El estrés crónico y el burnout se han convertido en problemas de salud pública que afectan a amplios sectores de la población. Los niveles de burnout, agotamiento o cerebro “quemado” de los argentinos se encuentran entre los más altos de los últimos años. Pero además hay un descenso en los niveles de felicidad, que se encuentran entre los más bajos de los últimos años. Los habitantes de Argentina no sólo dicen sentirse cada vez menos felices sino que menos de la mitad está conforme con su vida. Las personas de mediana edad son las menos felices en este país y este año, los únicos que se sienten más felices que en 2023 son los jóvenes.
Así lo expresaron dos informes recientes: el Informe de Burnout en Argentina 2024, realizado por el Observatorio de Tendencias Sociales de Insight 21, de la Universidad Siglo 21 y el Informe de la Felicidad en Argentina 2024 de la misma casa de estudios.
Ante estos resultados, la universidad decidió ofrecer un tercer informe sobre el tema que apunta a compensar el malestar instalado en la gente. Allí ofrece recursos para afrontarlos, una especie de receta para mejorar el bienestar y la felicidad. “Recomendaciones neurocientíficas para el manejo del estrés y la promoción de la felicidad” enumera en 5 puntos, qué estrategias usar para sentirse mejor y mejorar la calidad de vida. Para ello se enfoca en pilares como la salud física, los entornos saludables, el apoyo social, la educación continua y la importancia de contar con un buen ámbito laboral.
“Promover la felicidad y el bienestar en la población general, al tiempo que se implementan estrategias preventivas para proteger y fomentar la felicidad en los jóvenes, es fundamental para construir un bienestar duradero en nuestra sociedad”, expresa el trabajo. Para los investigadores, con las estrategias propuestas se pueden mitigar los efectos del estrés crónico y establecer un marco que promueva la felicidad en todas las generaciones futuras. Ante esto, las neurociencias ofrecen herramientas valiosas.
Impacto del burnout en la calidad de vida y la salud
“Los niveles de estrés y burnout de los argentinos están entre los más altos de los últimos años debido a un deterioro sistemático de la calidad de vida. No se trata solo de la coyuntura actual, sino del impacto acumulado de crisis sucesivas, que han afectado la capacidad de enfrentar desafíos y desarrollar talento”, explicó Luis Morera, director del Observatorio de Tendencias de Insight 21, el Hub de conocimiento de Universidad Siglo 21. Mencionó el impacto de factores como la presión laboral, la inestabilidad económica y el contexto social que, según consideró, explican entre el 60% y el 70% de las diferencias en bienestar y el aumento de estas problemáticas.
Al ser consultado cómo afecta la sensación de felicidad o su ausencia en la calidad de vida expresó que la falta de sensación de felicidad afecta negativamente la calidad de vida, generando un ciclo de insatisfacción. “Por el contrario, el bienestar mejora aspectos como la salud física y mental, y las relaciones interpersonales”.
Además, dijo que el síndrome de burnout es la puerta de entrada a trastornos y enfermedades más complejas. “En el caso de las enfermedades cardiovasculares, quienes presentan síntomas de burnout tienen casi un 80% más de probabilidad de desarrollar enfermedades coronarias, como angina de pecho o ataques cardíacos, en comparación con quienes no sufren este síndrome. La relación con la salud mental es igualmente alarmante: el riesgo de desarrollar trastornos de ansiedad aumenta un 46%, y la probabilidad de padecer depresión sube un 52% en personas con burnout”, resaltó.
Estrategias para la felicidad
El observatorio propuso 5 estrategias y aspectos a cuidar, que llamó recomendaciones preventivas para promover la felicidad en la población jóven, aunque aplica a cualquier rango etario.
- 1. Conexión con la naturaleza
Las interacciones regulares con espacios naturales no solo reducen el estrés, sino que también aumentan la vitalidad y la felicidad; además pueden mejorar significativamente la salud mental y emocional de los niños y jóvenes . Se recomienda que adultos y jóvenes pasen al menos 120 minutos a la semana en la naturaleza para obtener estos beneficios. Promover políticas educativas que incluyan actividades al aire libre y la creación de más espacios verdes en áreas urbanas puede consolidar y expandir el bienestar de los jóvenes.
- 2. Red de apoyo social y comunitario
Según un informe de OCDE, en la actualidad, 1 de cada 10 personas expresa una falta de apoyo social, es decir, no tiene familiares o amigos en quienes confiar para recibir ayuda en momentos de necesidad. Para los jóvenes, que están en una fase crucial de desarrollo social y emocional, es vital fomentar redes de apoyo social sólidas. La participación en actividades comunitarias, culturales y deportivas fortalece las relaciones interpersonales, proporcionando un sentido de pertenencia y propósito, elementos clave para la felicidad.
Se ha demostrado que dedicamos solo aproximadamente 20% de nuestro día a la interacción social directa, equivalente a aproximadamente 3,5 horas por día; un 40% de nuestro tiempo se dedica a nuestros cinco amigos y familiares más cercanos. Estudios sobre el “contagio geográfico”han establecido que si tienes un amigo feliz que vive en un radio de 1 milla (1,6 km), tienes un 25% más de probabilidades de ser feliz. Además, tienes un 34% más de probabilidades de ser feliz si tu vecino de al lado es feliz.
“El capital social de las personas es fundamental a la hora de sentir que uno tiene recursos como para enfrentar los desafíos que se plantean en la vida. Podría decirse que el capital social funciona como un buffer, amortiguando los golpes del adverso y desafiante contexto argentino, ofreciendo una red de apoyo que no solo permite afrontar momentos difíciles, sino también celebrar los logros. En situaciones de estrés o incertidumbre, contar con personas de confianza y/o amigos a nuestro alrededor puede ser la diferencia entre sentirnos vulnerables o resilientes frente a los desafíos”, destacó Morera.
- 3. Educación continua y desarrollo de habilidades para la felicidad
Ofrecer oportunidades para esto es esencial para preparar a los jóvenes para enfrentar los desafíos de la vida y aumentar su felicidad. La integración de la enseñanza de habilidades blandas, como la resiliencia y la inteligencia emocional, ayuda a los jóvenes a manejar el estrés y a construir una vida más feliz y equilibrada. Según la OCDE, los jóvenes que reciben formación en estas áreas tienen mayores tasas de éxito académico y profesional, lo que contribuye directamente a su salud y bienestar.
- 4. Promoción de la salud preventiva: un enfoque integral para la felicidad
Este enfoque es esencial para garantizar un futuro saludable y feliz. Propicia programas que aborden la salud física, mental y social desde una edad temprana para prevenir problemas de salud a largo plazo y asegurar que los jóvenes puedan disfrutar de una vida plena y feliz.
- 5. Bienestar en el trabajo
Es crucial que los jóvenes encuentren ambientes de trabajo que promuevan no solo su bienestar, sino también su felicidad. Las organizaciones deben implementar programas que incluyan estrategias para equilibrar la vida laboral y personal, fomentando una mayor satisfacción y realización en el trabajo. De acuerdo con un informe de Gallup, aquellas personas que se sienten comprometidas con su entorno laboral también tienden a experimentar un alto nivel de bienestar y satisfacción en su vida en general.
Al respecto, Morera recomendó: “Para reducir el estrés laboral, es fundamental adoptar estrategias de recuperación que fomenten la desconexión y la relajación fuera del entorno de trabajo. Al momento de la relajación es esencial evitar el ocio pasivo, como navegar en redes sociales o ver televisión, y optar por actividades de ocio activo, como la práctica de deportes o el aprendizaje de nuevas habilidades. Esto no solo ayuda a liberar tensiones, sino que también permite el desarrollo personal”.
En referencia a un entorno de trabajo saludable destacó que un equipo bien estructurado y un líder efectivo son claves. “Un líder que proporciona tareas claras y que apoya a su equipo para llevar a cabo esas tareas crea un ambiente donde los recursos disponibles están a la altura de las demandas”, afirmó.
Consideró que si se gestionan adecuadamente los recursos, se puede mitigar el riesgo de burnout. “Un equipo que se acompaña mutuamente y que tiene un líder que estimula el logro de metas de forma clara, mientras se satisfacen las necesidades básicas de sus integrantes, contribuye a motivar un entorno laboral saludable y, por ende, libre de burnout. Este enfoque no solo mejora la salud mental de los empleados, sino que también fomenta la satisfacción general con el trabajo y la vida”, concluyó.
Bonus: cómo afrontar el estrés y tener más bienestar
La universidad sumó tres puntos más, que ofrecen recomendaciones para quienes sufren estrés y buscan la felicidad.
- 1. Entornos saludables: ambientes limpios y seguros
La exposición a ambientes saludables, libres de contaminantes y con acceso a espacios verdes, contribuye significativamente a la reducción del estrés y al aumento de la felicidad. Estudios de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) muestran que las personas que viven cerca de áreas verdes reportan niveles más bajos de estrés y mayor satisfacción con la vida. Asegurar que los entornos de trabajo y los hogares sean espacios que fomenten la tranquilidad, la seguridad y el bienestar es esencial para mejorar la calidad de vida y la felicidad general.
- 2. Acceso a servicios de salud mental y promoción de la felicidad
Garantizar el acceso a servicios de salud mental adaptados a las necesidades de la población es esencial para tratar el estrés crónico y promover la felicidad. De acuerdo con la OMS, en los países de ingresos bajos y medios, entre un 76% y un 85% de las personas con dificultades en salud mental no reciben tratamiento; la cifra es alta también en los países de ingresos elevados: entre un 35% y un 50%. Programas que incluyan técnicas de manejo del estrés, como el mindfulness, junto con intervenciones que fomenten el optimismo y la gratitud, pueden tener un impacto positivo en la felicidad general de la población. Por ejemplo, la práctica regular de mindfulness durante 8 semanas ha demostrado reducir significativamente los síntomas de ansiedad y mejorar el bienestar general.
- 3. Salud física: actividad física y nutrición
Para aquellos que sufren de estrés crónico, la actividad física regular y una dieta equilibrada son intervenciones fundamentales no sólo para reducir el estrés,
sino también para mejorar la felicidad. La OMS recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado a la semana, o 75 minutos de ejercicio vigoroso, para mantener una buena salud física y mental (5). Actividades como caminar o nadar son especialmente beneficiosas para reducir el estrés y mejorar el estado de ánimo. En cuanto a la nutrición, estudios observacionales sugieren que las dietas más altas en alimentos vegetales, como verduras, frutas, legumbres y granos integrales, y proteínas magras, incluido el pescado, se asocian con un riesgo reducido de depresión.