Un hombre de 35 años que el miércoles pasado mató de 4 disparos a un zorro gris (especie silvestre protegida) con un arma de aire comprimido -y con mira telescópica- en Potrerillos se encuentra imputado por la Justicia de Mendoza. El cruel episodio tuvo lugar el 18 de mayo, en horas del mediodía, y el Ministerio Público Fiscal lo imputó por infracción a la Ley Nacional de Conservación de Fauna (22.421). Sin embargo, desde la Fundación Cullunche solicitarán, además, que se lo impute por incumplir la Ley de Malos Tratos y Actos de Crueldad contra los Animales (14.346).
“Se observa que hubo saña y el animal sufrió una agonía tremenda. En la necropsia se observa que el zorro murió como consecuencia de los disparos y que tenía heridas en la cara, en la pata, en el tórax –el proyectil llegó al corazón- y en la columna”, destacó la presidenta de Cullunche, Jennifer Ibarra, quien fue la veterinaria a la que la fiscalía le solicitó que le practicara la necropsia al ejemplar de zorro gris.
Según indicó el actual imputado ante los efectivos policiales, el zorro había ingresado a su casa y había atacado al perro y fue en defensa del can que disparó (aunque llama la atención que le disparado 4 veces, en lugares tan críticos y con una mira telescópica). Y fue una pelea vecinal que se inició en ese momento lo que motivó en la intervención de la policía de la dependencia de Potrerillos y en el posterior descubrimiento y secuestro del cuerpo sin vida del zorro.
Ensañado con el zorro
Según consta en el acta de la denuncia, todo se originó el miércoles pasado -18 de mayo- en una casa ubicada en las inmediaciones de calle Las Golondrinas y la Avenida Los Cóndores, en El Salto (Potrerillos). Alertados por una discusión entre vecinos, personal de la Policía llegó al domicilio y los uniformados se toparon con la macabra escena.
“El vecino del hombre que había matado al zorro estaba peleándose con él y le reprochaba por haberlo matado. Y cuando la policía llegó, no solo se encontró con la discusión, sino con el arma de aire comprimido con mira telescópica y con el cuerpo del zorro”, destacó Ibarra.
Por disposición de la Justicia se dispuso el secuestro del cadáver del animal y del arma. El cuerpo del zorro fue derivado a la veterinaria Ibarra para que se le practique la necropsia.
A simple vista se constató que tenía la mandíbula izquierda fracturada. Y ya con la inspección detallada se observaron hemorragias, hematomas y orificios en piel, además de en los músculos u por debajo de la misma y caja torácica. “Al seguir los trayectos de los orificios, se constata en el tórax derecho un orificio y al seguir el trayecto de este y entrar a la caja torácica, se puede observar una herida punzante en el corazón y hemorragia interna profusa y abundante que ocupa todo el espacio, ya coagulada”, se desprende del informe.
Además se identificó un orificio de entrada a la altura de las costillas, con trayecto hasta la columna vertebral y fractura de un par de vertebras torácicas. “Se logra recuperar del brazo, un proyectil, balín de 5,5. En el contenido estomacal del animal se encuentran gran cantidad de semillas de piquillín, el cual es un fruto silvestre comúnmente consumido por los zorros”, continúa en escrito de la necropsia.
Además, al animalse le hizo una radiografía de cuerpo entero donde se constató la presencia de cuatro proyectiles: uno alojado en el tórax, otro en el canal medular entre las vértebras torácicas, otro alojado por arriba de la articulación del carpo izquierdo (muñeca) -mostrando fractura y estallido posterior del radio (brazo)- y un último proyectil fragmentado, alojado en la mandíbula y con fractura de la misma.