El cantante mendocino Emmanuel Rodríguez, conocido como “Manu Heredia” –quien quedó hemipléjico tras haber sufrido en 2014 un balazo en su columna vertebral– recibirá este domingo en Córdoba capital una distinción como artista y cantautor en mérito a su esfuerzo, trabajo y dedicación diaria. Se trata de la distinción “Arco”, que tiene prestigio a nivel nacional e internacional y será otorgada por O.B.C Producciones.
Mientras espera poder viajar a China para someterse a un tratamiento de células madre, visita que debió postergar a raíz de la pandemia, “Manu” confesó, en diálogo con Los Andes, sentirse gratamente sorprendido por esta noticia que lo alienta a seguir mostrando su música al mundo.
“Estoy muy feliz”, se limitó a señalar, para confesar que lo angustió la muerte, pocas horas atrás, de una integrante de su club de fans y que llegó a dudar en viajar para recibir el premio. “Mi familia me convenció y allí estaré. Creo que será una experiencia motivadora y además aprovecharé para descansar y conocer la hermosa ciudad de Córdoba”, adelantó.
Manu canta a la gorra, generalmente en la esquina de San Marín y General Paz. Deleita con su música melódica, pop latino y algunos temas bailables. La noche del 7 de enero de 2014, en una pizzería de la Sexta Sección, donde trabajaba como cadete, recibió varios disparos por parte de tres delincuentes. Las balas lesionaron su médula ósea y lo dejaron en silla de ruedas.
Pasaron los años y, como pudo, Manu sobrellevó su condición. Hoy asegura que se siente fortalecido y que fue capaz de adaptarse a su nueva vida. Su situación jamás lo llevó a bajar los brazos y, por el contrario, asegura que disfruta de su rol de padre y de su música.
“Escalé de a poco y fui ganándome un lugar de privilegio en el mundo musical. Soy un agradecido”, dijo a Los Andes. Su proyecto de viajar a China quedó momentáneamente trunco por la pandemia, aunque todo está listo el día que habiliten el ingreso: reunió el dinero con ayuda de la gente y el tratamiento está encaminado. “Estoy contando los días para que todo se normalice y poder viajar”, se esperanzó.
La cuarentena lo llevó a cantar en la calle con mucho éxito. Si bien actuaba en distintos eventos, las restricciones lo llevaron a esa esquina de la calle San Martín para seguir generando ingresos y continuar con su pasión.
Manu fue el único empleado, aquella noche, que recibió la peor parte de los delincuentes: el resto se salvó y él tuvo que empezar de nuevo a vivir una vida nueva. “Cuando desperté en el Hospital Central fue una confusión total. No podía moverme, estaba atrapado en una cama con pañales”, relató.
Inició así un proceso largo y tedioso que requirió paciencia y temple. “Lo logré. Muchas veces pienso que de no haber sido por todo esto, no sería una persona tan plena”, reflexiona.
Tras aclarar que su público es hasta los 90 años, Manu ya se instaló en Córdoba para uno de los tantos reconocimientos que ha recibido a lo largo de su carrera. La mayoría son premios simples, cotidianos: el amor del público, muchos de ellos transeúntes del centro, y las palabras de aliento que tanto valora y agradece.