“El sueño de toda patinadora es llegar a un mundial. Representar a la Argentina es un montón”, asegura Camila Onetto, la deportista de 14 años ya clasificada para representar a la Argentina en la Copa del Mundo de Patinaje Artístico en Italia, el 27 de septiembre próximo.
Camila es la única mendocina que formará parte del seleccionado nacional y es la más joven en su categoría; es decir, toda una “joya” mendocina. Sin embargo, concretar ahora su sueño mundialista no depende de su esfuerzo, ni de su talento. Si no, concretamente, de llegar a los 4.500 dólares para costear los gastos de inscripción, pasaje, seguro y estadía en el país europeo. Su familia debe cancelar ese monto –y en esa moneda- la primera semana de septiembre.
Por eso es que la familia Onetto, oriunda de Las Heras, está pidiendo colaboración y ayuda económica a la comunidad mendocina y a diversas instituciones para poder llegar a la gran meta. Además, organiza rifas y viene golpeando puertas de entidades privadas y públicas, pero con escasos resultados.
El papá de Camila trabaja como inspector de obras en Aguas Mendocinas y tiene un sueldo para “parar la olla”, pero no pagar esa cifra en dólares, aseguran. Su mamá, Beatriz Rufino, no tiene trabajo afuera de casa desde hace seis años y su gran ocupación es sostener el sueño y las alas de su hija Camila para que el don y la disciplina le abran caminos como este.
Lo difícil es creer que ya la niña tuvo que renunciar a un par campeonatos internacionales por no contar con apoyo suficiente por parte de las autoridades deportivas, ya sea públicas y privadas.
“Este año podría haber participado en el Panamericano y en el campeonato Sudamericano, pero por el tema económico no he podido participar. Con mi familia sólo pensamos en el Mundial porque es la aspiración máxima. Pero es un monto muy alto y tampoco es fácil pagarlo”, explica Camila, quien patina desde los 7 años.
La adolescente clasificó para el mundial de Patinaje luego de haber sido evaluada en tres instancias diferentes: Copa Clausura, Copa Apertura y el campeonato Absoluto de patinaje. Allí el jurado coloca un puntaje para establecer un ranking nacional. En el caso de la mendocina, quedó entre los tres mejores del país en el rango de los 14 a los 19 años.
“Para mí tendría que haber un poco más de apoyo de las instituciones porque estamos representando a la Argentina. Tenemos que comprar hasta los uniformes. Por ejemplo, un conjunto especial de la selección cuesta 400 mil pesos”, lamenta la joven, que cursa el segundo año del colegio María Auxiliadora.
Entrenar todo el día, toda la vida
Desde que le avisaron que representaría al país en el Mundial, dentro de la categoría Cadete World Skate, la adolescente mendocina no solo festejó, sino que también aumentó una hora y un día a su entrenamiento en el club YPF, de Godoy Cruz.
Así, desde hace varias semanas asiste de lunes a sábados unas 5 horas, promedio, para llegar “a punto” a la competencia internacional. El esfuerzo es grande, pero ella asegura que “patinar cada vez me gusta más, me genera cada vez más felicidad y adrenalina”.
Su entrenadora, Ximena Rinaldoni, es quien la debe acompañar a Italia para competir en la modalidad Figuras Obligatorias que, a grosso modo, consiste en demostrarle al jurado diferentes destrezas en materia de coordinación, concentración y precisión alrededor de círculos más chicos y más grandes.
Camila empezó a patinar en el Club Pacífico cuando tenía 7 años. A los 11, fue subcampeona de un Sudamericano que se realizó en San Juan, y tras ese logro, fue que comenzó a entrenar en el Club YPF, en donde le aseguraron que estaban las mejores técnicas mundialistas.
Camila señala que mucho de su camino andado tiene que ver con la perseverancia y con la flexibilidad con ella misma de permitirse una equivocación. Cuenta que, en su primera competencia, y antes de salir a la pista se olvidó de toda la coreografía que había ensayado.
“Se me nubló todo. No me acordé de nada”, dice ahora divertida. Entonces fue al jurado les explicó y éste le dio una oportunidad de empezar de nuevo, pero se negó y se fue de la competencia queriendo abandonar para siempre su deporte favorito.
Fue su técnica quien le explicó que también podía olvidarse de una ‘coreo’ y equivocarse. Y que eso también era parte del camino, pero que con entrenamiento duro se achicaban las posibilidades. Camila lo entendió y ahora intentará llevar ese aprendizaje a la ciudad italiana de Prato.
Cómo ayudar a Camila
“Con el aporte de cada persona lo voy a poder lograr, vamos a poder viajar mi entrenadora técnica y yo. Bienvenida toda la ayuda, poca o mucha, que me den. Estaré agradecida siempre”, suelta Camila, mientras rescata el apoyo por parte de su escuela y de su club YPF para que viaje.
Para ayudar a que cumpla su meta, se puede colaborar con la joven mundialista al siguiente alias: cami.italia7. La cuenta está a su nombre, Camila Lourdes Onetto Rufino.