Independientemente de la opción que se haya elegido en el menú, si al momento de describir el plato de un bar o restaurante se recurre a metáforas relacionadas al pene (en cualquiera de sus versiones, más o menos delicadas), en circunstancias normales no sería una buena crítica. Pero en el local especializado en wafles y pizzas ubicado en calle Espejo al 724 de la Ciudad de Mendoza es el mejor halago que sus dueños, encargados y empleados pueden llegar a oír.
Desde que abrió sus puertas este pequeño local, que abrió sus puertas en octubre de 2021 y que, da que hablar. ¡Y mucho! Y ya desde su nombre (Bergamota) juega con la picardía de la oferta gastronómica que tiene.
En el local la especialidad son los wafles y las pizzas, aunque con forma fálica. Incluso, sus rellenos son por demás sugestivos, así como también las fotos, mensajes y publicaciones en sus redes sociales.
“Es un emprendimiento que siempre nos había llamado la atención en otros lugares del mundo. Ya había locales en México, Barcelona, Colombia, pero no sabíamos de acá en Mendoza o en Argentina. Y lo vimos como una excusa para que la gente venga a comer y divertirse”, cuenta Francisco Pérez, uno de los tres hermanos que hoy son dueños del particular y pintoresco local gastronómico en el centro mendocino.
Fueron otros dos hermanos quienes lo abrieron casi a fines de 2021, pero en febrero de este año se hicieron cargo Francisco, Gabriela y Rodrigo Pérez. “Somos dueños de un sex shop -Sin Tabú-, de venta online, por lo que ya estábamos en el rubro. La diferencia es que en uno de los emprendimientos vendemos cosas con las que la gente puede vibrar, mientras que en el otro se puede comer”, destaca, con una sonrisa cómplice, Francisco.
Al principio, únicamente se preparaban y ofrecían wafles con forma de pene. Pero, desde que se hicieron cargo los nuevos responsables, agregaron además pizzas, para que haya opciones dulces o saladas. Además, sumaron la opción de agregarles bochas de helado a los wafles, sumaron rellenos y hasta agregaron opciones sin TACC.
“No sólo hay opciones con forma de pene, sino también con forma de vulva, para que cada uno elija qué prefiere. Y en ambas se pueden pedir wafles o pizzas”, agregó uno de sus dueños.
Sin prejuicios
Ya desde el isologo, Bergamota parece romper con cualquier monotonía o los esquemas de lo tradicionalista. La “B” mayúscula actúa no solamente como la inicial del nombre, sino lo que es una representación gráfica de unos testículos. El resto de la palabra (“ergamota”) se encuentra dividida en dos partes, mientras que la silueta de un órgano reproductor masculino encierra a la marca. “Sabor en tu boca” es la bajada, picaresca, que termina de darle forma a la composición gráfica.
“La gente se entusiasma cuando lo ve, se ríe, se divierte. Y lo mejor de todo: se anima y lo prueba. Tenemos muchos clientes fijos, personas que vienen a comer todos los días y festejan cumpleaños o despedidas de solteras. Incluso, que las compran para hacer bromas o chistes. Y también tenemos gente que se sorprende, y se ríe, cuando lo ve”, se sinceró Francisco Pérez.
Los menúes principales en el lugar son los wafles -la verdadera especialidad de la casa- con distintos rellenos (similares a la pasta de avellanas, dulce de leche o crema). Además, se brinda la posibilidad de bañarlos de chocolate y agregarle distintas cosas arriba, como confites de chocolate o chispas.
El toque de autor de los nuevos encargados se lo dieron con el agregado de las pizzas -para tener una opción salada-.
“La gente vienen a buscar algo gracioso, ya desde la forma, y eso actúa como atractivo. Como mucha gente nos conoce en las redes por el sex shop, llegan al local porque allí lo vieron”, sigue el emprendedor.
En cuanto al target del local, predominan los grupos de amigos y amigas que festejan cumpleaños, así como también las visitas y encargos para despedidas de solteras. Y es que en el comercio no solo está la opción de comer en el lugar, sino que -además- trabajar con encargos de productos para eventos especiales.
“Cuando vienen a celebrar una despedida de solteras en el lugar, por ejemplo, nosotros le regalamos a la gente bengalas con forma fálica y hay hasta una ruleta, todo temático”, siguió Pérez. Dependiendo de la forma en que se desee el wafle o la pizza, es el nombre del plato. Si lo que se quiere pedir tiene forma de pene, es Bergamota. Pero si la idea es pedirlo en forma de vulva, “Papoya” es lo que hay que ordenar (para ambas preparaciones).
Anécdotas
En un local que ofrece estas particulares alternativas gastronómicas, es imposible que no haya anécdotas divertidas y donde la vergüenza toma un marcado protagonismo.
“Los grupos que más vienen son amigos o amigas, a pasar un buen rato, comer y divertirse. Hemos potenciado mucho el tema de cumpleaños y despedidas de solteras”, resumió Francisco Pérez.
En cuanto a edades, predominan los “jóvenes adultos” de entre 18 y 35 o hasta 40 años, mientras que, si bien suelen ser más frecuentes las mujeres, muchas regresan y llevan a sus parejas para disfrutar juntos.
“No nos ha pasado de gente que se escandalice o nos critique, afortunadamente la gente mendocina está cada vez más liberal, no tan cerrada como antes. Entonces es más diversión que otra cosa”, reflexionó el encargado.
Ello no quita que haya gente que, sin prestar demasiada atención, entre a hacer un pedido y se sorprende ya en el interior.
“Como tenemos un cartel que dice pizzas, waffles y helados, pero no se aclara lo de la forma, hay gente que entra con la idea de comer algo. Y cuando caen en la cuenta de que tienen forma de pene o de vulva, a lo sumo se ríen, se sorprenden, dan media vuelta y se van”, reconstruyó. “Hace poco vino un brasileño y no entendía, no podía creer lo que hacíamos. ¡Pero se quedó y comió igual!”, agregó, entre risas.
A quien es uno de los dueños del lugar también le llama la atención -para bien- la manera en que cada vez más gente mayor sale de los tabúes del sexo y, por ejemplo, va a degustar alguna de sus preparaciones. Y lo hacen en pareja.
“Hay momentos que también son chistosos, de gente que trae a su mamá o su abuela con la excusa de comer algo, pero sin aclararle cuál es la forma. Entonces, cuando lo ven, termina siendo como un chiste interno y se ríen entre ellas. Me parece buenísimo que vayan mayores, que se rían y no se escandalicen. Han venido grupos de señoras grandes a festejar cumpleaños”, concluyó.