El Espacio Arizu es de esos sitios que, cual máquina del tiempo, permiten a quien lo visita hacer un viaje por el pasado, el presente y el futuro; todo en un único lugar, en un “aquí y ahora”. Y es que estas casi 3,7 hectáreas encierran 136 años de historia mendocina y godoicruceña, que van desde los años dorados de la familia vitivinícola que fundó la otrora bodega y fue dueña del inmueble, hasta los proyectos futuros para convertir al lugar en un mega polo turístico, cultural, cultural, gastronómico y comercial. Todo en el corazón del centro de Godoy Cruz.
En ese sentido, durante el mediodía de este lunes se firmó en el lugar -la manzana comprendida entre las calles San Martín, Minuzzi, Belgrano y Lisandro De la Torre- el fideicomiso de administración para refuncionalizar el casco histórico del lugar, declarado monumento patrimonial en 1999. Se trata del puntapié inicial para designar un desarrollador y quien, -a través de Mendoza Fiduciaria- podrá acercar inversiones gastronómicas, turísticas y culturales (entre otras), y así refuncionalizar el conjunto arquitectónico de 37.791,15 metros cuadrados cuadrados de superficie total cubierta.
Si bien por el momento no hay proyectos concretos o puntuales de desarrollo ni plazos estimativos, lo cierto es que existe interés manifiesto de distintos actores privados, quienes ya han manifestado su interés por invertir en el lugar. Entre estas alternativas se destacan, por ejemplos. restaurantes en las cavas y hasta iniciativas enfocadas en industrias creativas y la rama teatral y cultural.
De hecho, es este interés lo que motivó la creación del fideicomiso. Y se espera que en los próximos dos meses ya esté confirmado quien será el desarrollador, quien tendrá a su cargo la función de ser nexo con los privados.
“Este espacio está destinado a convertirse en un verdadero hub turístico. Y va a ser con un formato de público - privado, que ha llegado para quedarse en Mendoza”, destacó el intendente de Godoy Cruz, Diego Costarelli. En ese sentido, destacó que los privados necesitan que el Estado brinde ciertas condiciones que los animen a invertir.
En el lugar ya hay dos secgtores habilitados y que están funcionando en plenitud. Se trata de las naves que fueron inauguradas el año pasado y en mayo de este año, respectivamente y que han sido escenario de múltiples acciones, como actividades culturales y de esparcimiento puntuales, o puntos de encuentro para ver los partidos de la Selección Argentina de Fútbol en la Copa América (por ejemplo).
Tomando como ejemplo lo desarrollado por la comuna en este sector -que abarca a apenas 6.000 m2 del total de más de 37.000 m2 que abarca todo el casco histórico-, se busca ahora que sean inversores privados quienes desarrollen el resto del predio de la ex bodega. Y siempre respetando los requisitos que se fijaron en la Ley de Expropiación (2018).
En ese sentido, las actividades que se desarrollen en el “Consorcio Arizu” deben estar centradas en rubros gastronómicos, industrias del vino, industrias creativas, e industrias turísticas, entre otras actividades
Estamos convencidos de que la forma y la inversión que ha hecho Godoy Cruz es súper importante. Y ahora es el momento del sector privado para que invierta”, destacó Costarelli.
GASTRONOMÍA, TURISMO Y CULTURA
Los 37.791,15 metros cuadrados cubiertos que tiene el centenario inmueble están distribuidos en cuatro plantas: baja (16.555,68 m2), subsuelo 1 (3.674,1 m2); subsuelo 2 (13.003,21 m2) y alta (4.558,16 m2). Además, y según resaltaron desde la comuna, 86% del conjunto arquitectónico y 93% de los muros existentes pueden ser preservados y conservados.
La ex bodega -donde hoy funciona el Espacio Arizu, al menos en la parte ya refuncionalizada por la Municipalidad de Godoy Cruz- es patrimonio histórico y cultural. A fines de la década de 1990, una firma internacional adquirió en inmueble con la intención de desarrollar un hipermercado en la zona. Sin embargo, fueron los propios vecinos de esa zona del centro de Godoy Cruz quienes se alzaron en contra de este proyecto.
Tras esta oposición vecinal, la Municipalidad de Godoy Cruz expropió el casco histórico en 1998, mientras que un año después lo declaró monumento histórico.
“Este lugar se encuentra abandonado, con pésimas decisiones políticas, mezcladas con temas empresarios. Quedó en el centro de la ciudad como un obstáculo”, destacó el gobernador Alfredo Cornejo, presente en la firma del fideicomiso para refuncionalizar el caso histórico de la ex Bodega Arizu.
En ese sentido, el mandatario destacó que el decrecimiento de la economía ha traído complicaciones y que, en consecuencia, impidieron que se desarrollara este espacio en una ubicación geográfica privilegiada.
“Este proyecto es ambicioso y tiene que ver con traer a la gastronomía y a la cultura, una industria que crece, a pleno centro de la ciudad y en una bodega emblemática. En esta primera etapa se ha hecho mucha inversión estatal, por lo que en la etapa que sigue queremos que los privados tengan protagonismo”, agregó Cornejo.
PATRIMONIO CULTURAL Y VITIVINÍCOLA
Inaugurada en 1888 (cuando el departamento de Godoy Cruz aún se llamaba Belgrano), la Bodega Arizu fue uno de los grandes íconos de la vitivinicultura mendocina y argentina de fines del siglo XIX y gran parte del siglo XX. Fundada por Balbino Arizu y sus hermanos, Sotero y Jacinto -oriundos de Navarra, España-, vivió sus años de mayor esplendor entre las décadas de 1910 y 1920, cuando el propio tendido ferroviario que unía Buenos Aires con el Pacífico contaba con rieles de vías especialmente dispuestos para ingresar y salir de las bodegas con sus vagones tanques cargados de vino y, de esa manera, transportar el vino al resto del país.
Los Arizu ya tenían experiencia en la producción de vino en Europa, por lo que a fines del siglo XIX la trajeron a Argentina. Y las mas de 3,7 hectáreas del corazón del centro godoicruceño fueron el escenario propenso para la instalación de la icónica bodega que tomó el nombre de sus dueños y fundadores. Mientras estuvo operativa, la Bodega Arizu fue una de las más grandes de Mendoza -y del país-, con establecimientos secundarios en Luján de Cuyo y San Rafael.
La Bodega Arizu llegó a tener, incluso, “el paño de viña más grande del mundo”. La investigadora Ana María Mateu -autora del libro “Balbino Arizu, el Rey del Vino”- enumera que, en Luján, Arizu sumó 4.582, 3.129 y 1.640 hectáreas en distintos sectores, mientras que en Maipú llegaron a contar con 2.029. Y en Villa Atuel (San Rafael) acumularon otras 12.569 hectáreas.
“La bodega cerró como tal en 1991, después de 103 años abierta. Y estuvo en manos de la familia Arizu hasta 1978″, describe la historiadora y presidenta de la Junta de Estudios Históricos de Godoy Cruz, Fabiana Mastrangelo.
En 1978 el establecimiento fue adquirido por el Grupo Greco, aunque luego de la intervención (en 1980) continuó abierto hasta 1991.
“Lo que marcó el fin de la bodega fue el cambio de producción vitivinícola que se dio entre 1970 y 1980. En ese momento empezaron a cerrar este tipo de bodegas, grandes y monumentales, porque -además- el vino comenzó a competir con otras bebidas (alcohólicas y no). A partir de entonces desapareció la producción masiva, sumado a que en los 90 se aprueba la Ley de Fraccionamiento en Origen. Esto puso fin al transporte de vino en los vagones tanques del ferrocarril para distribuirlo en Buenos Aires, Rosario y Bahía Blanca”, agrega Mastrangelo.
De hecho, actualmente en los portones de la ex bodega se pueden ver restos de las vías del tren. Y en el Archivo Histórico del lugar, que dirige Mastrangelo, están los comprobantes de pago de esos viajes, ya que al ferrocarril se le pagaba por el servicio especial del desvío a las bodegas.
El archivo histórico de Arizu, que funciona en una de las naves que ya fue refuncionalizada, cuenta con 1.200 libros documentales, 500 cajas archiveras y 1.300 legajos entre sus “tesoros”. De acuerdo a las palabras de Mastrangelo, se trata del “archivo vitivinícola más completo de la República Argentina que se encontraba en su lugar de origen”.