnología, la cual nos obliga a comunicarnos de una manera reducida, sin dejar que se enriquezcan las formas de comunicación”, señaló el intelectual.
Por otro lado, el escritor piensa que, para incitar a los hábitos de lectura, hay que agregar otro campo práctico para que los jóvenes se sientan identificados desde su cotidianeidad.
“El fútbol conecta al chico con su realidad inmediata. Un cuento es muy interesante, pero falta esa parte de concreción con la cual el chico se siente identificado. Por eso yo creo que las falencias en la lectura se deben a lo tecnológico y a que (hasta ahora) no existían este tipo de bibliotecas orientadas en forma concreta para que el chico pueda relacionar lo que está leyendo con su vida cotidiana”.
La inauguración de la biblioteca en Tunuyán y futuros proyectos
El pasado 5 de julio fue la inauguración de la biblioteca Marcelo Larrondo, en la Escuela Adolfo Tula, en Tunuyán, e Ignacio explicó que el evento consistió en dar a conocer las bibliotecas futboleras frente a la comunidad escolar mendocina y también en que los estudiantes conozcan y se vinculen con el futbolista fundador de la misma, para que ese vínculo permanezca en el tiempo en el espacio físico, que es la escuela.
Las bibliotecas futboleras se integran a la escolar como una biblioteca temática anexa, la cual ofrece 100 libros físicos del futbol de distintas perspectivas, así como 100 libros de literatura infantil y juvenil.
Irigoyen habló también de los futuros proyectos. El 9 de septiembre se va a inaugurar una biblioteca en la escuela Don Bosco, en la localidad de Rawson, Chubut, la cual va a ser en representación de Gabriel Humberto Calderón, ex jugador de Racing, Independiente, y quien jugó en la Selección argentina en 1990.
“Otra biblioteca que estamos armando va a ser para el entrenador Antonio Mohamed en su escuela Instituto Cristo Obrero, en Buenos Aires. También hay una inauguración que estamos organizando para hacerle a Diego Godín, el capitán de la Selección uruguaya y jugador de Vélez Sarsfield, en su ciudad natal, para fines de octubre”, indicó.
“Ya llevamos fundadas 76 bibliotecas futboleras, y desde la última, inaugurada por Marcelo Gallardo en su escuela en Merlo en 2019, hasta hoy, solo hemos podido hacer tres bibliotecas. Queremos retomar el ritmo que llevábamos antes de la pandemia, que estábamos fundando 4 por mes y poder seguir expandiéndonos hacia otros países como México, Brasil o España. Ya que la idea es llevar este proyecto a países en donde el fútbol es un fenómeno social, además de deportivo”, concluyó Irigoyen.