“El agotamiento por calor puede producirse en cuestión de horas y la insolación puede ser mortal” afirma en una publicación National Geographic.
Cuando el sistema que controla la temperatura del cuerpo se sobrecarga, las personas pueden sufrir alteraciones en su salud y hasta descompensarse gravemente.
“El cuerpo normalmente produce sudor para enfriarse, pero en ciertas condiciones, no alcanza con solo sudar”, explican los CDC, de Estados Unidos.
Cuando sucede, la temperatura del cuerpo aumenta rápidamente y ante las temperaturas corporales muy elevadas pueden dañarse el cerebro u otros órganos vitales. “Varios factores afectan la capacidad del cuerpo para enfriarse durante los días de calor extremo -explica el organismo- cuando hay mucha humedad, el sudor no se evapora lo suficientemente rápido, lo que impide que el cuerpo libere el calor con rapidez”.
En tanto, además de la temperatura y la humedad ambiental hay otros factores que pueden limitar la capacidad de regular la temperatura del cuerpo. Por un lado, la edad. Los adultos mayores y los niños menores de 4 años pueden verse más afectados. También por la obesidad, la presencia de fiebre, deshidratación, enfermedades cardiacas o mentales, mala circulación, quemaduras solares, usar ciertos medicamentos recetados y consumir alcohol.
Más riesgos para la salud
La Organización Mundial de la Salud explica que la sobrecarga a la que se ve sometido el organismo al intentar enfriarse también afecta al corazón y los riñones. Por ello, el calor extremo puede agravar los riesgos para la salud derivados de afecciones crónicas (como la diabetes y las enfermedades cardiovasculares, mentales, respiratorias) y provocar lesiones renales agudas.
“Cuando se declara una alerta por calor extremo, las defunciones y hospitalizaciones se producen rápidamente (el mismo día y los días siguientes), por lo que es preciso actuar con rapidez”, subraya la entidad.
Además, agrega que hay consecuencias en otros planos ya que el calor también puede perturbar e interrumpir servicios esenciales para la salud, por ejemplo, afectando al suministro eléctrico y el transporte. “Además, reduce la productividad laboral y aumenta el riesgo de accidentes. Cuando hace mucho calor resulta difícil trabajar y aprender; de hecho, las olas de calor pueden obligar a cerrar escuelas y otros establecimientos. Otro efecto de estos eventos son los episodios peligrosos de contaminación atmosférica”, apunta.
Consecuencias del calor
Entre las consecuencias pueden presentarse se encuentra el agotamiento por calor, cuando pasan varios días de altas temperaturas, que es lo que está sucediendo en Mendoza, donde rige una alerta al respecto.
Un caso extremo o más grave sucede cuando se presenta el golpe de calor, que ocurre por exposición prolongada al calor, en ambientes poco ventilados o por estar mucho tiempo al sol. En este caso, el cuerpo deja de poder controlar su temperatura, el mecanismo de sudoración falla y el cuerpo no logra enfriarse. La temperatura del cuerpo podría subir a los 41°C o más en unos 10 a 15 minutos. Hay que saber que el golpe de calor puede provocar la muerte o una discapacidad permanente si no se proporciona tratamiento de emergencia.
Pero pueden producirse otras consecuencias como náuseas y vómitos, dolores de cabeza y de estómago. También puede haber una alteración de la conciencia, mareos, zumbidos y desmayos, sensación de letargo o agotamiento.
Otro efecto puede ocurrir a nivel de la piel, ya que esta puede enrojecerse y hasta presentar salpullidos o irritaciones. También pueden aparecer calambres y dolores musculares.
Entre las personas que están en mayor riesgo de enfermarse por el calor se incluyen los bebés y los niños de hasta 4 años de edad, las personas de 65 años o más, las que tienen sobrepeso y las que están enfermas o toman ciertos medicamentos.
Cómo prevenir las consecuencias del calor
- Mantenerse hidratado, sobre todo niños y adultos mayores
- Usar ropa liviana, preferentemente clara
- Evitar el esfuerzo físico en horas de mayor temperatura
- En caso de tener que salir a la calle, caminar en lo posible por la sombra.
- Darse un baño diario, preferentemente en forma de ducha o bien refrescarse con paños húmedos.
- Es importante una buena nutrición: aumentar el consumo de frutas y verduras frescas, por lo menos cinco entre ambas por día.
- Comer las cuatro comidas, no saltearse ninguna.
- Evitar el alcohol, las bebidas con cafeína y las comidas calientes.
- Dentro de la casa, quedarse en la sala más fresca.
- En caso de no sentirse bien por el calor, pedir ayuda. Y si además aparecen síntomas como dolor de cabeza, dolor abdominal, náuseas, vómitos o mareos, consultar con urgencia al médico
- En caso de vivir solo, tratar de mantenerse en contacto con alguien cercano.
