“Prohíbase la facilitación o préstamo de encendedores, fósforos, cerillas o cualquier otro elemento capaz de producir ignición en los locales comerciales donde se vende el tabaco, a los fines de desalentar su consumo”, expresa el proyecto de ley de la diputada justicialista Roxana Escudero, quien presentó la iniciativa en la Cámara Baja mendocina. Próximamente la iniciativa ingresará a comisiones para su tratamiento.
El proyecto ya levantó polémica entre legisladores, fumadores y comerciantes y la propia Escudero lo defendió porque asegura que el objetivo final es concientizar a la población sobre lo dañino para la salud que resulta fumar. “No produce ningún beneficio fumar. A la larga puede enfermar o provocar la muerte y, si se aprueba esta ley, será un complemento de otra que ya existe y que no se aplica: la prohibición de la venta de cigarrillos sueltos. Vamos a luchar para que se cumplan estas leyes”, aseguró la legisladora alvearense.
Escudero recordó que el tabaquismo es una enfermedad crónica causada por la adicción a la nicotina y la exposición permanente a más de 7.000 sustancias tóxicas, algunas de ellas cancerígenas. En los considerandos del proyecto se indica: “Se calcula que en Argentina mueren cada año 40.000 personas por esta causa, por ello, es de vital importancia que el Estado provincial, en virtud de hallarse en juego el interés público, adopte políticas públicas tendientes a desalentar el consumo del tabaco en todas sus modalidades”.
La legisladora explicó que, al prohibir los encendedores “de servicio” en los lugares de venta de cigarrillos, el fumador, por ejemplo, deberá realizar el esfuerzo de tener que comprarlo o de tener que acudir a otro lugar o persona que pueda ayudarlo al respecto. Ello significaría una mayor dificultad y, por lo tanto, un menor incentivo a su consumo.
Sobre el no cumplimiento de la ley que prohíbe la venta de cigarrillos sueltos, hay que decir que la provincia adhirió a la norma nacional, sancionada hace 10 años y cuenta con su decreto reglamentario 748/2013, pero no se aplica.
La ley nacional a la que adhiere la provincia indica que está prohibida la venta de paquetes abiertos o paquetes con menos de 10 cigarrillos. También prohíbe la venta de esos artículos a través de máquinas expendedoras o por cualquier medio que impida verificar la edad del receptor. Señala que el Ministerio de Salud de la provincia de Mendoza será la autoridad de aplicación de dicha norma.
Cigarrillos sueltos en el Centro
Los quiosqueros consultados por Los Andes no ven con buenos ojos este proyecto de ley para retirar los encendedores de servicio de sus locales. Y tampoco están muy de acuerdo con dejar de vender cigarrillos sueltos.
Gisel, quien trabaja en un quiosco ubicado en calle Patricias Mendocinas, muy cerca de la Legislatura provincial, asegura que está al tanto del proyecto y que le parece “un tanto raro”. “Acá viene mucha gente y sabe a qué viene. Si no le damos un encendedor, compra fósforos y listo. Pudo prender el cigarrillo, prácticamente no hay diferencia”, aseguró la comerciante.
Y sobre la prohibición de vender cigarrillos sueltos, explicó: “Allí se complica porque el cigarrillo suelto atrae clientes, como históricamente lo hacían los caramelos o chicles”.
“Pienso que no va a solucionar mucho que saquen los encendedores. Nosotros ya los sacamos, no los dejamos colgados porque se los roban. Si nos piden, se lo damos para que prendan el cigarrillo”, comentó Ever, que trabaja en un quiosco de calle Garibaldi, en Ciudad. “Si los prohíben, tendrán que comprarlos, valen 600 pesos hoy. Y si prohíben vender cigarrillos sueltos, que ya vale 50 pesos cada uno, deberán comprar el paquete, que ya casi está en mil pesos los box de 20″, agregó el quiosquero.
Mauricio, quien también maneja otro negocio en la misma calle, afirmó: “No me extraña este tipo de medida, me parece una pelo... Si prohíben los encendedores, vamos a tener que darles fuego nosotros, los quiosqueros, con nuestros encendedores. No les poder negar el fuego si te piden”. En cuanto a los cigarrillos sueltos, contó: “Tengo muchos clientes que tienen la modalidad de cruzarse a comprar un cigarrillo y cada vez son más. Esto es justamente para evitar la compra de un paquete. La idea que tienen estos fumadores es controlarse en la cantidad y una prohibición de este tipo atenta contra este tipo de conducta”.