Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas

Desde 2016 está vigente la ley que establece que el Estado debe costear 50% de las pérdidas de ganado a aquellos productores cuyas crías son víctimas de pumas y otros carnívoros. Sin embargo, la modificación para llevar a 100% e incluir a ejemplares adultos está estancada.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Imagen Ilustrativa.

Desde 2009, por iniciativa de la ONG “Pumakawa Reserva Natural” (Córdoba) y de National Geographic Latinoamérica, se conmemora el Día Internacional del Puma cada 30 de agosto. Se trata de una fecha que busca resaltar la importancia de conservación y cuidado de esta especie emblemática y de importancia central en el funcionamiento de los ecosistemas naturales. En Mendoza, la caza del puma se encuentra prohibida y penada por la ley de Fauna Silvestre. Y es precisamente ante este escenario, y sin desconocer la importancia de este felino en el medio ambiente, que un grupo de productoras caprinas y de distinto tipo de ganado de Malargüe aprovechará la conmemoración para insistir en un proyecto de ley que, aunque tiene media sanción ya, se encuentra “cajoneada” en la Legislatura de Mendoza: la modificación de la ley 8846/16, que establece que se entregue un resarcimiento a aquellos crianceros cuyo ganado haya sido víctima de los pumas en Mendoza.

“La lucha viene de hace años ya. Porque la ley establece que el Gobierno reconozca y se haga cargo de 50% de las pérdidas del ganado en mano de pumas y otros carnívoros, pero necesitamos que se haga cargo de todas las pérdidas (100%). ¡Nosotros vivimos de esto! Además pedimos que se amplíe a todo tipo de ganado, no solo el caprino en la época de parición. Porque los pumas y otros carnívoros también matan a terneros y potrillos”, destacó Gladys Vázquez (52), referente del grupo autoconvocado Puesteras Empoderadas.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Imagen Ilustrativa.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Imagen Ilustrativa.

La referente, quien vive en un puesto rural en la zona conocida como El Chihuido Grande (a 35 kilómetros de la Ciudad de Malargüe) junto a su esposo Andrés Moyano (51), destacó que entienden la importancia de la conservación del puma y la valoran y respetan como corresponde. En ese sentido resaltó que bajo ningún punto de vista su intención es fomentar la caza de estos ejemplares y hasta resaltó los programas en que se trabaja para lograr la convivencia pacífica entre los carnívoros silvestres y los crianceros, como por ejemplo el programa de Perros protectores, que ha arrojado resultados más que favorables en sus distintas experiencias.

El mencionado programa de Perros protectores consiste en incluir, prácticamente desde el nacimiento, a perros dentro de la manada del ganado y sus corrales, precisamente para que éstos se acostumbren a convivir entre sí y que así se permita mantener alejados a los pumas y otros carnívoros. Por lo general, en base a la experiencia, se observa que por una mera cuestión de olfato, al advertir la presencia de otro carnívoro (en este caso el perro, que se cría adaptado a la manada), el puma directamente no suele acercarse a estos corrales y se esfuma el peligro.

Puesteros y puesteras piden más ayuda al Estado

No obstante, y hasta tanto se logra universalizar este programa, el grupo de Puesteras Empoderadas entiende que es fundamental la presencia del Estado para que se asista a las víctimas de los carnívoros en el resarcimiento ante las pérdidas. “La asistencia que da la ley 8846, ya aprobada, resultó ser muy poca y el reconocimiento fue muy bajo para ayudar al ganado criancero. Esa ley establece que se reconozca con 50% de la pérdida a los productores que hayan sido víctimas de las pérdidas por parte de los carnívoros durante los dos meses de parición, que es cuando se cuida a la cabra, se recoge el chivato y se lo lleva al corral. Sin embargo, 50% no es suficiente, y por ello se impulsó la modificación para llevar a que se reconozca 100% de las pérdidas”, destacó Vázquez a Los Andes. Y es esa actualización de la norma la que quedó estancada en la Legislatura tras haber sido aprobada en la Cámara de Senadores.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.

Incluso, la puestera resaltó que -en muchas ocasiones- ni siquiera se les dio respuesta con el resarcimiento de 50% que ya estaba fijado por la ley vigente.

“En Malargüe hay más de 2.000 puesteros, y la problemática con el puma y el ganado es algo que se da durante todo el año y a todo. Es fundamental que se garantice al criancero el poder reponer sus animales. Hay puesteros que viven solo de sus animales, es su capital”, indicó Vázquez, quien resaltó que no es algo que se da solamente con los pumas, sino también con zorros y perros cimarrones (salvajes).

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Imagen Ilustrativa.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Imagen Ilustrativa.

Entre octubre y diciembre se da la época de parición del ganado caprino (cabras y chivos) en Malargüe. Y es en esa época en que aumenta el riesgo de los ataques de carnívoros, que asaltan corrales para hacerse con las cabras que están solas -porque han parido- y con sus crías. “El anteaño pasado tuvimos la visita de un puma por la noche, se metió donde habíamos puesto a las cabras de a dos. Fue algo sorprendente, porque se metió al corral y se robó un chivo una noche, y al día siguiente se llevó al otro. Mi marido lo siguió y, a pocos metros del corral, encontró al chivatito muerto”, ejemplificó la puestera.

Una vez pasada esta época del año, en enero comienza la veranada y que consiste en la expedición que los puesteros y sus chivos realizan hacia la cordillera. Allí aprovechan par apastar y abastecerse hasta que, a fines de marzo o ya en abril, regresan a sus tierras.

“El productor es consciente de que está la ley que prohíbe matar al puma, sabe de los castigos y penas si lo hace y nunca es ese su objetivo. Pero, ante la falta de la ayuda necesaria, el productor también se siente acorralado. Sería importantísimo que el Gobierno se haga cargo de esas pérdidas de crías y ganado. Porque, la verdad, hemos llegado a pensar en que el puestero va a tener que desaparecer si esto sigue así. Y Malargüe tiene el Festival Nacional del Chivo, pero no podemos garantizar su protección”, siguió Gladys Vázquez, de Puesteras Empoderadas.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.

A este pedido se han sumado también puesteros de San Rafael y de General Alvear, quienes han comenzado a juntar firmas para destrabar la ley que amplía la protección y el resarcimiento por las cabezas perdidas en manos de carnívoros. En ese sentido, reclaman tener el mismo compromiso de asistencia de aquellos productores hortícolas que se ven afectados, por ejemplo, por el granizo y la sequía.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Gladys Vázquez.

Por qué el 30 de agosto es el Día Internacional del Puma

El 30 de agosto de 2009, un incendio -que se inició por negligencia humana- puso en peligro la vida de los pumas en la provincia de Córdoba. Este episodio llevó a que una gran cantidad de ejemplares estuvieran al borde de la muerte. Pero la rápida y oportuna intervención del equipo de la ONG Pumakawa permitió salvar a todos los ejemplares. Desde entonces se fijó el 30 de agosto como Día Internacional del Puma, con el objetivo de resaltar y concientizar sobre la importancia de este felino en los ecosistemas y en la fauna salvaje.

Uno de los mitos que se intenta romper con esta conmemoración es esa idea de que el puma es un animal agresivo y violento. El hábitat natural de estos ejemplares son las zonas cordilleranas, así como también las sierras, los pastizales, los montes y los bosques. Por lo general evitan zonas urbanas y periurbanas, aunque se los puede observar en ocasiones en zonas de ganadería.

Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Fundación Cullunche.
Productores del Sur reclaman una ley que repare las pérdidas de sus animales cazados por pumas. Foto: Fundación Cullunche.

Un ejemplar adulto de puma puede llegar a pesar entre 40 y 80 kilos -la hembra es más chica que el macho-. Se trata de un animal territorial y solitario, de hábitos crepusculares y nocturnos. Es muy ágil y experto trepador.

Qué hacer ante el avistaje de pumas en zonas urbanas

  • Mantener distancia y resguardarse.
  • Evitar corridas, gritos o ruidos fuertes para que no se sienta amenazado.
  • No intentar capturarlo ni acorralarlo.
  • No intentar alimentarlo.
  • En lo posible mantener iluminación nocturna fuera de la vivienda y zona de corrales.
  • Encerrar el ganado en corrales cercanos a las casas durante la noche.
  • Eliminar restos de animales muertos de la zona peri doméstica.

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