El aislamiento social preventivo y obligatorio no cesa en el AMBA y en otras provincias de Argentina, por lo que se comienza a sentir cada vez más intenso el encierro para las personas que no solo viven en espacios chicos sino que también viven acompañados. Tal es el caso de las parejas.
“Nadie puede soportar una convivencia de 24 horas todos los días, de hecho es desaconsejable para las personas estar tantísimo tiempo juntos. Incluso, ni siquiera en las vacaciones”, afirmó Eduardo Drucaroff, psicoanalista especialista en parejas y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina, en diálogo con Vía País.
Ya transitando los primeros 100 días de esta cuarentena, son cada vez más las personas que recurren a terapia para tratar no solo temas cotidianos sino también la temática de “discusiones entre parejas”, ya sea por espacios chicos, por no dedicarse sus tiempos, por intensos roses, por ansiedad al querer “escapar” de la casa, etc.
Ante esto, los especialistas aseguraron que si bien no es aconsejable vivir la situación que se está llevando a cabo en nuestro país, no tenemos otra opción a que adaptarnos y aprender a relacionarnos en estas circunstancias.
Sobre esta situación que se vive en muchos hogares de la Argentina, Drucaroff aseguró que al estar tanto tiempo encerrados en espacios chicos, es recomendable generar algunas rutinas. En este momento “hay una pérdida de temporo-espacialidad, que sería la alteración del tiempo y el espacio, que es muy complicada de sostener, y que las rutinas se ven alteradas, por lo que sería recomendable reinstalar esos hábitos en base a las nuevas condiciones”, aseguró.
En caso de que las discusiones se generen un hábito en la pareja debido al constante tiempo juntos, sostuvo que hay que tratar de entender que “estamos como metidos en una olla a presión, y que por lo tanto hay formas de descomprimir que no se tienen que tomar como definitivas, sino transitorias”.
No obstante agregó: “Se pueden tomar decisiones transitorias, pensando en cómo desensillar hasta que aclare la situación. Es decir, no es recomendable tomar como definitivas cosas que se puede solucionar cuando esto acabe”.
El psicoanalista especialista en parejas agregó además que “estar en pareja implica un trabajo psíquico y anímico importante. No alcanza con el deseo y la voluntad, hay una parte del iceberg que es la que determina el rumbo de la pareja y que generalmente es difícil exponerlo o darse cuenta por la propia persona. Por esto, también estaría bueno tener una ayuda terapéutica, o motivaciones inconscientes que ayudan de una manera a la relación”, sostuvo.
Por su parte también hablamos con Verónica Posteraro, psicóloga especialista en trastornos de ansiedad, quien recomendó varios tips para tener en cuenta a la hora de convivir en el encierro y no dejarse “ahogar” por la situación.
“Una pareja no está acostumbrada a estar tanto tiempo junta, por lo que obviamente se van a producir roses aumentados, siendo que una relación es altibajos, choques, y no una luna de miel eterna”, sostuvo la especialista.
“Si se trata de trabajadores que no son esenciales, es normal que haya aún más roses porque ambos están las 24 horas en la casa, con los trabajos de cada uno, o por ahí siquiera trabajando. Por lo tanto es una situación complicada. Recomiendo seis tips para que esta cuarentena sea más llevadera en un lugar pequeño, con los tiempo de cada uno, y que los roses disminuyan para así afrontar la pandemia juntos”.
Finalmente, Posteraro sostuvo que “esta situación es inédita y pone a cada uno de la pareja bajo tensiones. Por momentos podemos sentir que estamos como un globo que está por estallar. Es absolutamente normal. Pretender que esto no ocurra sería negar una realidad; sería tapar el sol con un dedo. Nutrirse con buenos pensamientos, buena lectura y buena música, sería lo ideal”.
Consejos básicos para cuidar el afecto
Te aportamos aquí algunos tips esenciales para disfrutar de los momentos en compañía
1. En una pareja ambos se deben poner uno en el lugar del otro, por lo que cuando uno esté un poco alterado el otro no entre en la discusión. De cierta manera, que evite echar leña al fuego
2. Es muy importante compartir las tareas domésticas. Una división de tareas consensuadas, por ejemplo si uno cocina el otro lava los platos. Si uno ayuda con las tareas domésticas, el otro hace las compras, y así.
3. Si uno tiende a estar triste se lo puede animar a charlar y compartir sus sentimientos. Pero no se lo presiona, se trata de tener empatía por el otro.
4. Es preciso respetar los sentimientos que puedan aparecer en alguno de ellos. Por ejemplo: desánimo, euforia, enojo, tristeza y aburrimiento entre otros.
5. Tratar de hacer cosas en conjunto para relajar, divertirse, ya sea mirar una película, leer un libro juntos, hacer actividad física. Generar una rutina de estas actividades.
Este texto fue publicado originalmente por Vía País. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente