Juan G, cuyo nombre completo prefirió mantener en el anonimato para resguardar la seguridad de su hijo, fue el primer padre que denunció el contenido de pedofilia y de violencia extrema en el grupo de WhatsApp “Metan gente” que llegó a sumar 540 integrantes, entre ellos, cientos de niños, niñas y adolescentes de Mendoza.
En diálogo con Los Andes, Juan contó que fue su hijo de 13 años quien le confesó que lo habían agregado al grupo de esa red social y que allí habían enviado mensajes que le habían generado “muchísima impresión”.
“Esto fue hace dos semanas. Fue mi hijo quien me insistió que viera los videos y fotos, y cuando los vi, realmente hasta a mí me traumaron. Eran imágenes de pedofilia explícita y otros de una violencia extrema que nunca había visto. Enseguida me puse en contacto con Juan Roccuzzo (de la ONG Cyberdelitos). Luego hice la denuncia en el Ministerio Público Fiscal”, contó.
“Pero cometí un error: ya había borrado todos los videos e imágenes por miedo a que mi hijo tuviese ese contenido en su teléfono. Porque el solo hecho de tenerlo es un delito. Pero no hay que tener miedo. La causa penal está abierta y hay que denunciar para que se mueva lo más rápido posible y se investigue”, sumó el papá del adolescente que fue uno de los primeros en contarlo y de los primeros en denunciarlo en la fiscalía.
“Con el nombre del grupo van generando arenga y así van sumando chicos y chicas sin límites. Todos quieren meter a sus amigos. Una vez que se detecta el delito, está bien salirse del grupo, pero lo importante es realizar la denuncia porque, si no, es salvarse uno y no se resguarda al resto de los menores de edad. Son muchos y esto es una bomba explosiva”, alertó Juan G., quien desde entonces no ha parado de enviar por todos sus grupos de WhatsApp el estado de alerta advirtiendo a los adultos responsables sobre el nuevo modus operandi del grupo pedófilo.
Más de 20 denuncias en 10 días
A raíz de las denuncias de Juan G y su hijo, se abrió una causa penal y ya van registradas más de 20 denuncias en el Ministerio Público Fiscal de Mendoza por parte de familias que presentaron más pruebas sobre el contenido pornográfico y pedófilo que había en el grupo de WhatsApp de menores de edad, muchos de ellos, mendocinos.
En los últimos 10 días de investigación se logró detectar que en ese grupo hay teléfonos cuyas características pertenecen a otras provincias, e incluso a otros países, en tanto se analizan los “metadatos” de los mismos para dar con el origen, la fecha y la trazabilidad de los mensajes con las imágenes de sexo y violencia extremos.
El escándalo trascendió públicamente recién la semana pasada, luego de que Juan G. denunciara al grupo de WhatsApp “Metan gente”, por la divulgación de imágenes y videos con pornografía infantil y violencia extrema.
No obstante, y si bien ya la empresa Meta dio de baja al grupo debido a la cantidad de personas que reportaron al grupo, los responsables del ciberdelito no han sido descubiertos aún ni la red todavía ha sido desmantelada. Por ello es que desde la ONG Cyberdelitos alertan sobre la posibilidad de que este modus operandi “mute” con otro nombre y vuelvan a captar más víctimas con la creación de nuevas comunidades.
Juan Roccuzzo, abogado y presidente de la ONG Cyberdelitos, fue quien dio a conocer a través de sus redes sociales sobre este nuevo delito en Mendoza y recientemente se constituyó como abogado querellante de la causa penal.
El especialista explicó a Los Andes que el objetivo de la campaña está lejos de generar pánico, sino al contrario: “Hay que informar y alertar a la sociedad para prevenir este tipo de delitos; informar sobre cómo prevenirlos y también sobre cómo actuar en caso de que nuestros hijos hayan sido víctimas”.
De hecho, el abogado contó que hay, al menos, dos víctimas que integraron el grupo que se encuentran actualmente con ayuda psicológica debido “a los traumas que ha generado el acceso a la información inapropiada para su edad”.
“Me duele que aún algunos sectores del Estado piensen que esto se trata de una ‘picardía’ de niños o que no tengan políticas activas para prevenir la pornografía infantil en las escuelas y clubes e informar cómo detectarlo y cómo denunciarlo. Los chicos son las víctimas de pedofilia virtual. Me preocupa la psiquis de esos chicos”, agregó Roccuzzo.
“Corrupción de menores”
A nivel jurídico, el objetivo de la ONG Cyberdelitos es cambiar la carátula de la causa penal y que ésta se establezca como “corrupción de menores” para que los adultos pedófilos a cargo de armar el grupo y la difusión de contenido pornográfico tengan entre 10 y 15 años de prisión una vez descubiertos. Todavía, el expediente está bajo el delito “pedofilia y pornografía infantil”, cuya pena es menor para los culpables, según explicó el abogado especialista.
Si bien la causa podría haber avanzado con más celeridad debido a la gravedad del tema, Roccuzzo aseguró que hubo dos grandes trabas iniciales, aunque la situación puede revertirse.
Por un lado, el actual fiscal de la causa, Flavio D´Amore, no ha instruido la causa, por tanto, ésta no tuvo un fiscal originario, lo que generó demoras en el inicio de la investigación. Por otro lado, aún hay muchas víctimas en Mendoza que no se animan a denunciar en el Ministerio Público Fiscal este delito sexual contra menores de edad. Y es importante que lo hagan para que se le prioridad al tema.
“Es importante que los adultos sepan que la Justicia no demora más de algunas horas, a lo sumo 24, en devolver el teléfono luego de extraer la información. Incluso, si se borró el contenido o el niño o adolescente salió del grupo aún se puede hackear esa información para poder extraerla y contar con más pruebas en la Justicia. Incluso, si no quieren dejar el teléfono en la Fiscalía pueden extraer la información y dejar las pruebas en un Pen drive”, explicó Roccuzzo, esperanzado con que se agilice la causa penal y se encuentre a los adultos pedófilos lo antes posible.
Eso sí, mientras más denuncias haya al respecto –aclaró- más importancia tendrá para la justicia local priorizar el expediente abierto.
Cada vez más grupos de WhatsApp con el mismo modus operandi
Además del nombrado grupo “Metan gente”, actualmente investigado por la Justicia local, han ido apareciendo otros grupos en la misma red social, con el mismo modo de captar a niños y jóvenes y con idéntico contenido pornográfico.
Incluso, al igual que el primer grupo, se han encontrado comprobantes de pago en pesos argentinos para niños, niñas o adolescentes que han enviado material propio.
“Esta gente es muy inteligente. De a poco va metiendo contenido sexual muy violento y pervertido en los grupos, hasta que logra naturalizarla en los niños y luego les piden videos o fotos a cambio de plata. La pornografía infantil se cotiza muy caro a nivel mundial porque es difícil conseguirla y, por eso, estos delincuentes, van a ir mutando de grupos, de nombres, hasta que los encuentren”, describió Roccuzzo.
Un grupo que ya fue detectado y reportado en Córdoba se denominaba “Tenemos que llegar a 1500″ y otro “Tenemos que llegar a 2000″. Siempre, con el espíritu de “arenga”, que suele fascinar a los más chicos, explicó el especialista a este diario.
Este lunes llegó una nueva denuncia a la organización Cyberdelitos, sobre la existencia de otro grupo de WhatsApp, que sería administrado también por adultos pedófilos. Se llama “Agustín+600″ y nuevamente desde esa ONG piden a las familias que si a su hijo o hija lo agregan allí “no borre ningún contenido si suman a sus hijos o hijas y que vayan inmediatamente a sentar la denuncia a la Fiscalía.
Si bien no hay plazos previstos para que la Justicia investigue, encuentre a los responsables y los meta a prisión, es probable que si la causa avanza deban intervenir compañías telefónicas si se determina que la red pedófila se inició en otro país.
Primero, se tiene que establecer la titularidad registral en las compañías telefónicas en Argentina y, a nivel internacional, se les pide desde la Justicia la geolocalización de los números extranjeros para que den información al respecto.
Dónde denunciar
- Ministerio Público Fiscal (Polo Judicial, Primer Piso en la oficina Delitos contra la integridad sexual). Si se borró el contenido que llegó al dispositivo llevarlo igual y en menos de 24 horas el teléfono es devuelto. También se puede bajar esa información a un Pen drive. Incluso, si no el niño, niña o adolescente fueron agregados a esos grupos se ofrecer para dar testimonio como testigo, válido en estos casos.
- Realizar la denuncia virtual en el Ministerio Público Fiscal (mpfmza.jus.mendoza.gov.ar) e ir respondiendo las preguntas según aparece en el sitio web.
- También se puede pedir información o consultar a la ONG Cyberdelitos, a cargo de Juan Roccuzzo, abogado querellante en esta causa penal, al siguiente teléfono: 2615928842
Ciberseguridad: qué recomienda el Ministerio Público Fiscal
- Enseñarles al niño, niña o adolescente a configurar la privacidad de las redes sociales.
- No aceptar invitaciones a participar de grupos de manera indiscriminada, a los que puedan ingresar personas que son absolutamente ajenas al círculo de los menores.
- Explicar a los niños, niñas y adolescentes la gravedad de la circulación de ese material. Es fundamental dales a conocer que se trata de un delito y que se encuentra reprimido con pena de prisión, que no resulta graciosa la difusión de material de contenido sexual en la que niños, niñas y adolescentes están siendo victimizados sexualmente por personas adultas.
- Dialogar con ellos/ellas y reflexionar juntos en relación a que también es un delito; que el material puede llegar a manos de niños de muy temprana edad que pueden verse afectados psicológicamente al tomar contacto con imágenes para las cuales no están preparados/as para ver ni entender su significación.
- Es clave tener en cuenta que en todos los casos los niños, niñas y adolescentes deben saber que antes de ser incorporados a un grupo de WhatsApp, se les debe solicitar su autorización, situación respecto de la cual los responsables a cargo deben estar al tanto, de manera que los menores no sean incluidos a grupos sin su respectivo y necesario consentimiento.
- Desde la ONG Cyberdelitos agregan otra recomendación: que los menores de edad no pongan fotos propias en sus perfiles de las redes sociales porque tienden a ser rastreados más fácilmente por los pedófilos.