Punta del Agua, un oasis alejado del sur provincial entre manantiales y casas en los árboles

Es un distrito de San Rafael que está a 90 km de Alvear, la ciudad más cercana. Posee atractivos turísticos naturales que muy pocos conocen. Un acueducto provee del vital líquido a dos localidades de La Pampa.

Punta del Agua, un oasis alejado del sur provincial entre manantiales y casas en los árboles
Punta del Agua

Con el cerro Nevado de fondo, frondosos árboles, arroyos y plantaciones marcan la llegada a un oasis del sur provincial. Punta del Agua es un vergel en medio de una zona semidesértica que está prácticamente pegada a la provincia de La Pampa.

Este distrito pertenece a San Rafael, pero el acceso más directo es a través de General Alvear. Y se encuentra muy cerca de otro paraje lejano, Agua Escondida, en el departamento de Malargüe. Por lo visto está cerca de varios lugares, pero muy alejado de los centros urbanos de la provincia.

Desde San Rafael hay que transitar casi 150 kilómetros desde Las Malvinas, por un camino de tierra que generalmente está en malas condiciones debido a la crecida de arroyos secos durante las tormentas.

El acceso más directo es por General Alvear-Carmensa, son casi 90km por la ruta 143 para luego tomar la 190 hasta el cruce con la 179. Allí está el centro cívico de uno de los distritos más grandes del departamento, pero uno de los menos poblados. Y los poco más de 1.500 habitantes en el fondo se sienten un poco aislados. Y otra particularidad: gran parte de este territorio pertenece a una empresa extranjera.

Casas Vivas de Punta del Agua
Casas Vivas de Punta del Agua

“La vista del pueblo es muy bonita cuando uno llega, porque observa una zona verde en contraste con el resto”, aseguran Marcos y Milagros, que utilizan este camino para arribar a la escuela evangélica de Agua Escondida. Agregan que es un camino directo para volverse a la ciudad de Mendoza por Alvear y luego tomar la ruta de San Rafael o la de Monte Coman-Las Catitas.

Norberto, un alvearense jubilado que todavía trabaja como carnicero en la ciudad de Mendoza, cuenta que desde su Bowen natal partían a buscar madera a Punta del Agua. “Se producía mucho álamo y de allí transportábamos las maderas en camión hacia Alvear”, asegura Norberto.

Una de las principales actividades es la ganadería y la producción agrícola, aunque el turismo aventura se viene desarrollando desde hace unos años.

El portal Mendozatravel destaca el microclima del sitio, ubicado en un valle de unos 5 km de extensión, ideal para realizar cabalgatas y ascenciones a cerros cercanos. El Nevado tiene 3.833 metros. Entre otros lugares y parajes para visitar, resalta el Cajón de Mayo, Los Patos, Agua Seguro, Agua del Capataz, Agua del León, Los Caballos, Bajada del Quebrado y El Pantanito.

Este año, el municipio sanrafaelino llevó adelante un plan de mejora de los caminos del distrito y también hizo entrega de varios centenares de metros de cañería de agua para mejorar el abastecimiento de la población. Es que en este lugar, al menos hasta ahora, abunda el agua, cuenta con manantiales naturales y arroyos que le dan el verde que lo caracteriza. Como en el resto de la provincia, el agua proviene del deshielo, pero vale aclarar que la mayor parte del líquido elemento que riega esta zona es de manantial y es mineral. Así se entiende cómo´se formó este oasis en medio del secano sureño, donde se desarrollan naturalmente las plantas adaptadas a este tipo de suelo y clima, como la jarilla, el coirón o el algarrobo.

Pero Punta del Agua hace honor a su nombre y tan es así que desde este punto de la provincia parte un acueducto de 90 kilómetros para abastecer a las localidades pampeanas de Santa Isabel y Algarrobo del Águila, dos poblados muy importantes de la vecina provincia que también conecta con el camino a Neuquén.

Los pobladores de Punta del Agua se sienten orgullosos por esta obra que abastece a los pampeanos, en el marco del reclamo que realiza esa provincia por Portezuelo del Viento.

Añosos árboles en propiedades particulares, fincas y caminos, conviven con jóvenes ejemplares que serán talados para ser convertidos en madera. Y otros árboles, ubicados en un camping de la zona, toman formas que parecen sacadas de un cuento infantil. Son las llamadas Casas Vivas de Punta del Agua, un complejo destinado a personas amantes de la naturaleza.

Son casas hechas con árboles vivos”, sintetiza Daniel Polkosnik, uno de los propietarios del sitio manejado por su familia. No se trata de casas realizadas en un bosque, como sucede en el bosque Peralta Ramos, al sur de Mar del Plata, sino casas o cabañas dentro de una maraña de troncos y ramas. “Mi viejo tuvo un sueño, hace 28 años, en esta zona de agua, montaña y bardas, que cuenta con muy buen suelo. Él es productor agrícola y desde Alvear se vino aquí, donde la tierra es turba y así empezó a plantar los árboles, injertándolos y dándole forma con la intención de adecuar un espacio para habitarlo”, explica Daniel.

Así comenzó el proyecto Casas Vivas, hechas con álamos, sauces y otras especies. “Si bien la estructura de la casa son los árboles y esta “telaraña” de injertos, debajo colocarmos protección impermeable”, asegura Daniel. Y agrega: “es para el que le gusta la vida más al aire libre y disfruta de la naturaleza”.

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