Para el titular de la DGE, “si seguimos con estos malos datos de los informes de educación, la sociedad no tiene futuro”

José Thomas, director General de Escuelas de Mendoza, se refirió a los resultados de las pruebas Aprender. “Nadie salió a reclamar por lo mal que está la educación hace 15 años”, dijo, apuntando por elevación a quienes se enfrentaron a su proyecto de ley.

Para el titular de la DGE, “si seguimos con estos malos datos de los informes de educación, la sociedad no tiene futuro”
José Thomas, director General de Escuelas de Mendoza.

“En muchos otros países esto sería un escándalo del que estarían hablando por días y días”, dice -con un fastidio que no parece impostado- José Thomas. El director General de Escuelas de Mendoza ha dejado pasar una semana desde la publicación de los resultados de las Pruebas Aprender, la evaluación nacional que cada año intenta reflejar el nivel educativo de los estudiantes de la Argentina.

No es agradable lo que dice, pero se sale de la vaina por subrayarlo. Sobre el escritorio de su oficina de la Casa de Gobierno tiene, ante sí, dos documentos. Por un lado, un resumen preparado por él mismo de las pruebas (200 páginas reducidas a dos, llenas de gráficos) y, por el otro, una copia de la Ley de Educación de 2006, de los que en un rato leerá los artículos que, le parece, alimentan la indignación. Alimentada esta, quizá, por haberse quedado con las ganas de avanzar también desde su propuesta, con una nueva ley de educación en la provincia.

-Los resultados de las Pruebas Aprender 2019 no son nada alentadores...

-Son tristísimos. Pero esto tiene cosas buenas y cosas malas. Lo bueno es contar con un informe así, una política de evaluación sostenida que brinda un enfoque integral. Te permite evaluar el contexto y no sólo si los chicos están aprendiendo bien matemáticas. En eso los números son tremendos, pero son más tremendos si uno ve otras cosas.

-¿Por ejemplo?

-Según los datos de 2019, sólo el 43% de jóvenes de entre 18 y 24 años de los hogares con menos ingresos terminó el secundario, pero ese número sube al 91% para jóvenes de hogares con mayores ingresos. Una diferencia de casi el 50%. Ahora, con esos números adelante, fijate lo que dice la ley de 2006: “La educación y el conocimiento son un bien público y un derecho personal y social, garantizados por el Estado”. Y después: “La educación es una prioridad nacional y se constituye en política de Estado para construir una sociedad justa”. Bueno, ¡hace 14 años que eso no se cumple! La educación es prioridad, pero nos está costando construir una sociedad justa.

-Es decir, no cumple los objetivos principales...

-Hoy la secundaria no te garantiza ni trabajo ni estudio superior. Y no lo digo yo, lo dice este estudio que hizo una gestión y publicó otra. Así que algo nos pasa. ¿No queremos hablar de esto? Parece que no. Este informe tiene una semana y no he visto grandes titulares. Tampoco he visto que salga el gremio a hacer una caravana de protesta, que saquen memes sobre que el Estado no cumple sus obligaciones.

-¿Está refiriéndose a las protestas que sí se hicieron cuando su gestión propuso, hace poco, una nueva ley de educación?

-Por querer cambiar esto, con todos los defectos que pudiera tener la propuesta, se indignaron. Por querer cambiar esto nos dijeron muchas cosas y salió una caravana. Yo acepto que el momento pueda no ser el ideal y esta pandemia nos tiene estrenados a todos. Eso es lo que decidió el gobernador Rodolfo Suárez: esperar a otro momento. Pero vamos a seguir hablando de esto.

-¿Hubo un interés político antes que educativo en oponerse a la ley?

-Creo que sí. Nunca dijimos que íbamos a sancionar una ley. Decían que la íbamos a imponer. Pero debe estar construida entre todos, para eso hicimos un congreso pedagógico. Quizá fuimos un poco vehementes por el convencimiento, y el momento del año era difícil. Pero hay que convencer a la sociedad de que esto es importante.

-De vuelta a a las Pruebas Aprender, ¿ni siquiera los mínimos cambios son alentadores?

-En cuanto a la terminalidad secundaria, en nueve años se mejoró sólo cinco puntos. Está al 40% en sectores bajos. O sea, para llegar al 100 necesitamos ¡40 años para que egrese el 100%! No hay ningún análisis objetivo que diga que esto está bien.

-Pero, ¿la única manera de mejorar las cosas es una ley? La de 2006 parece que tampoco está funcionado...

-Es buena pregunta. Hay que decir que en Mendoza no hemos todavía terminado de adoptar la ley de 2006 y estamos con una de 2001. Proponemos un proyecto marco con algunas particularidades: la primera, adaptarnos a la ley nacional. Lo segundo, meter a la tecnología en la educación, sabiendo que lo digital debería ser constitutivo en la educación obligatoria de los chicos. Eso sí marca un rumbo de trabajo muy distinto. Y después, se hace hincapié en el intento de disminuir la brecha entre los chicos, haciendo un seguimiento muy importante. Si la ley de 2006 fue revolucionaria, también hay que ver que no cumplió los puntos importantes. Y no se puede hacer bandera de esto. La Argentina va a dejar de ser culta y trabajadora si seguimos así, porque no tendrá educación. Estos datos te aseguran que esta sociedad no tiene futuro.

Matemática y tecnología

Entre los muchos indicadores preocupante, las Pruebas Aprender mostraron que era muy bajo el nivel de matemáticas de los egresados de las escuelas secundarias.

-A muchos llamó la atención el pésimo desempeño en matemáticas, ¿por qué pasa eso?

-Hay que tener en cuenta que estos datos muestran el promedio nacional, todavía no salen los datos de Mendoza. Creo que acá estamos un poco mejor que el promedio. Y en Lengua va a ser muy superior. La matemática sola sería el problema si le fuera igual de mal a todos sin importar la casa que lo vio nacer. Pero si hay un desfasaje igual en matemática o en lengua, el problema es el sistema.

-En el informe, hay otros aspectos que llaman la atención, como el uso de la tecnología.

-Eso es otro aspecto positivo de contar con esta clase de informes. Según los datos, el uso de la tecnología es bajo, pero más del 90% usa el celular de manera efectiva. Y todavía la ley lo prohíbe. Hablemos también de esto. ¿Quieren sacar el celular del aprendizaje? ¿Algún docente en su formación aprende a usar el celular de manera permanente? Aprendamos, porque es lo que los pibes quieren usar. Todos trabajamos con celular, ¿por qué los chicos no? Es más, hoy ninguna ley habla de redes sociales, ¿no vamos a hablar de eso? Esa es la discusión.

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