Cada 25 de julio se celebra el día de Santiago Apóstol, el patrono de los mendocinos. Según el mito popular se dice que los mendocinos no tienen que trabajar porque sino tiembla.
Si bien no se sabe cuándo comenzó este mito, dicen que en Mendoza hay que asistir a la procesión que se realiza cada año -ahora suspendida por la pandemia-, porque sino el santo patrono de los movimientos telúricos no protege a los pueblos y entonces tiembla. El popular dicho asegura que nadie debe asistir a sus lugares de trabajo.
¿Quién era Santiago Apóstol?
Para la tradición católica, Santiago fue uno de los 12 apóstoles de Jesucristo, incluso fue uno de los más cercanos. Era apodado como Santiago “el Mayor” o “el hijo del trueno” por su carácter impulsivo.
Formó parte del grupo de la Iglesia primitiva de Jerusalén. Su vida acabó en el año 44 d.C cuando el Rey Herodes Agripa I, de Judea, lo mandó decapitar. Hasta los últimos días de su vida predicó sobre la causa de Jesús y terminó muriendo por Él.
En el acta de fundación de Mendoza, consta que Don Pedro del Castillo, decidido a establecer la ciudad y nombrar su cabildo, dispuso señalar la advocación de la iglesia mayor, nombrando a San Pedro, a quien tomó como patrón y abogado de la ciudad.
Se carece de actas capitulares que den cuenta de cuándo se comenzó a rendir homenaje a Santiago como patrón de Mendoza de los primeros cinco años, esto impide precisar una fecha. Pero en el acta del 22 de junio de 1566, consta la elección de Gabriel Cepeda como Alferez Real, a quien se le entregaría el estandarte y prestaría solemne juramento como era costumbre.
En los años siguientes, las actas consignan que en la víspera de Santiago, el Alferez recibía el estandarte y prestaba el juramento. Y en 1575, el acta del 24 de julio hace explícita mención del Apóstol cuando lo nombra “Patrón de las Españas y a quien esta Ciudad tiene por Patrón y Abogado”. En esa misma acta se hace referencia a la ceremonia del paseo del estandarte durante los dos días. A partir de la fecha mencionada, la documentación posterior da testimonio de la repetición anual de esta ceremonia como festejo establecido definitivamente.
En el acta de fundación de Mendoza, consta que Don Pedro del Castillo, decidido a establecer la ciudad y nombrar su cabildo, dispuso señalar la advocación de la iglesia mayor, nombrando a San Pedro, a quien tomó como patrón y abogado de la ciudad.
¿Quién designó al Apóstol Santiago como patrono de Mendoza?
Siglos atrás, previo a la creación del reino español, algunos cristianos se encomendaron al apóstol antes de una batalla clave para el futuro del territorio. Ganaron sorpresivamente y tomaron a Santiago como su nuevo Patrono.
Mendoza fue el ejemplo de lo que la historia indicó, tiempo más tarde, designando al apóstol como el patrono de las colonias española. Por otro lado, en 1561, con la fundación de la provincia, Pedro del Castillo “tomó a San Pedro como abogado y patrón de la ciudad”, según consta en el acta de fundación.
Las actas capitulares de los primeros cinco años de la existencia de la ciudad, se habrían extraviado y por eso no puede saberse la fecha exacta en la que se comienza a honrar al Santo Santiago Apóstol como patrono de la provincia. Con el paso del tiempo y hasta los últimos días, Santiago fue convirtiéndose poco a poco en el Patrono de la provincia de Mendoza.
Se declara feriado provincial, por ley provincial 4.081, el día 25 de julio homenajeando al Santo Patrono Santiago.
La procesión, hoy suspendida por la pandemia
Tradicionalmente, el pueblo mendocino ha acompañado la imagen del Santo Patrono en una procesión por las calles del microcentro. Esta costumbre viene desde principios del siglo XVII y constan en las actas del Cabildo.
La imagen que la provincia veneró durante más de 400 años fue la del Santiago guerrero o “matamoros”, que llegó a Mendoza desde España en el año 1600 y muestra al santo sobre un caballo, empuñando una espada y con dos musulmanes a sus pies, tal como se apareció a los españoles que luchaban contra los moros en el 844.
Ese ícono fue reemplazado en 2001 por uno que muestra otra faceta del santo, la del Peregrino que predicó en Judea y Samaria y -según sostienen algunos- evangelizó España y organizó su iglesia. La figura, que desde entonces preside la tradicional procesión, fue tallada en madera por la monja Marta Morader, de la congregación de misioneras Claretianas. En la parroquia de la calle Sarmiento se encuentran las dos imágenes, pero la que preside el altar es la del caminante.