Ya con la habilitación de la Nación para el regreso a la presencialidad en las universidades de todo el país en el contexto de pandemia de coronavirus, las casas de estudio con sede en Mendoza se aprestan para concretar la vuelta de docentes y alumnos.
Más allá de la autorización del Gobierno nacional, las autoridades sanitarias y ejecutivas de cada provincia tendrán la palabra final para llevar a la práctica el regreso. Y en Mendoza, todas las instituciones están a la espera de que el Ejecutivo provincial les dé el visto bueno para poder oficializar el mecanismo de regreso. De hecho, la Universidad Juan Agustín Maza tenía todo listo para retomar las actividades físicas en su edificio a partir del lunes, aunque depende de la autorización de la Provincia que esto pueda concretarse.
El regreso en persona en todas las instituciones se concretará de forma escalonada y manteniendo los protocolos de distanciamiento y medidas preventivas fundamentales. Entre los protocolos, se han diferenciado los de ingreso, de estadía, se va a reconsiderar el número de personas que se podrán mantener en los laboratorios, y además, habrá protocolos egreso; y también se pedirán declaraciones juradas.
Todas las universidades mendocinas (públicas y privadas) ya han presentado sus propuestas de protocolo para regreso al Ejecutivo provincial. Y son las autoridades sanitarias y del comité epidemiológico provincial quienes deben dar el visto bueno definitivo para el regreso.
El regreso no implica una implementación en bloque y de forma universal, ni siquiera dentro de cada una de las universidades. Según especificaron desde el Ministerio de Salud de Mendoza, cada institución tiene sus distintas carreras y cada una de ellas -a su vez- sus formas de trabajo y particularidades. De esta manera, aquellas en las que no sea necesario recurrir a aulas encerradas o grandes reuniones y aglomeración de gente, y donde además se permita el distanciamiento, serán las primeras que podrán regresar.
En la mayoría de las instituciones aspiran a que al menos se pueda retomar la presencialidad para algunas mesas de exámenes finales del ciclo 2020, incluyendo aquellas que tendrán lugar durante el verano.
En el caso de la UNCuyo, hace dos semanas se amplió la propuesta de protocolo y se puso a consideración de los comité epidemiológicos, tanto de la universidad como del Gobierno de Mendoza. Y hasta que no haya una expedición al respecto, no se concretará vuelta alguna.
En la UTN, la situación es similar a la UNCuyo y aguardan que la Provincia dé luz verde a su propuesta de protocolo. “Cuando podamos retomar la presencialidad, tenemos previsto darle prioridad a las mesas de exámenes presenciales que quedan de este año y a la recuperación de clases de laboratorio, para poder formalizar el cursado”, resumió a Los Andes el decano de la UTN regional Mendoza, José Balacco.
Para la elaboración del protocolo de esta universidad se guiaron por las propuestas de las sedes de Santa Fe y Tucumán.
En esta universidad, 92% de los exámenes se tomaron este año en la modalidad virtual y más de 35 egresados obtuvieron su título en la misma virtualidad.
Las otras universidades
El resto de las instituciones universitarias de Mendoza también aguardan que la Provincia autorice sus protocolos. El decano de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad del Aconcagua, Ángel Pellegrino -quien además preside la Asociación de Facultades de Ciencias Médicas de la República Argentina (Afacimera)- indicó que la Nación se inspiró en las recomendaciones de esta última entidad para la resolución de recomienda el regreso a la presencialidad; y que ellos mismos trabajaron en una propuesta de protocolos generalizados para el regreso.
“Desde mediados de octubre, los alumnos de Ciencias Médicas que están en el sexto y último año -y quienes debían hacer las prácticas-, pudieron reincorporarse y hacerlas; que fue lo que se priorizó. Están asistiendo, con todos los protocolos, a centros de salud y hospitales para desempeñarse en áreas que no son Covid-19”, destacó el académico. Sin embargo, aún no hay novedades sobre el regreso a los edificios de la institución.
En el caso de la Universidad de Mendoza, en tanto, durante la jornada del viernes emitieron un comunicado donde destacan que la institución “se encuentra trabajando y ultimando los preparativos para el retorno de las actividades académicas presenciales, respetando las condiciones y medidas de distanciamiento e higiene, dispuestas por el Gobierno Nacional”. En ese sentido, agregaron que la decisión final queda sujeta a las disposiciones del Gobierno provincial, ligada a la situación epidemiológica de la provincia.
La Universidad Champagnat también aguarda la respuesta por parte del Ejecutivo, y ha hecho sus propuestas concretas. “Celebramos que vuelva la presencialidad, la verdad es que ha sido excesivo el tiempo que hemos estado sin clases presenciales. Y nuestra intención es volver a la presencialidad con atención al público. Algunas actividades -como las deportivas y el gimnasio- ya están en funcionamiento. Pero con esta habilitación, vamos a volver con presencialidad en la biblioteca, la atención de alumnos; y además estamos proponiendo hacer actos de colación presenciales, porque son momentos muy importantes”, destacó el rector de la institución, Alejandro Giuffrida.
En lo referido al regresar presencial a clases propiamente dicho, dado que restan solo tres semanas de cursado y que implicaría todo un desarrollo logístico; desde esa casa de estudios indicaron que direccionarán los esfuerzos para regresar plenamente a partir de febrero del 2021.
La institución cuenta, además, con un colegio secundario (Santa María). Y las autoridades han solicitado la autorización para que, al menos de forma paulatina y escalonada, quienes están en quinto año y terminando el secundario puedan tener -al menos- algunos espacios de encuentro en la presencialidad; siempre con los protocolos y cuidados pertinentes.
Los protocolos
Más allá de las especificidades de cada universidad y de cada carrera; hay algunos patrones comunes que están presentes en todas las propuestas de protocolo. Entre ellos se destacan la demarcación de un circuito de circulación para que el ingreso y la salida no se den por la misma puerta o sector, la limpieza y desinfección constante, la limitación de bancos disponibles por cada curso (al menos a 50%) y todo complementado por uso y la existencia de dispenses de alcohol en gel, señalética y el uso de tapabocas.