Comediante, emprendedora, amante de los autos, autodidacta y también madre. Belu Lucius es de esas argentinas que decidieron desde chicas que se iban a apropiar del mundo y, a base de humor y personalidad pura, ha logrado ganar seguidores que traspasan las fronteras argentinas.
“Siempre fui muy emprendedora. Tengo hormigas en el cuerpo, no puedo quedarme sentada. Soy una busca, vivo yendo tras nuevos desafíos. Me aburro rápido y entonces voy cambiando", contó hace unos años en confidencia con el sitio Viva, de Clarín. Recién salida del colegio estudió Relaciones Públicas y trabajó un tiempo en Boca Juniors, se pasó a la radio y organizó algunos eventos. Pero la actuación le corría por la sangre y en poco tiempo encontró en las redes el espacio que necesitaba para sus desopilantes ideas.
Junto a su hermana hicieron la obra “El canasto” y después se animaron con “Las Lucius”, dos espectáculos de stand up que tuvieron un éxito rotundo y lleno de carcajadas. “Yo no me daba cuenta, pero lo que estaba haciendo en los videos era un poquito de stand up, entonces esto es trasladarlo a un vivo, sin edición, con participación del público y acerca de temas que yo nunca hablé”, dijo a Infobae cuando su segunda obra estaba en estreno.
Pero fue en su Instagram donde consiguió la legión de seguidores que hoy la apoyan en todo y siguen cada uno de sus pasos. En las redes no paraba de publicar videos con las situaciones y reflexiones que hacia sentir a cada usuario identificado, para después terminar estallando de risa con los sorpresivos finales. Fue esta fama la que logró que el año pasado fuera el mismo Adrián Suar quien la llamara para participar en una corta comedia sobre influencers. Mientras tanto, ella hoy cuenta con más de un millón y medio de seguidores en Instagram, así que el papel le venía como anillo al dedo.
“Chueco en línea”, producido por Polka, tenía un elenco que incluía a Iair Said, Toto Kirzner, Darío Barassi y el mismo Suar. Belu contó que no podía creer la oportunidad que se le presentaba, porque ni siquiera hizo casting formal, ya que solo la querían a ella para el papel. “Me llamó el productor, tuvimos una reunión y al principio no caía. Pensé que era una joda. Nunca hice casting. Ellos querían trabajar conmigo. Esa fue una linda etapa”, contó a Clarín.
Este mismo año incluso, fue llamada a participar en vivo junto a Julián Weich, que le dió una sección especial llamada “El diván de Mabel”. “Lo consulté con mi marido porque somos una familia y un equipo. Era trabajar los fines de semana, a la noche, hora complicada con los pibes en casa, antes del baño. Pero mi marido me apoyó al igual que mis padres. Así que arranqué con todo los cuidados. En el programa hago distintos personajes con humor y estoy muy contenta. A veces, las cosas pasan cuando tiene que pasar”.
Belu y su marido, el rugbier Javier Ortega Desio, se casaron en marzo de 2017. Al poco tiempo anunciaron el primer embarazo de la influencer. Llegó entonces Juan Bautista y el año pasado la familia se agrandó con la llegada de Benjamín. A su papel de madre se le suma unas ganas tremendas de siempre empezar algo nuevo. Y el papel de emprendedora le viene desde chica: “Nunca paré. Durante la semana, salía del colegio y tenía actividades extra curriculares, porque yo las pedía: dos veces por semana hacía zapateo americano y danza jazz; otras dos, jugaba al hockey en el Club Ciudad de Buenos Aires; y el quinto día, tomaba clases de piano porque mi abuelo me había regalado un órgano”.
Incluso entre medio de su primer y segundo hijo, con su marido se pusieron un Food Truck de yogurt helado, que tuvo mucho éxito entre sus fanáticos y entre quienes no la conocían también.
Con este logro en el mundo gastronómico, Belu se animó a participar cuando la llamaron al MasterChef Celebrity 2020. Ahora se encuentra en la carrera por ganar el gran premio, demostrando sus habilidades como amateur en la cocina.