Que las mujeres y los hombres funcionamos distinto y tenemos diferentes maneras de percibir tanto en entorno como los estímulos, es tan cierto como el hecho de que recién en los últimos tiempos ellas han comenzado a manifestar de forma explícita qué es lo que les gusta en la intimidad. Ya sea por vergüenza, razones culturales, prejuicios o miedo al rechazo, durante mucho tiempo silenciaron -o al menos no expresaban con claridad- lo que realmente disfrutan en la cama, sobre todo si se trataba de parejas recientes o relaciones de una noche.
Tal vez por este motivo (y la profusión de información derivada de la industria porno) muchos hombres creen que van por buen camino o, en el peor de los casos, ni siquiera se cuestionan sus métodos bajo la lógica implícita de: “lo vi en un video y lo quiero hacer”, sin siquiera preguntarse a sí mismos -y mucho menos a ella- qué tan satisfactorio puede ser para la mujer “eso que vieron y quieren hacer” en la realidad.
Un estudio del famoso Instituto Kinsey de sexología, con sede en Rosario, Santa Fe, descubrió que los hombres más felices son aquellos que le dan importancia a los orgasmos de sus parejas.
En esta nota desglosamos 13 puntos (sí, son muchos, pero el éxito nunca acompaña a los cobardes) que cualquier hombre que quiera conquistar o mantener la llama encendida con una mujer debería tener en cuenta. Todos los puntos son importantes, aunque puede variar el orden de prioridades.
1- Toda mujer quiere sentirse atractiva
Es indispensable que antes, durante y después, le digan a su chica cuánto les gusta, las partes de sus cuerpos que les atraen, lo bella que se ve esta noche, lo rico que besa…
Todo lo positivo que puedan decir surtirá un efecto inmediato que ayudará a que ella se sienta más segura y provocará que sea más activa en la cama.
2- Tiempo, mucho tiempo
Aunque en ocasiones ese sexo rápido y salvajemente desaforado sea excitante; lo cierto es que por regla general, las mujeres necesitamos tiempo para “entrar en onda”.
Aquí radica una de las principales diferencias entre hombres y mujeres: Mientras los hombres se excitan en pocos segundos con solo pensar en sexo, a las mujeres nos lleva unos 20 minutos estar al mismo nivel.
Cuando el juego previo es apropiado se logra la lubricación vaginal y la erección del clítoris, que es un órgano vital en la sexualidad femenina, para lograr mejores, más intensos y prolongados orgasmos.
3- Besos, cariños y mimos
Uno de los reclamos más frecuentes por parte de las mujeres, es que ellos se contentan con la penetración y listo. La realidad es que las mujeres necesitamos el contacto más allá de lo físico.
El roce mecánico del pene contra las paredes vaginales no genera de por sí ningún efecto y se podría comparar con la sensación de rozar los nudillos contra la pared. Para que ese roce tenga un resultado positivo, debe estar acompañado de besos, caricias, miradas y todo lo que implica “sentir al otro”.
Si bien es cierto que entre las fantasías más comunes de las mujeres existe la de tener sexo improvisado con un desconocido, en la realidad el hombre que “llega y entra” sin mediar muchos trámites corre el riesgo de fracasar. Peor aún si se trata de una pareja establecida, ya que esto (que puede funcionar si hay un acuerdo tácito entre ambos) por lo general suele dejar a la mujer desconcertada y vacía.
Son muchos los sexólogos que explican que el sexo comienza desde la previa, y que ese momento es más importante que el acto coital en sí, ya que ayudan a excitar a la otra parte, mejorar la lubricación, hacen que la penetración sea menos dolorosa y que resulte más fácil alcanzar el orgasmo.
4- Que descubran las zonas erógenas
Todas tenemos un lugarcito súper sensible, que cuando es acariciado o besado nos eriza la piel. Para algunas es el cuello, para otras está justo detrás de la nuca, a otras les gusta un besito o una caricia en la panza.
Lo cierto es que cada mujer tiene un lugar distinto que la vuelve loca. Supongo que para los hombres, esto debe ser tan desconcertante como un mapa del desierto del Sahara: se ve todo igual y no tiene carteles ni indicaciones. Justamente por eso, es que deben explorar todo y estar atento a las señales que ella les da.
Es muy importante el tiempo que se dedica a esta exploración y siempre tener en cuenta que se comienza de arriba hacia abajo (¡¡no al revés!!) porque no hay nada menos excitante que los manotazos en la vulva o -peor- un dedo en una vagina que no está lubricada. De hecho, causa el efecto contrario. La forma más efectiva de estimular a tu compañera es tocar todas las partes menos sus genitales; esto hará que su deseo aumente.
5- Sexo oral
Un secreto muy bien guardado es el de tomar algunos sorbos de una gaseosa (tipo Coca Cola o Pepsi) antes de practicar un cunnilingus. El exceso de azúcar de estas bebidas hace que las glándulas generen más saliva y que la lengua se ponga más suave.
Otro consejo: siempre comenzar de afuera hacia adentro, si es posible, desde la parte interna de los muslos hasta llegar a los labios vaginales. No hay nada más desagradable que un mordisco en el clítoris de improviso. Además debés tener en cuenta que, al igual que los pezones, la zona de la vulva es muy sensible, pero cada mujer tiene una sensibilidad distinta, por lo que a algunas les gustan los mordiscos o el trato más rudo, mientras que para otras es insoportable.
Por último, si realmente querés aprender a dar buen sexo oral, la vía más rápida es consultar con un profesional (hombre o mujer) en sexología, ginecología y hasta urología, ya que conocen la anatomía femenina de modo que pueden orientarte en algunas buenas técnicas.
6- Miradas y palabras “hot”
No hay nada peor en la cama que un hombre en silencio. No hablar ni gemir ni nada convierte al hombre en un ser inerte. No hay nada más sexy que escuchar palabras fuertes al oído en el momento justo.
También es atractivo verlos o escucharlos gemir. ¿En qué momento y por qué motivo dejaron de hacerlo? Todas estas cosas nos excitan. Los gemidos son una forma de comunicación sexual que le dice al otro qué nos gusta, sin necesidad de estar dando indicaciones del estilo “así, así”.
Por favor, eviten sonar como actores porno o con gemidos fingidos porque se nota.
Y las miradas, para las mujeres, son algo importantísimo. No sólo porque nos sentimos más sensuales, sino porque necesitamos saber que el otro “ahí” con nosotras, que somos dos, absolutamente conectados el uno con el otro.
7- Hacer el amor nunca es cursi
El sexo siempre es placentero, pero hacer el amor es otra cosa. A menos que estemos en una relación pasajera o de sexo salvaje, la sensación de “hacer el amor” es vital, porque trasciende lo meramente físico, y el placer es corporal, emocional y espiritual.
Muchos hombres que realmente aman a sus parejas no saben cómo hacerlo. Suele suceder que ellos están muy preocupados por su propia performance (si se mueven bien, si duran lo suficiente, si el miembro está bien erecto) y eso les hace olvidar que un beso profundo y cariñoso, una sonrisa tierna, una caricia amorosa, nos da mucho más placer que el sorprendente desempeño de un actor de una triple X.
8- El después
Nada hace sentir peor y más vulnerable a una mujer, que un hombre que salta de la cama a bañarse cuando terminó el sexo.
Sabemos que ellos después de la eyaculación entran en el período refractario y pueden llegar a quedarse dormidos. Pero un gesto cariñoso, caricias en el pelo y un abrazo son fundamentales.
Lamentablemente, el 53% de los hombres no dan un abrazo ni al borde del coma etílico.
9- Un orgasmo mínimo
Un buen amante siempre espera a que ella alcance el clímax o, mejor aún, intenta que coincidan en el tiempo. No hay nada menos erótico (y de principiantes), que acabar solo y luego esperar que ella llegue al orgasmo, si es que llega.
10- No es no
Si ella te dice que te pongas el preservativo, te lo ponés si querés seguir la relación. Si ella te dice que no quiere sexo anal, no insistís. Si ella te dice que ha cambiado de opinión y que ya no quiere tener sexo, no hay sexo. No es no.
No es una esclava sexual y no tiene que hacer todo si no le gusta o no tiene ganas. El sexo es una cosa de dos, de lo contrario es abuso.
11- Sacate las medias
De todas las imágenes mentales que las mujeres quisiéramos borrar de nuestra memoria, la de él desnudo pero con las medias puestas es la número uno.
Si el sexo se presenta espontáneo y se concreta rápido, al menos podés dejarte los pantalones a medio poner -eso sí es muy sexy- para disimular las medias.
12- Cama arreglada
No solo la cama tendida, también sábanas limpias y en lo posible, una habitación ordenada. No es que las mujeres vayamos a hacer inspección de limpieza en una noche de romance, pero sí es cierto que en esos momentos, todos los sentidos están al mil por ciento, por lo que es mucho más factible que si hay malos olores en la casa o en el cuarto, ella lo perciba y no se sienta cómoda.
Si al orden, le podés agregar un ambiente agradable, con música, luces tenues (también pueden ser velas), algo rico para tomar y unos chocolates, el éxito está asegurado.
13- Mente abierta
Es bastante difícil encontrar una persona con la cual uno pueda ser como es y no sentirse juzgado. Por eso, ir construyendo confianza en la relación es muy importante. Tener confianza para contarse las cosas y los gustos sexuales, cumplir las fantasías del otro, o al menos intentarlo, lo hará todo mucho más fácil.
Tal vez quiera probar juguetes o alguna postura diferente en la cama. Saber que te lo puede pedir sin problema es lo mejor.