De las más de 120 personas que comenzaron su camino universitario en la Tecnicatura Universitaria en Desarrollo de Software en la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), 30% son mujeres.
El dato es alentador si se tiene en cuenta que hay una visión paradigmática que sostiene que la mayoría de quienes eligen estas formaciones concebidas como “duras” son varones. Según datos de universidades nacionales, Informática es una de las menos elegidas por ellas: las chicas representan sólo el 17% de la matrícula, tal cuál refleja el Ministerio de Educación.
Los y las estudiantes aspiran a convertirse, en un lapso de tres años, en desarrolladores de Software. Son parte de la primera cohorte de la nueva carrera se dicta en el Instituto Tecnológico Universitario (ITU) y comenzó su funcionamiento en el Campus TIC de esa institución. Se sumó así a la formación que recientemente empezó en la sede que tiene la unidad académica en Junín en el marco de mayor demanda de este tipo de perfiles.
Desde la universidad destacan que la propuesta surge como respuesta a la demanda del sector socio productivo provincial.
Qué es el efecto Matilda
Se conoce como “efecto Matilda” a la invisibilización de las mujeres en las llamadas “ciencias duras”, pues históricamente su trabajo se atribuyó a varones en muchas oportunidades. En una publicación, el Ministerio de Educación de la Nación, explica que esto, sumado a los estereotipos que por lo general asocian esos ámbitos a los varones y la falta de información sobre los campos laborales, contribuyeron a la construcción de un escenario socio-histórico por el cual las mujeres se mantienen alejadas de las carreras básicas y aplicadas. Lo bueno es que hay una tendencia a romper con estos preceptos.
Del informe “Mujeres en el Sistema Universitario Argentino 2019-2020″ publicado por la Secretaría de Políticas Universitarias se desprende que las ciencias sociales, humanas y de la salud son las que acaparan el mayor número de estudiantes femeninas, con 484 mil, 287 mil y 283 mil respectivamente. Mientras que las ciencias aplicadas aparecen bastante después, en cuarto lugar, con 184 mil jóvenes interesadas en esa área.
Dentro de las ciencias básicas y aplicadas, las mujeres representan el 37% del total en agronomía, el 31% en física y el 25% en ingeniería. Informática es una de las menos elegidas, asegura el área: las chicas representan sólo el 17% de la matrícula. Éste es un fenómeno llamativo ya que en sus comienzos era un área con gran cantidad de mujeres. La carrera de Computador Científico de la UBA, al ser la primera del país, permite comparar datos desde 1962 y muestran que en la década del ‘70 las mujeres constituían el 75% de la matrícula total.
Dentro de la industria informática, uno de los espacios más masculinizados es el de la ciberseguridad, un área vinculada con la protección de sistemas, datos e infraestructura en organizaciones públicas y privadas. Aquí, los estereotipos se acentúan aún más, ya que se asocia al experto con la figura del hacker, que por lo general es un hombre, explica la cartera.
Sin embargo, la industria del software es un área con grandes posibilidades de desarrollo, remarcan. En los últimos diez años, este sector cuadruplicó su número de empleados en el país, aunque este crecimiento no fue acompañado por el interés de los jóvenes (tanto varones como mujeres), lo que provocó un cuello de botella para el desarrollo del sector. Despertar vocaciones en este rubro podría contribuir a mejorar esta tendencia.
En las ingenierías a nivel nacional, no sólo la matrícula femenina es muy baja, sino que además está concentrada en pocas especialidades como ingeniería en alimentos (70%), ambiental (62%) y en recursos naturales (63%). Por el contrario, en ingeniería eléctrica, electromecánica y mecánica representan sólo el 6% del total, ya que son especialidades de las que se suele tener un conocimiento sesgado sobre su amplia salida laboral.
La inauguración de la carrera
En el acto de bienvenida participaron empresarios del sector que aspiran a poder contar con estos perfiles en el mercado laboral, profesores y distintas autoridades de ITU y de la UNCuyo.
El director general del ITU, Guillermo Cruz, hizo un repaso sobre la importante inversión que se hizo en el edificio de la Sub Sede Campus Tic, en la que desde hace años se dicta también Redes y Telecomunicaciones.
Entre las reformas, el directivo destacó la actualización de máquinas, en cuanto a memoria, disco y la puesta a disposición de equipos nuevos en un laboratorio que donó la empresa Eventbrite. “Todo lo cual, va a permitirles –a ustedes como estudiantes- conocer nuevas tecnologías y aplicarlas”, especificó.
Al tratarse de una carrera deslocalizada, se prepararon laboratorios remotos y se cuenta con un Nodo Informático, espacios que servirán a la interacción necesaria por parte de estudiantes en este tipo de formaciones.
“También inauguramos un coworking en donde van a poder trabajar e interactuar con otros y otras estudiantes. Un espacio en el que, además de contar con la conectividad apropiada, van a estar cómodos mientras no tienen que estar en clases”.