Pocha y Guillermina exploran de a poco el santuario de Brasil y una “histórica” elefanta ya les dio la bienvenida

El domingo, mientras exploraban uno de los patios delanteros, Pocha y Guille recibieron la visita de Lady, una de las más antiguas del lugar. Cada vez están más cerca de sumarse a la parte más extensa del santuario, donde las esperan otras 5 elefantas.

Pocha y Guillermina exploran de a poco el santuario de Brasil y una “histórica” elefanta ya les dio la bienvenida
Pocha y Guillermina ya están en el santuario de Mato Grosso. / Global Sanctuary for Elephants

Un nuevo mundo, todo un universo desconocido por explorar y una nueva manada a la que integrarse a lo largo del resto de sus vidas. Eso es lo que les espera de ahora en más a Pocha y Guillermina, las dos elefantas asiáticas (madre e hija) que vivieron en el Ecoparque mendocino hasta el sábado 7 de mayo y quienes desde el jueves pasado están en el Santuario de Elefantes de Brasil (en Mato Grosso). Un entorno selvático, con abundante vegetación, tierra, cerros (o morros, como les llaman en Brasil) y hasta espejos de agua es el nuevo hogar para las dos elefantas que vivieron gran parte de sus vidas (en el caso de Guille, de 23 años, fue directamente toda su vida) en un recinto de cemento, piedras y sin otra perspectiva en su campo visual que encierro delimitado por paredes de piedra.

Recién este domingo pasado el mediodía (la diferencia horaria con Mato Grosso es de una hora menos en comparación con Argentina) y mientras no había testigos humanos en el lugar -habían ido a almorzar-, las dos elefantas se animaron a dar un paso más -o varios pasos más- para seguir explorando su nuevo hábitat y, poco a poco, ir adentrándose en el predio de hembras asiáticas. Tras abandonar el “granero” donde permanecieron desde su llegada, las elefantas comenzaron a avanzar y familiarizarse con los patios delanteros.

Tras abandonar el primero de ellos, ayer llegaron a un segundo patio (un poco más amplio, pero todavía limitado en comparación con toda el área ideada para ellas), ¡y ya recibieron una primera visita de una de las históricas elefantas del Santuario! Se trata de Lady, quien se acercó a “darles la bienvenida” a sus nuevas vecinas -valla mediante-, aunque no fue necesaria la excusa de pedir “una taza de azúcar” ni tampoco llevarles algún presentes a las “nuevas” en el vecindario.

Pocha y Guillermina explorando solas.
Pocha y Guillermina explorando solas.

Conociendo a sus nuevas vecinas

“Lady, una de las elefantas más viejitas, se acercó a saludar a Pocha y Guillermina ayer. Y Pocha y Guillermina están muy bien, van indagando de a poco el patio trasero. Esperamos que en el transcurso del día, quizás ya mañana, se acerquen las demás elefantas a verlas. Guille entró caminando marcha atrás, mientras que Pocha siguió atrás de ella. Es algo totalmente normal, la posición de caminar marcha atrás suele ser la forma en que los elefantes enfrentan situaciones desconocidas”, destacó el consejero del Ecoparque de Mendoza por parte de la Fundación Franz Weber, Leandro Fruitos, quien viajó a Brasil como parte del equipo humano que acompañó a Pocha y Guille en el viaje más importante de sus vidas. La delegación mendocina del operativo ya se está en vías de regresar a Mendoza y cruzaron este lunes la frontera entre Brasil y Argentina.

“En este momento, Pocha y Guillermina se encuentran en el área del centro médico del Santuario, que es el lugar de recepción. Y hasta que terminen de adaptarse -puede tomar varios días-, salen a los patios que tiene el lugar y allí tienen contacto -a través de una valla- con las otras elefantas, que se van acercando. Además de Lady, hay cuatro elefantas más (NdA: la manada a la que se integrarán Pocha y Guillermina cuenta de 5 elefantas que ya viven en el lugar), y una de ellas muy viejita y está sola. Pero las otras 4 están juntas, y entre ellas está Mara, quien llegó del Ecoparque de Buenos Aires en mayo de 2020. Creemos que en unas semanas más ya van a estar integradas todas”, agregó Fruitos.

En la página de Facebook del Santuario de Elefantes (Global Sanctuary for Elephants) también compartieron un breve video de la bienvenida que Lady le dio a las nuevas vecinas este domingo.

“No hubiéramos predicho que la primera elefanta en visitar a Pocha y Guillermina sería Lady, pero no deja de sorprendernos después de todo este tiempo. Lady llevaba un tiempo estando cerca del granero y mostrando interés en los nuevos elefantes. Creeríamos que entiende que las recién llegadas no son las amigas que conoce, porque sus ruidos son nuevos y diferentes. ¡Y son muy fuertes! Pero Lady ha estado escuchando atentamente”, destacaron en la descripción del video donde se ve a Lady mirar con atención a las elefantas llegadas de Mendoza. Entre ellas aún queda una separación y es la que se espera que atraviesen por sus medios en las próximas horas las nuevas inquilinas hasta integrarse plenamente a su área y al resto de la manada.

Pocha y Guillermina ya están en el santuario de Mato Grosso
Pocha y Guillermina ya están en el santuario de Mato Grosso

“(Lady) decidió pasar ayer por el Patio 1, así que cerramos el portón del galpón hacia ese patio, dejando el corredor al Patio 2 abierto para Pocha y Guillermina. Queríamos darle a Lady la opción de entrar si así lo deseaba, y así lo hizo. Después de un buen trago y una pequeña ducha, Lady estaba mostrando signos de querer acercarse al granero. Debido a que tiene problemas de comodidad, nunca empujaríamos ese límite por ella. Pero parecía muy interesada y decidió caminar hasta el granero. Kat (NdA: una de las personas que se desempeña en el Santuario) le dio algo de comida a Lady para reforzar lo valiente que era al querer acercarse tanto a otras ‘personas’ en una situación desconocida”, continuaron con la explicación en el video. Y agregaron que “Pocha y Guillermina tienen una gran energía con la que Lady no siempre se siente cómoda, por lo que fue agradable ver la confianza de Lady en un lugar al que decidió ir a ver quién estaba allí. En la cena, Lady estaba muy sonriente y parecía estar orgullosa de sí misma”.

Además, desde la página -en la que han compartido todas las novedades desde que las “ele” (como les llaman cariñosamente) llegaron a la reserva- también se refirieron al comportamiento tímido y parsimonioso de Guillermina y Pocha hacia a Lady. “La reacción (o la falta de ella) es representativa de su desconexión con lo que sucede a su alrededor. Apenas advirtieron que Lady estaba allí, después de décadas de desapego al mundo exterior, las dos (Pocha y Guille) están tan acostumbrados a mirar hacia abajo más que a mirar hacia arriba, por lo que anticipar que sucederá algo nuevo probablemente no se les pase por la cabeza. Pocha y Guille recién comienzan a conectarse con su entorno (...) Paso a paso, a su propio ritmo y construyendo confianza en la medida en que avanzan, descubrirán el santuario”, concluyeron.

Pocha y Guillermina exploran el santuario de a poco y una “histórica” elefanta ya les dio la bienvenida. Foto: facebook Global Sanctuary for Elephants.
Pocha y Guillermina exploran el santuario de a poco y una “histórica” elefanta ya les dio la bienvenida. Foto: facebook Global Sanctuary for Elephants.

Adaptándose

Luego de llegar cerca de las 12 del jueves al Santuario de Elefantes (hora en Mato Grosso, las 13 en Argentina), Pocha y Guillermina iniciaron el proceso de adaptación a su nuevo hogar. Fueron más de 8 horas el tiempo que le tomó a Pocha (madre de Guillermina y quien tiene 65 años) abandonar el contenedor en que habían viajado desde Mendoza durante casi 5 días por rutas argentinas y brasileñas. Y recién lo hizo una vez que su hija, Guillermina, abandonó su habitáculo.

Luego de ese primer reconocimiento del terreno, cerca de la medianoche de esa ardua jornada, ‘Posh’ (como se rebautizó a Pocha, con una pronunciación inglesa) y Guille se reencontraron cara a cara, cuerpo a cuerpo y trompa a trompa. Y disfrutaron de un más que merecido y regocijante “baño de tierra” en su nuevo hogar, y que no es más que arrojarse tierra encima de sus cabezas y sus lomos con la propia trompa.

Tras un viernes y sábado de mucha curiosidad, introspección y timidez, el domingo al mediodía abandonaron la zona conocida como granero -el predio ubicado en la entrada- y exploraron otro de los patios de ese primer sector donde se las recibió. Todo quedó registrados por las cámaras del lugar, aunque no se logró transmitir en vivo porque no había personas a su alrededor: las elefantas aprovecharon el momento de intimidad y en que todos estaban almorzando para animarse a explorar un poco más el lugar.

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