“Se me llenaban los ojos de lágrimas, la emoción de estar con mis hijos y agradecida de poder estar ahí”, describió Lorena Torres, una mendocina que anoche logró su anhelado sueño de ver a una de sus bandas favoritas: Coldplay.
Es que fue algo largamente esperado, habían comprado las entradas hacía casi un año, en diciembre. Asistió con tres de sus hijos, los más grandes, y fue un esfuerzo económico para la familia. Un año después, no podían imaginar que la situación socioeconómica fuera más compleja sumados a otros desafíos que se les sumaron, pero nada los detuvo y allí estuvieron.
“Lo viví muy emocionada, incluso desde que salimos desde Mendoza, con muchas ganas de llegar, realmente fue un sueño cumplido”, comentó.
Fue la primera noche de una serie de 10 conciertos que los ingleses, liderados por el cantante Chris Martin, brindarán en el país.
“El show es increíble -continuó- tiene todo, canta excelente en vivo, él es muy carismático, se comunica mucho con el público, se mata de risa, habla español, se mete por los pasillos y anda entre la gente”, relató. Coldplay vino a presentar su disco Music of the Spheres en el estadio Monumental, en Buenos Aires.
Dijo que los integrantes de la banda transitaron entre los pasillos sin problemas, ya que la gente fue muy respetuosa, incluso en el ingreso y egreso.
Por otra parte, reconoció una organización impecable, que tuvo pensado hasta el mínimo detalle. Señaló que usualmente los sectores que se encuentran más atrás no ven bien, pero en esta oportunidad hubo pantallas allí también y de los tres escenarios, uno se conectaba con otro más pequeño que, con un pasillo entre el público, le permitió a Martin acercarse al sector trasero para cantar más cerca de la gente.
Tecnología y ecología
Lorena destacó el uso de la tecnología que fue realmente impactante. Y en este punto hizo referencia a las estrategia utilizadas de índole ecologista que permitieron generar energía para el espectáculo.
Es que todo el suelo del campo estaba cubierto por un “piso cinético” que, al recibir el impacto del salto de los fans, genera unos 5 watts por hora y por persona, estimando un salto por segundo.
“Tienen armados como dos trampolines y bicicletas y hay una pantalla como interactiva para pedir voluntarios para las bicicletas y esas camas elásticas que generan energía para sostener el show”, contó. Esto sucedía antes del espectáculo y en la pantalla podía verse como una batería iba subiendo su nivel de carga.
“La banda impresionante, los colores, la tecnología, te daban una pulserita con bluetooth que debés devolver cuando te vas, la organización la manejaba según la canción, y así cambiaba la fisonomía del entorno, por ejemplo, cuando cantan Yellow, todo el estadio estaba amarillo”. apuntó.
Hubo fuegos artificiales, pelotas gigantes y papeles de colores que llegaron a todos los extremos del lugar para que nadie se quedara sin esa parte del espectáculo.
El show duró dos horas y fue muy puntual, empezó a las 21.15 como estaba pautado.
“A mi me encanta, queríamos ir con mi hermana la vez anterior que vinieron y no pudimos”, recordó. Además dijo que fue hermoso compartirlo con sus dos hijos de 17 y 15 años que son tan fanáticos como ella.
“Lo único malo fue el traslado a la salida: los Uber cobraban 10.000 pesos, los colectivos estaban todos llenos o no paraban, así que tuvimos que venir caminando, una hora y media”, culminó.
