Por su adicción al sexo, un marsupial resigna 14 horas de sueño

Este animal vive solo 11 meses y se reproduce una vez en su vida. Durante la temporada de apareamiento, sacrifican horas de sueño y buscan copular en jornadas que duran 14 horas.

Por su adicción al sexo, un marsupial resigna 14 horas de sueño
Un ratón marsupial australiano macho.

Los investigadores de la Universidad de La Trobe, en Melbourne, Australia, han hecho un descubrimiento curioso sobre el comportamiento del antequino australiano, un marsupial similar a un ratón. Según un estudio publicado en la revista Current Biology, estos animales sacrifican hasta 14 horas de sueño para aparearse con hembras.

“Todos los animales necesitan dormir. Cuando los humanos o los animales no duermen lo suficiente, puede provocar problemas de atención, irritabilidad y otros efectos nocivos. Sin embargo, este pequeño marsupial es capaz de sacrificar horas de sueño para tener más relaciones sexuales durante la temporada de apareamiento”, indicó la revista al final del estudio.

El antequino australiano, que vive en promedio solo 11 meses, muestra este comportamiento singular durante la temporada de apareamiento, que marca el final de su vida. Los machos dedican al menos 3 horas cada noche a copular con hembras en celo, según Erika Zaid, investigadora en Ciencias Animales.

La investigación realizada por Current Biology es el primero en revelar datos certeros sobre la restricción del sueño en un mamífero terrestre. En este caso, impulsado por un fuerte deseo sexual: el ratón marsupial australiano tiene jornadas de 14 horas pasando de hembra a hembra.

Aunque este sacrificio les otorga la oportunidad de reproducirse antes de morir, los machos enfrentan consecuencias físicas, como lesiones cutáneas, pérdida de pelaje y menor rendimiento. La falta de sueño parece agravar estos efectos con el tiempo.

Un ratón marsupial australiano macho.
Un ratón marsupial australiano macho.

La investigadora Zaid indicó que los machos son seméparos. Esto quiere decir que los machos se reproducen una vez en la vida. Mientras que las hembras tienen más oportunidades a la hora de apareamiento.

Contrario a algunas suposiciones, los científicos revelaron que la mayoría de los antequinos machos sobreviven a la temporada de apareamiento, desmintiendo la creencia de que mueren por falta de sueño. Sin embargo, continúan estudiando cómo estos animales manejan la pérdida de descanso y sus repercusiones a largo plazo.

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