El crudo invierno que se vive en Mendoza, sumado a la indigencia que crece terminaron de convencer a las instituciones públicas, privadas y religiosas de que había que sumar voluntades para brindar ayuda a los más necesitados.
Así fue como este miércoles se habilitó un nuevo refugio para que personas en situación de calle puedan pasar el invierno sin apremios. En su primera noche de funcionamiento el resultado ha sido positivo. “Fue una fantástica primera noche. Durmieron toda la noche. Desayunaron, armaron las camas y limpiaron los baños ellos mismos y luego se retiraron”. Así resumió ayer la experiencia Ana Urrutia, subsecretaria de Inclusión y Desarrollo Humano del municipio de la Ciudad.
El albergue se ubica en la calle San Juan, de Ciudad, y funcionará hasta el 31 de agosto, cuando lleguen días más templados y los “homeless” deban volver a dormir a la intemperie. El espacio es un gran salón que pertenece a un depósito del hotel céntrico; cuenta con higiene, seguridad y el suficiente confort para que se alberguen allí unas 40 personas en el horario nocturno. Pues abre a las 20 y se cierra a las 9 del día siguiente.
En este caso la convocatoria ha sido acotada: es para hombres en situación de calle cuya edad oscile entre los 50 y 65 años. En el caso de las mujeres, niños y jóvenes, Marcelo De Benedectis, delegado episcopal para la Pastoral Social del Arzobispado de Mendoza, aseguró que existen otras alternativas de albergue y que cada parroquia otorga, además, raciones de comida de manera semanal o diaria, según la zona.
Según el sacerdote, la meta fue albergar a hombres que están en una edad “más vulnerable” ante los intensos fríos. Incluso la convivencia con personas de la misma generación facilita la armonía –aseguró–, ya que “no hubo muy buenas experiencias” cuando se han mezclado edades y diferentes géneros en el mismo espacio. Peleas, gritos o incomodidad mutua han sido parte del problema en refugios anteriores. Eso sí, esta vez se hizo hincapié en las reglas. Se prohíbe ingreso de alcohol y hay horarios estrictos para comer, dormir y retirarse por la mañana.
“El objetivo aquí es la dignidad, el cuidado y el crecimiento de las personas. Pero principalmente y sobre todo darles dignidad y esperanza de que juntos podemos salir adelante”, señaló De Benedectis.
Pocas personas y una apertura en tiempo “récord”
Que una sola persona no muera de frío o se enferme por ese motivo ya es una buena noticia, pero es cierto que en la primera noche de abierto el refugio solo ocuparon el lugar 15 personas cuando hay disponibilidad para 40. Desde la Pastoral de Mendoza aseguran que se debió al poco tiempo para comunicarlo y que en el transcurrir de los días, las camas se irán ocupando casi en su totalidad.
“El milagro es que este refugio se armó apenas en menos de tres días. El lunes tuvimos la reunión para definir todo y anoche (por el miércoles) ya teníamos el lugar pare recibir a las personas en situación de calle. Iremos avisando y de a poco la gente se irá enterando de su existencia”, explicó a Los Andes el vocero del Arzobispado.
El convenio entre diferentes instituciones se firmó esta semana y cada una de las partes involucradas trabajó a contrarreloj para aportar recursos, bienes o servicios. Así, el Grupo Huentala cedió gratuitamente un salón de su establecimiento hotelero para el refugio nocturno temporal, además de brindar desayuno y artículos de higiene a quienes pernocten. Por su parte, el Arzobispado se comprometió a brindar una cena para quienes accedan al espacio cada noche y a mantener el salón en buen estado costeando gastos de limpieza y reparaciones, si hace falta. El Club de Leones prestó las camas y frazadas y la logística estuvo a cargo del Liceo Militar en General Espejo. En tanto, la municipalidad de la Ciudad garantizará la seguridad externa del lugar, además del acompañamiento y asistencia a los residentes durante su estadía.
Cáritas recolectó más de $ 100 millones en Mendoza
“Argentina está pasando una situación muy difícil y crítica. Veo esperanzas, pero tenemos que dar respuesta al tema hoy y hay que superar este problema trabajando en conjunto y con un plan de acción a mediano y largo plazo”, planteó el vocero de la Iglesia de Mendoza, Marcelo De Benedectis.
El último llamado a la solidaridad de la Iglesia para paliar la crisis fue la colecta anual de Cáritas el pasado 8 y 9 de junio bajo el lema “Tu solidaridad es esperanza”. Y la gente respondió, una vez más. Es que en solo dos días de campaña pudo recaudarse más de $100 millones. Para ser exactos, un total de $107.027.937, 10.
Con ese dinero, que superó ampliamente a los $43 millones recaudados el año pasado en su última colecta del 2023, la entidad solidaria está abocada por estos días a la compra y distribución de bolsones de mercadería y ropa para ayudar unas 5000 familias que están bajo la línea de pobreza en Mendoza.
Cáritas y la Arquidiócesis local además prometieron que con lo recaudado continuarán “acompañando proyectos de desarrollo humano integral, economía social, espacios de apoyo escolar, becas de estudio, actividades recreativas y deportivas”.
De Benedectis asegura que es “preocupante” el aumento de indigentes que se viene registrando en Mendoza en los últimos años. “Hace 10 años dábamos 40 raciones de comida cada martes. Hoy damos hasta 170. Es por eso que no podíamos no dar una respuesta este año. Hoy lo agudo es ayudar a la gente, pero a futuro queremos sacarla de la calle”, planteó.
Al respecto, De Benedectis se entusiasma con que avance un acuerdo entre autoridades de la Universidad Nacional de Cuyo y el Arzobispado de Mendoza. Este año hubo reuniones con el objetivo de comenzar a generar un diagnóstico y un plan de trabajo para erradicar a personas en situación de calle. “La universidad tiene el recurso para realizar esa hoja de ruta tan necesaria para actuar de forma ordenada” planteó al vocero del Arzobispado con el fin de que a mediano o largo plazo “se pueda revertir el proceso y lograr que cada año sean menos las personas en situación de calle”.
