Los duendes del vino duermen aún, el ocaso aún no asoma en el hotel Fuente Mayor, mientras las reinas Paloma Oro de Lavalle y Angelina Leiva de Guaymallén ya están desayunando porque un equipo de peluqueros y de maquilladoras profesionales las esperan.
Sus rostros acusan el cansancio del ir y venir a decenas de eventos y presentaciones, que incluyen el desgaste de la Vía Blanca, lo cual les dejó dormir apenas tres horas y media.
“Es un momento que siempre soñé desde niña”, dice María Sol Indiveri (San Rafael), que acaba de aparecer en el buffet con un jugo y el celular en la mano. “Es un cansancio que no lo siento de tanta felicidad agrega mientras llama a su madre para contarle que la espera en las gradas”, suma.
“Dios, ¿sos vos? Y de repente me caí de la cama, así desperté”, entre risas confiesa Vanina Ortiz de Tupungato.
A los minutos ya están casi todas las reinas en proceso de maquillaje y peinado (el equipo de Pascual Porco y de la Academia Amelie fueron, respectivamente, los elegidos para la tarea), de pijama y remeras en su mayoría. Las coronas son un tema aparte, porque es el punto final de la producción, luego de la ardua tarea de ponerse delicadamente el vestido, capa y su banda... La magia recién entonces se completará antes de ser trasladadas hasta el Parque San Martín, lugar del inicio del Carrusel de las Reinas.
El equipo de la supervisora del Área Reinas, Alejandra Gamboa, no pierde detalle alguno, para ello se apoya mucho en su staff, Fernanda Cumaudo, Victoria y Euge Bernal, Fabi Vera, Ivo Di Marco, Cecilia Paris y Martina Lanatti.
“Recuerdo cuando comenzó toda la Convivencia Real”, relata la coordinadora Gamboa. “Fue en 1999 y estábamos en el Hotel de la Fuerza Aérea, allí fue cuando logramos hospedarnos juntos durante varias jornadas para lograr una capacitación, mejorar el relacionamiento entre ellas y entender la importancia que tiene ser la reina Nacional de la Vendimia”.
A las 4 de la madrugada los ramos de flores fueron llegando a la recepción del hotel, eran para la soberana de Santa Rosa. No faltaron bombones y cartas con dedicatorias de sus familiares.
Las últimas en bajar a desayunar fueron las Reina y Virreina de 2023, Ana Laura Verde y Gemina Navarro, respectivamente. Su amistad se nota en las conversaciones, risas y comentarios. Saben que esta noche serán parte de la historia grande de la Vendimia; mientras en apenas minutos, los duendes del vino ya estarán ilusionando a los miles de mendocinos y turistas que vivirán el Carrusel de las Reinas.