El contexto no fue el ideal durante la mañana de ayer y con la intensa lluvia que cayó desde la madrugada. Por esto mismo, el regreso a las clases presenciales para chicos de séptimo grado del oeste de la Ciudad de Mendoza tampoco fue el esperado. Y es que durante la mañana y tarde de ayer, cerca de 20 chicos que están terminando el nivel primario y que han evidenciado trayectorias débiles a lo largo del cursado virtual regresaron las aulas. No fue en sus escuelas tradicionales, sino que fue a los ocho municentros que ha habilitado y reabierto la comuna capitalina para que retomen las clases presenciales estos chicos.
“El balance fue bastante bueno. Pensamos que por las lluvias no iba a venir nadie, sobre todo porque muchos son chicos y chicas que vienen caminando. Pero tuvimos entre dos y tres chicos por cada municentro”, destacó la directora de Educación de la Ciudad de Mendoza, Valeria Tarquini. Estas clases de apoyo no son obligatorias para los estudiantes, y están destinadas a aquellos alumnos y alumnas que no han tenido un buen rendimiento -por los contenidos en sí o por fallas de conectividad-. Es la propia DGE la que confecciona los listados con estos niños; mientras que la comuna articula el trabajo en los espacios de apoyo.
“En cada municentro hemos dividido dos turnos por la mañana y dos turnos por la tarde; y cada turno dura una hora y media. Por cada grupo se ha fijado un máximo de diez chicos, y se trabaja con el sistema de ‘burbuja’, por lo que los chicos que coinciden con los docentes son siempre los mismos”, indicó la directora de Educación. Además, es obligatorio el uso del tapabocas, se garantiza el distanciamiento y la limpieza y desinfección.
Mientras que los cuadernillos de trabajo fueron confeccionados y distribuidos por la DGE, los 16 docentes que están trabajando en los espacios capitalinos dependen de la Municipalidad. Los maestros han trabajado a lo largo de todo el año con los chicos -incluso en la virtualidad-, y desde hoy irán retomando la presencialidad.
La intención, en un principio, es que las clases se desarrollen los lunes, miércoles y viernes; y una vez que se aceite el mecanismo, el objetivo es sumar en este tipo de espacios a aquellos adolescentes que están terminando también la secundaria, y que han evidenciado una trayectoria débil en los últimos ocho meses.