De todas las redes sociales, Twitter suele ser una de las que más enojo y furia contenida suele evidenciar; y reflejar. El descargo de los usuarios -iracundos- suele ser expresado pública y masivamente en tuits catárticos (muchas veces en forma de hilo, cuando no es suficiente con 280 caracteres); lo mismo que las broncas hacia situaciones y personalidades. Sin embargo, y como ocurre con todo en la vida, muchas veces las características no suelen ser de la herramienta o plataforma propiamente dichas, sino de quienes la utilizan y la finalidad que les dan.
Y lo que aconteció recientemente en Entre Ríos, y que se originó justamente por un hilo de Twitter, es la clara muestra que las redes sociales son un inmejorable aliado para la solidaridad también. Todo comenzó con una usuaria de Twitter (identificada como @emelina_aa; quien se conmovió por un triste siniestro que vivió uno de sus vecinos y quien perdió su casa como consecuencia de un incendio. Fue Twitter el canal elegido por la joven para dar a conocer lo que estaba pasando y, probablemente sin saberlo, lo que terminó por crear una verdadera red solidaria.
El final de la historia fue más que feliz: Ángel pudo reabrir las puertas de su bar y reconstruir parte de su casa gracias a toda la ayuda recibida por todos aquellos quienes tomaron conocimiento de la situación en la red social del pajarito. Mientras que @emelina_aa se convirtió en la reportera que actualiza el día a día de esta historia en esa red.
La historia
En diciembre del año pasado, Ángel (79) -quien vive en la localidad de El Cimarrón, Entre Ríos- perdió su negocio de toda la vida luego de un impiadoso incendio. El fuego consumió la totalidad de la mercadería de su ferretería, también de su bar y llegó hasta su casa; arrasando con su ropa, su teléfono y su comida. En pocas palabras, gran parte de su vida fue consumida por las llamas.
M (el nombre que la iniciadora de esta cadena solidaria ha elegido para identificarse en Twitter) emprendió una verdadera cruzada tuitera para ayudar a Ángel, y pidió que quienes pudieran se sumaran a la causa con una pequeña donación. Dinero, materiales y hasta alimentos no perecederos; todo era bienvenido y bien recibido en pos de ayudar. Si hasta crearon un sistema de crowdfounding (sistema para realizar aportes por medio de la virtualidad); y en apenas un día llegaron a recaudar más de 50.000 pesos.
De forma diaria, @emelina_aa actualizaba en el hilo que ella misma había iniciado en la red social el avance de la colecta. De forma paralela, toda una comunidad que se había comprometido con la causa se fue sumando, e hicieron que la rueda nunca dejara de girar. Si hasta la actriz y cantante Cristina Alberó y el director y actor de teatro Juan D’Urbano se sumaron a la conversación y a la campaña solidaria.
Había transcurrido poco más de una semana desde el inicio de la colecta y la suma de la donación rondaba los 70.000 pesos. Emocionada, la iniciadora de la cadena entregó lo recaudado a Don Ángel (quien, hasta este momento, ni siquiera sabía qué era Twitter). Con la ayuda de otros vecinos, el hombre de casi 80 años había logrado poner nuevamente en pie ya parte de su local. Pero la pieza que completó el rompecabezas solidario fue la “donación tuitera”.
Reinauguración
Este mes febrero llegó con una gran noticia para Ángel y todos los vecinos de El Cimarrón. ¡la mejor que podían recibir!: el bar de Ángel reabrió sus puertas; y fue la solidaridad la principal artífice de esto.
Albergando a diario a los vecinos y transeúntes (porque, además, la campaña tuitera le dio una exposición impensada al local); Ángel recuperó la alegría. Mientras que la solidaria vecina, a diario, actualiza sobre el panorama de este pequeño bar en medio de este pueblito remoto de Entre Ríos que -de un día para el otro- fue conocido por el país y el mundo entero.