El oftalmólogo y cirujano Roberto Zaldívar es una de las personalidades más reconocidas en Mendoza, apreciado por sus aportes a la especialidad, con un impacto que trasciende las fronteras a nivel mundial. Justamente el viernes 22 de abril se convirtió en el primer extranjero en recibir el máximo premio de oftalmología de Estados Unidos, tal cual él mismo señaló a Los Andes.
La Sociedad Americana de Catarata y Cirugía Refractiva (ASCRS, por sus siglas en inglés) le otorgó el “Steinert Refractive Lecture Award”, por sus aportes sustanciales a la especialidad de cirugía refractiva. En particular, por el desarrollo de un lente de contacto intraocular que hoy es usado en todo el mundo para tratar miopías altas.
Es un paso más en la trayectoria de una familia ligada a la oftalmología desde sus raíces, ya que su padre inició los primeros pasos del Instituto que lleva su apellido y se extiende en su hijo Roger, también con prestigio a nivel internacional. Esta familia eligió Mendoza para afincarse y así logró posicionarla como referente en la especialidad y donde llegan pacientes, incluso famosos internacionales.
Aún en Estados Unidos, mantuvo una entrevista con Los Andes en la que expresó lo que significa para él el premio y su trabajo
–¿Qué significa para usted haber recibido este premio?
–Es un gran reconocimiento, tuve la suerte de recibir varios premios pero este ha sido diferente, porque el marco era muy importante, en Washington, con muchísimos colegas extranjeros y una presentación diferente a las que tuve antes, estaba toda mi familia me hicieron una presentación desde que yo nací, en Estados Unidos, y luego me vine a Mendoza, realmente fue muy emocionante.
–¿Qué implica a nivel internacional?
–Esta sociedad es muy importante, es probablemente la sociedad médica de mi especialidad más importante, entonces que te den un premio, que te dejen dar la conferencia más importante, y ser el primer extranjero en recibirlo, es algo muy importante.
–¿Se imaginó que iba a convertirse en un referente mundial e iba a marcar hitos en la especialidad?
–No era que lo pensaba, pero siempre hice las cosas para que fueran importantes. Inclusive cuando volví a Mendoza yo había estado haciendo mi especialidad en Boston y mi jefe era el encargado de desarrollar un hospital en Arabia Saudita, y me había entusiasmado para que me hiciera cargo de un departamento, que era algo muy importante. Después de hablar mucho con mi mujer decidimos volver a Mendoza, que no era lo mismo que Buenos Aires. En esa época ya era difícil pensar en hacer un centro de referencia fuera de un lugar muy importante, por eso Mendoza fue un desafío. Y una de las cosas que logramos es que a penas volví mucha gente de afuera empezó a ir a Mendoza. Una de las causas es que cuando yo vivía en Boston mucha gente iba a verme a mí o a mi jefe ahí, gente de todos lados y también de Argentina, entonces cuando volví, esa gente, principalmente Buenos Aires, empezó a seguirme y a verme en Mendoza.
–¿ Por qué eligió Mendoza?
–Mi padre era profesor de Mendoza y tenía una clínica muy importante, entonces era el lugar donde yo había vivido desde chico y me había educado. Por eso, la opción era vivir afuera o venir a Mendoza.
–¿Cómo se siente con esta labor que realiza que tiene que ver con darle calidad de vida a las personas?
–Este premio tiene que ver en parte con que yo estuve envuelto en una tecnología muy especial que se llama lentes fáquicos, unos lentes especiales que van dentro del ojo que no son los lentes normales que se usan para la cirugía de cataratas. Los empecé a hacer prácticamente cuando se iniciaron en el mundo. Nosotros, en Mendoza, pusimos el primero en el mundo. La experiencia que tenemos y la influencia en todos los desarrollos que se produjeron en ese lente, casi todo se hizo en Mendoza, aunque la gente no lo sabía. Luego de tantos años de hacerle mejoras, hoy ocupa el 90% de este tipo de lentes fáquicos. Se desarrolló en Suiza y Estados Unidos, pero casi todas las mejoras que tiene fueron pensadas en Mendoza. Se usa para ametropías, en personas con un defecto muy grande. Es muy impresionante cuando uno lo corrige cómo impacta en la vida de la gente. Son esas personas que tienen anteojos gruesísimos, que nunca han podido caminar sin anteojos y que realmente tienen una dependencia absoluta.
–Usted justamente se dedica a un tema que preocupa mucho en la actualidad, en gran medida por el uso de pantallas, que es el aumento de incidencia de las miopías. ¿Cómo ve ese tema a futuro?
–Por eso este lente está cada vez más vigente. Por ejemplo, el lugar donde más se usa en el mundo es China, porque los chinos, como todos los asiáticos, tienen un porcentaje de miopes más alto que nosotros. Con el advenimiento de los celulares y las pantallas, el crecimiento de las miopías parece como el Covid, casi pandémico. Se calcula que en unos 20 años la mitad de la población del mundo va a ser miope.
–¿No hay manera de frenar esto?
–Es un problema físico: como la gente se acostumbra a tener el foco tan cerca, por las pantallas, el ojo se va adaptando y se va acortando. Miope se llama al “corto de vista”, o sea una persona que ve de cerca pero no ve de lejos. Esto por una cosa indirecta: estar todo el día viendo de cerca.
–¿Cuáles cree que son los mayores desafíos que tiene la oftalmología actualmente y hacia adelante?
–Todo este tipo de tecnología que estamos haciendo es para que sea mejor, es como una carrera. Por eso estamos haciendo avances para que llegue a más gente. Las patologías de origen genético son las más difíciles de tratar y en un futuro, no tan mediato, van a tener un cambio muy grande y son justamente con las que teníamos muy pocas armas para trabajar.
–¿Se siente igualmente reconocido en Argentina que en el resto del mundo?
–Creo que sí, pero es como siempre. Al principio, cuando volví de Estados Unidos celos, pero he recibido reconocimientos. Creo que el lugar más difícil para ser reconocido es siempre el lugar donde uno vive. De todas maneras yo estoy muy agradecido con mis colegas, tenemos muy buena relación.
–¿Cuál considera usted que es su mayor logro y qué es lo que más lo gratifica de lo que hace?
–Un logro muy importante es haber logrado una institución preparada, organizada en un lugar no central como Mendoza. Eso lleva mucho esfuerzo con mucha gente involucrada y la gente que trabaja en el instituto está altamente capacitada y es parte de este logro. Tengo la suerte de que mi padre fue oftalmólogo y ahora mi hijo Roger también, tiene una importancia muy grande y está haciendo una carrera exitosa, también estoy muy contento por eso.
Perfil
El oftalmólogo Roberto Zaldívar tiene 65 años. En 1973 y con apenas 16 años ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Cuyo. Egresó con 22 años y se perfeccionó en Estados Unidos, tras lo cual regresó a Argentina.
En 1990 creó la Fundación Zaldívar, que ayuda a cientos de chicos en todo el país brindándoles de manera gratuita un diagnóstico temprano de su visión.
En 1995 se fundó la Sociedad Argentina de Córnea Refractiva y Catarata (SACRyC) con el doctor Roberto Zaldívar como presidente.
En 2007, recibió en Alemania el Innovators Lecture y se transformó así en el primer médico de habla hispana en recibir la distinción.
Fue reconocido como uno de los 100 oftalmólogos más influyentes del mundo por la prestigiosa publicación inglesa The Ophtalmologist.
El instituto Zaldívar tiene más de 60 años de experiencia, ha incorporado en ese período tecnología de vanguardia a la provincia y ha realizado más de 150.000 cirugías.