Desde Cabo Vírgenes (en Santa Cruz) a la Quiaca (en Jujuy), la Ruta Nacional 40 conecta el sur con el norte del país, y es una de las vías más famosas a nivel mundial.
En el norte provincial se lleva adelante la ejecución de la doble vía que unirá Mendoza con San Juan y hacia el Sur, hace unos años se inauguró la nueva 40 Sur, desde San Carlos, en Pareditas, hasta Malargüe. Desde la Ciudad de Mendoza, ese tramo de unos 300 km está en perfectas condiciones y da gusto transitar por allí, para dirigirse hacia la Laguna del Diamante, visitar El Sosneado, las termas, en San Rafael o tomar el desvío hacia el centro invernal Las Leñas. Cruzar los puentes sobre Río Diamante y el Arroyo Hondo, ambos afluentes del embalse Agua del Toro, también son dos momentos inolvidables para el viajero.
Luego de cuatro horas, ya en la ciudad de Malargüe, con obligada parada para cargar combustible y alimentarse empieza una segunda etapa del viaje por paisajes que parecen de otro planeta. La vía nacional conduce a los ingresos del volcán Malacara y hacia la Laguna de Llancanelo.
Si se sigue hacia el sur, luego de atravesar unas formaciones montañosas, con vistas de cerros hacia ambos lados de la ruta, se llega a Bardas Blancas. De golpe se termina el impecable asfalto y comienza un camino consolidado, con un desvío hacia la Caverna de las Brujas y la vía principal lleva hacia Bardas Blancas. Previamente hay que cruzar el puente sobre el inmenso Río Grande y observar los carteles que guían hacia el paso internacional Pehuenche (ruta 145) y Las Loicas.
Por esta parte de la 40 se observan algunos pedacitos de asfalto, vestigios de una ruta que alguna vez estuvo en condiciones de transitabilidad. En camioneta, con buenas cubiertas no hay mayores problemas para continuar viaje con dirección al sur, a una velocidad de 60 o 70 kilómetros por hora.
La situación es más complicada para los autos comunes, que además de transitar con neumáticos en perfectas condiciones, la velocidad de tránsito se reduce a 30 y 45 km/h. Es que los serruchos, pozos, piedras y polvo complican el andar entre cerros, valles y el río Grande como guía del camino. Y un tramo de 100 kilómetros lleva más de dos horas recorrerlo. Pero la lentitud del viaje tiene un punto a favor: disfrutar del paisaje con un ojo y verificar el estado del camino con el otro.
Uno de los puntos icónicos es la llegada a la Pasarela. Es un puente sobre un cajón del río en medio de material volcánico con tonos que van del gris al negro. Apenas uno cruza este puente se encontrará con el ingreso a La Payunia, reserva y uno de los parques volcánicos más importantes del mundo. A cada rato, turistas en camionetas, autos particulares, motociclistas y ciclistas que recorren el mundo pasan por aquí y se sacan una selfie.
La 40 continúa hacia Neuquén, restan casi 50 kilómetros para cruzar el río Barrancas hacia la provincia vecina, que cuenta con un asfalto en excelentes condiciones y es la puerta de ingreso a la patagonia argentina. Valga la aclaración, la última parte mendocina, en Ranquil Norte, ya empieza el asfalto.
Marcelo Rivarola, director de Turismo de Malargüe, mantiene la esperanza de que en el corto plazo terminen este tramo de casi 100 kilómetros sin asfaltar. “La 40 es la ruta turística más emblemática, reconocida en el mundo, por eso siempre vemos turistas de distintos puntos del país, pero fundamentalmente de todo el mundo vienen aquí, especialmente turistas europeos y de Estados Unidos”, asegura Marcelo.
Agrega que el mal estado entre Bardas Blancas y Ranquil Norte es un tema urgente a solucionar, especialmente porque “tras el impacto generado por la pandemia, el principal motor de la economía de Malargüe ha sido el turismo, el turismo rural ha sido la principal fuente de generación de empleo de muchísimos jóvenes (mozos, bacheros, trabajadoras de cabañas). Y tener una ruta destruida, el impacto es negativo”, explica el funcionario interesado en dotar a Malargüe de la infraestructura necesaria frente a un probable boom del turismo internacional en un contexto de pospandemia.
Y destaca: “el reasfaltado nos permitiría conectar con Neuquén y la Patagonia; proveerle de servicios de accesibilidad a todos os emprendimientos rurales, como El Manzano, El Alambrado, El Valle del Río Grande, Buta Bellón, Bardas Blancas, Llano Blanco, El Batro, Ranquil Co. Allí tenemos familias rurales, crianceros que tienen emprendimientos turísticos”. Y explica que para esto es necesaria la infraestructura por lo menos de la ruta principal, para facilitar la llegada a estos lugares.
El funcionario resalta otras bellezas malargüinas que se observan por estos lugares, como la laguna Coipo Lauquén, la Puntilla Huincán y las coladas volcánicas o escoriales de La Payunia que llegan a la ruta, hasta la orilla del río. Y señala que es una ruta que permite diversificar la actividad turística: travesías 4x4, cabalgatas, mountain bike, pesca con mosca, safaris fotográficos, turismo científico (vulcanológico, paleontológico y arqueológico), además del turismo vivencial a partir de la experiencia de los pobladores trashumantes que llevan el ganado a pastar a distintas zonas.
En definitiva, Rivarola subraya que con la ruta 40 como columna vertebral se pueden conocer todas estas actividades, además de conectar con las zonas de turismo termal (Cajón Grande, camino al paso Pehuenche) y los sitios del norte de Neuquén. “Además, la ruta 40 es la principal ruta del gas y petróleo, que en buenas condiciones nos permite llegar a Villa Pehuenia en seis horas y ocho en Bariloche”. Finalmente reconoce que habrá una importante inversión para dotar de conectividad de internet a sitios icónicos y miradores principales de la ruta.
Sobre el tramo a asfaltar, el ministro de Planificación e Infraestructura Pública de la provincia, Mario Isgro, informa que son dos tramos a asfaltar. El 1, entre la Pasarela y Ranquil Norte tiene una extensión de 47,2 kilómetros, mientras que el tramo 2, de unos 63 kilómetros, se ubica entre la intersección de la ruta 181, que se encuentra cerca del puente del río Grande y la ruta 145 que lleva hacia el paso Pehuenche.
“En el tramo 2 se debe solucionar primero un tema judicial, que está en etapa de resolución judicial y podría a procederse a terminar de cerrar con la empresa (que estaba encargada de la obra) y volver a licitar la obra y así terminar ese tramo 2″, afirma Isgro.
Y agrega: “Para el caso del tramo 1, no existe ningún impedimento para que se ejecute el asfalto, es decir que se puede hacer en forma inmediata, esto es entre la Pasarela y Ranquil Norte. Nuestras gestiones ante autoridades de Vialidad Nacional y con el ministro de Obras Públicas de la Nación, Gabriel Katopodis están orientadas a dar curso a un nuevo llamado a licitación de ambos tramos, dejando constancia del interés y necesidad que tiene la provincia en esta ruta, el interés que también tiene Neuquén y el resto de las provincias”.