La propuesta puede sonar irresistible: disfrutar de un buen vino en un antiguo vagón, mientras se contempla el inigualable paisaje mendocino.
El concepto de combinar la industria del vino, la gastronomía y la impronta del ferrocarril en la Argentina llegó para quedarse en esta provincia cordillerana que sigue incorporando innovaciones.
Así es que estas unidades perfectamente restauradas -que no sólo han devenido en bares o restó, sino también en viviendas y salas de reunión- nos transportan a un mundo casi desconocido para la franja joven.
Una de las propuestas que funciona en Mendoza se denomina Convoy Beer Park, y se emplaza en el Parque Sarmiento de San Martín. Fue la última en incorporarse, antes de la pandemia.
“Inauguramos en diciembre de 2019 con un éxito rotundo. No había en San Martín un lugar relajado donde ir con amigos a tomar un trago”, relata Sofía Laitan, encargada.
Convoy -son dos vagones situados en un espacio verde con deck y también mesas afuera-llegó luego de una licitación del municipio. Las unidades se encontraban abandonadas. “En tres meses se restauraron y quedaron hermosos y con gran capacidad”, dice Sofía, para agregar que lo mejor que pudo suceder es que los mayores se “enamoraran” tanto como los niños y los jóvenes.
“No hay quien se vaya sin sacar una foto”, remata Sofía, quien acotó que en el período más estricto de la pandemia hicieron delivery.
Otra bella “reliquia” se emplaza en Espacio Trapiche, Coquimbito, Maipú, a metros del antiguo edificio de la bodega y de la línea del ferrocarril.
Igual que en San Martin, los vagones fueron restaurados hace dos años con este fin.
En Estación 83, llamada así por el año de construcción del antiguo edificio de la bodega, se ofrecen vinos tirados que llegan directo de los tanques de una bodega.
“Se trata de un wine bar al paso montado sobre un viejo vagón de ferrocarril. Se encuentra en las vías que atraviesan la bodega y que años atrás se utilizaban para trasladar el vino a fin de ser embotellado y comercializado en Buenos Aires”, relata Rodrigo Kohn, sommelier.
Este wine bar cuenta con una carta que incluye etiquetas de vinos de distintos proyectos de innovación que no se venden fuera de la bodega, con vinos que se sirven tirados (como en las cervecerías) y una propuesta de street food o “comida callejera”, con ingredientes frescos y caseros.
“Este lugar nos remite a la maravillosa historia de la bodega y el ferrocarril. Una vez que se logró embotellar en Mendoza las formaciones quedaron en desuso y nada mejor que reflotar los vagones para esta propuesta tan interesante y valorada por el turismo interno e internacional”, indica.
Capitalizando cada lugar y cada trozo de historia, el trabajo mancomunado del municipio de Maipú y la bodega permitieron “comunicar”, a través de Estación 83, una manera diferente de disfrutar el vino.
“Tenemos una impronta descontracturada, opciones de vermut, gastronomía a partir de nuestra huerta y hasta una granja. Nuestro vagón es historia y es innovación”, define Kohn.
Y concluye: “Como si fuera poco, estamos ubicados de manera inmejorable: junto a olivares de 200 años y el bellísimo paisaje de la Cordillera de los Andes”.
Plataforma Victorina Floresta es, por su parte, una “estación de café al paso” que contempla también almuerzos con desayunos espectaculares y bebidas para llevar.
Apuestan a ofrecerse como lugar para hacer una pausa antes de seguir trabajando. Sus tardes de té es a las que más energía dedican, por sus delicias de pastelería y panadería.
Este café se encuentra ubicado en Paso de Los Andes 41 (Ciudad) y está inspirado en la década de 1920, por eso invade al estar allí una sensación de viajar en el tiempo.