Qué pasa en nuestro cuerpo cuando no consumimos harina refinada durante un mes

A pesar de ser fundamentales en la dieta actual, cada vez más personas optan por dejar de consumirlas. ¿Cuál es el verdadero impacto de este producto en la salud y cómo podemos sustituirlo?

Qué pasa en nuestro cuerpo cuando no consumimos harina refinada durante un mes
Qué pasa en nuestro cuerpo cuando no consumimos harina refinada durante un mes.

En los últimos años, las harinas refinadas han sido objeto de intensos debates en torno a la salud y la nutrición. A pesar de su versatilidad y su amplia disponibilidad, que las hicieron esenciales en muchas dietas a nivel mundial, varios estudios y expertos alertan sobre los peligros de su consumo en exceso.

Investigaciones del Hospital Universitario Miguel Servet de Zaragoza señalan que el abuso de estos productos puede favorecer el desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes tipo 2, la obesidad y problemas cardiovasculares.

Por su parte, especialistas como la doctora Selvi Rajagopal de la Universidad Johns Hopkins, en Estados Unidos, afirman que la industria alimentaria prioriza la durabilidad de los productos sobre su valor nutricional, lo que contribuye a la persistencia de su consumo a pesar de los efectos negativos sobre la salud.

Qué son las harinas refinadas

Las harinas refinadas son el resultado de un proceso industrial en el que se eliminan el salvado y el germen del grano de trigo, quedando solo el endospermo, que es rico en almidón. Este proceso mejora la textura y aumenta la vida útil de los productos, pero a su vez elimina nutrientes esenciales como fibra, vitaminas y minerales.

Según los expertos, “la harina refinada es casi puro almidón”, lo que provoca un alto índice glucémico, elevando rápidamente los niveles de glucosa en la sangre. Este tipo de harina es la base de una gran variedad de productos de consumo masivo, como panes, galletas, pasteles, pizzas y pastas, además de estar presente en alimentos procesados y ultraprocesados. Rajagopal también destacó que el gluten, una proteína de estas harinas, se utiliza como aditivo en productos inesperados, como salsas y helados.

Pan.
Pan.

De acuerdo con lo que explicó la licenciada en Nutrición Ana Chezzi (MN 2245), “el trigo que se utiliza actualmente ha sido modificado de manera significativa, lo que da como resultado moléculas de gran tamaño que el cuerpo humano no está capacitado para digerir”. Esto hace que las moléculas lleguen al intestino en un tamaño inadecuado, lo que puede dañar la mucosa y las paredes intestinales, causando diversos grados de inflamación.

La experta detalló que las modificaciones genéticas del trigo han tenido un impacto considerable. “El trigo se ha convertido en transgénico para lograr granos más grandes, más resistentes a cambios climáticos y a las plagas”, comentó, añadiendo que estas modificaciones se han logrado con el uso de pesticidas, bactericidas, fungicidas y fertilizantes. Según Chezzi, estos cambios también han contribuido al aumento de intolerancias distintas a la celiaquía.

Efectos de dejar las harinas refinadas por un mes

Eliminar las harinas refinadas de la dieta durante 30 días puede traer cambios significativos al organismo. En los primeros días, es común experimentar una disminución de la energía, ya que estas harinas proporcionan carbohidratos simples de rápida absorción.

Sin embargo, una investigación realizada por la Universidad de los Andes indicó que este proceso puede llevar a mejoras importantes en la salud metabólica y digestiva. Se observó, por ejemplo, una mayor estabilidad en los niveles de glucosa en sangre, lo que contribuye a controlar los antojos y prevenir picos de insulina.

Además, la reducción en el consumo de calorías vacías y la disminución de la retención de agua pueden favorecer una leve pérdida de peso. Los estudios también vinculan la eliminación de harinas refinadas con un menor riesgo de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares, ya que ayuda a reducir los triglicéridos y regula la presión arterial.

No obstante, dejar de consumir estos productos completamente también puede provocar síntomas temporales como dolores de cabeza, fatiga e irritabilidad, conocidos como el “síndrome de abstinencia de carbohidratos”. Según el mismo estudio, estos efectos se deben a la disminución de dopamina en el sistema de recompensa del cerebro, que se activa al consumir carbohidratos de rápida absorción.

En qué alimentos encontramos las harinas refinadas

Las harinas refinadas son un ingrediente omnipresente en productos de consumo masivo. Entre los alimentos más comunes se encuentran:

  • Pan blanco: utilizado en innumerables hogares por su suavidad y textura.
  • Pasteles y galletas: presentes en celebraciones y snacks, son ejemplos clásicos de productos elaborados con harinas refinadas.
  • Pasta blanca y pizza: una base de la alimentación en muchas culturas.
  • Bollería y wraps: bollos, magdalenas y tortillas de harina destacan por su elasticidad y suavidad, resultado directo del uso de harinas refinadas.

Además, estas harinas aparecen en productos procesados como sopas instantáneas, salsas y hasta quesos y fiambres.

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