Hoy es el segundo lunes de enero. Se cumplen 15 días desde que se inició el año y la fecha coincide con el fin de la primera quincena del mes.
Desde hace un tiempo, en los medios de comunicación y en gran parte de la pseudiciencia, se llama al segundo o tercer lunes del año “Blue Monday”.
Supuestamente, el “Blue Monday” es el día más triste del año ya que es la fecha en la que el mayor porcentaje de la sociedad regresa de las vacaciones o descanso.
El origen del “Blue Monday”
El término “Blue monday” fue creado por el psicólogo británico Cliff Arnall en el 2005 a pedido de una agencia de publicidad que trabajaba para una compañía de viajes.
La empresa quería saber cual era la mejor fecha para tomar vacaciones y así aumentar sus ventas. En este contexto, Arnall desarrolló una fórmula matemática con diferentes variables.
Para hacer el calculo tuvo en cuenta las celebraciones de fin de año, las deudas adquiridas en esas fechas y el clima, entre otras cosas. Aunque la fórmula fracasó por falta de fundamentos científicos, un elemento sobrevivió.
Fundamentos de la fórmula del Blue Monday
Uno de los factores que tuvo en cuenta Arnall, y que no aplica al hemisferio Sur, son las bajas temperaturas del invierno en Estados Unidos.
La falta de luz solar, los días más cortos y las temperaturas frías contribuyen a un estado de ánimo más bajo. La denominación “blue” hace referencia a la tristeza.
En segundo lugar, la acumulación de deudas después de las fiestas de fin de año también hacen su pequeño aporte al Blue Monday.
En tercer lugar, el período que transcurre desde la Navidad hasta el Blue Monday a menudo se considera un momento en el que las personas abandonan sus propósitos de Año nuevo.
Esto hace sentir mal a muchas personas que se sienten incapaces de poder cumplir con la metas que se marcaron el 31 de diciembre.
En ese sentido, la falta de éxito vinculado a metas personales en un día como este pueden generar sentimientos de frustración y desmotivación más intensos.
Por último, la vuelta a la rutina después de los descansos por las festividades o la vuelta de las vacaciones, teniendo que afrontar un año nuevo, también influye en el humor de las personas.