Una discusión y/o pelea de pareja que involucra mensajes de WhatsApp, mails y hasta mensajes en redes sociales. Una oferta tentadora para contratar un servicio a un precio promocional irrisorio (de esas con marcado aroma a estafa) y que también nos puede llegar por las redes. O una tentadora propuesta de inversión que se ofrece –también en herramientas digitales- con promesas de ganancias altísimas y con muy bajo riesgo (supuestamente).
Todas estas situaciones, que pueden sonar cada vez más cotidianas, pueden llegar a derivar a futuro en una causa judicial. Sin embargo, hasta que el episodio llegue a la sala de debate, pueden transcurrir varios años. Y si hay algo que caracteriza a la gran mayoría de estos documentos difitales es lo efímero de su existencia.
“Es lo que se conoce como volatilidad de la prueba”, resume la jueza de Paz y Contravencional de Lavalle, María Fernanda Díaz. Ella es una de las autoras de la flamante Guía de actuación para la Adquisición, Preservación y Presentación de la Prueba Digital, un trabajo que tomó más de 2 años de investigación y que será presentada en el noveno Congreso de Tecnología y Justicia, que tendrá lugar el miércoles 30 y jueves 31 de octubre.
Independientemente de si estos casos siguen su curso hasta llegar a juicio, o si se resuelven a futuro en una instancia previa o directamente quedan en nada; la guía incluye las principales recomendaciones sobre cómo lograr resguardar las pruebas de estos episodios de una manera útil y correcta.
“Las capturas de pantalla en sí son débiles -tecnológica y jurídicamente hablando- como pruebas. Se puede hacer algo más, y cada plataforma tiene su forma de acceder a los archivos. Por ello hemos desarrollado en la guía cómo trabajar en el resguardo de la prueba para cada caso”, agregó la magistrada.
Guía para resguardar pruebas digitales
La guía ya está disponible y, según la plataforma digital en que se encuentre la documentación que podría convertirse en prueba, es la manera de trabajar en su preservación.
CÓMO PRESERVAR PRUEBAS DIGITALES PARA ANTES DE UN JUICIO
Desde su origen, la guía está pensada para situaciones previas a la llegada a juicio y antes de saber si va a generarse un conflicto. La magistrada Fernanda Díaz, una de las responsables del documento, lo compara con el botiquín de primeros auxilios en cualquier episodio relacionado a la salud.
“Cuando alguien se corta un dedo, no sabe cuán grave es la herida. Pero lo primero que hace es desinfectarse, ponerse una curita y pedir ayuda No piensa en si tiene la antitetánica; en el instante no sabés para dónde va a ir el conflicto, pero ves que hay algo raro. Lo mismo ocurre en estas situaciones que se dan en los espacios virtuales, por lo que sabés que tenés que guardar algo, aunque sea por las dudas”, resume Díaz.
Las situaciones cotidianas en que pueden aplicarse los pasos a seguir de esta guía son de lo más variados y van desde conflictos con vecinos, con una ex pareja, con un patrón o con un empleado, hasta aquellos de una trama más enredada.
Sin ir más lejos, cada vez son más frecuentes los episodios en que, por medio de mensajes falsos en las redes sociales o en WhatsApp, las víctimas muerden el anzuelo y caen en engaños que vienen camuflados en tentadoras promociones para comprar productos o contratar servicios.
Ni hablar de los frecuentes casos de estafas piramidales, que también proliferan en el ecosistema digital y con promesas de increíbles y abusivas ganancias económicas a cambio de una inversión económica.
RECOMENDACIONES COMUNES PARA DARLE MAYOR VALIDEZ A PRUEBAS LEGALES DIGITALES
Hasta que una determinada situación llegue a la Justicia y a manos de un fiscal –si es que llega-, puede pasar un tiempo considerable. Y la volatilidad de la prueba en los dispositivos tecnológicos se convierte en un enemigo. Sobre todo en plataformas y dispositivos que, de forma periódica, son vaciadas (manual o automáticamente) para optimizar su funcionamiento. Después de todo, ¿quién no vació los documentos de su WhatsApp o celular alguna vez en pos de liberar almacenamiento y que funcione mejor?
“Cada red social y, a su vez, cada tipo de archivo tiene sus particularidades. Y hay que tener presente que toda esa información la voy a tener que guardar, para que en el tiempo tenga cierta perduración y medidas de seguridad”, destaca la jueza.
Más allá de que cada app o plataforma tiene sus particularidades y los pasos a seguir no sean los mismos –de hecho, en la guía se incluye cómo resguardar archivos de mails, WhatsApp y redes sociales, entre otros-, hay algunos puntos en común.
Como aclara la jueza Díaz, la captura de pantalla sola no es una prueba fuerte en un juicio. Por ello, por ejemplo, se recomienda hacer una grabación del celular de quien podría ser a futuro una hipotética víctima. Y no una mera grabación de pantalla sino, en lo posible, grabar todo lo que se encuentra en un celular y se muestra en la pantalla utilizando un segundo teléfono celular, por ejemplo. Grabar de celular a celular, en pocas palabras.
“Por ejemplo, si yo guardé una charla de WhatsApp, en vez de hacer capturas de pantalla a la charla, es preferible hacer un video desde otro celular donde se vea la pantalla con esa conversación, mientras se va scrolleando toda la charla. Lo mismo ocurre con las fotos y videos en ‘modo efímero’ (aquellos que se pueden abrir y ver una sola vez y no permiten guardarse ni hacerse captura de pantalla). Pero, antes de abrirlos, se puede filmar la pantalla en la charla desde otro teléfono”, grafica una de las ideólogas de la guía.
Incluso, en esa misma grabación de la pantalla puede incluirse información sobre el nombre del contacto sospechoso o potencial acusado, su número, cómo tiene registrada su cuenta y los estados que publica. Todo ello, desde lo tecnológico y jurídico, mejora la prueba digital.
La videograbación de conversaciones no es la única herramienta para fortalecer el valor de una prueba. Por ello es que también se recomienda, por ejemplo, guardar los mails originales.
Según recomendó la jueza, también resulta indispensable documentar toda la cronología de la secuencia (cómo se hizo, dónde se guardó esa prueba y otros aspectos que sirvan como ayuda memoria). Y todo ello se debe ir registrando en tiempo real.
CÓMO USAR ESTAS PRUEBAS EN ROBOS CON BILLETERAS VIRTUALES O HOMEBANKING O CON PELEAS DE PAREJAS
Otro caso recurrente de estafas o irregularidades en el siempre amplísimo universo digital está vinculado a vaciamiento o pedidos de préstamos a través de billeteras virtuales cuando a una persona le roban el celular.
“De aquí se puede generar una investigación penal o no. Pero, en paralelo, hay causas y demandas civiles contra las billeteras y entidades financieras. Y para ello es fundamental resguardar la prueba, no importa que vaya a hacer después el fiscal”, ejemplifica Díaz.
También es muy frecuente en episodios de conflictos internos en una pareja. Y es que aquello que puede comenzar como una simple discusión puede derivar en un simple juicio de divorcio, puede escalar a violencia de género (por ejemplo), o puede quedar en nada.
Sin embargo, antes de conocer cuál será el desenlace, tomar la precaución de resguardar la prueba (conversaciones, fotos y otro material) es indispensable con miras a la futura acción.