Los suelos brindan numerosos y cruciales servicios ecosistémicos, por lo que su protección después de los incendios forestales es vital para mantener la sostenibilidad de los ecosistemas propensos a incendios.
El suelo es un componente básico del ecosistema natural. Este se entiende como una cubierta fina compuesta por la mezcla de minerales, aire, agua y microorganismos vegetales y animales que se ha formado paulatinamente a través de la descomposición y disgregación de las rocas superficiales por fenómenos naturales tal como, cambios de temperatura, movimientos de masa de aire y agua.
Los suelos sanos almacenan mejor el agua y actúan como sumideros de carbono, lo que mitiga el cambio climático.
El suelo es un recurso finito, lo que significa que su pérdida y degradación no es recuperable a escala humana.
En América Latina, uno de los casos más críticos es el de Argentina, en el cual se estiman que las pérdidas económicas debidas a la degradación de suelos (entre ellas la erosión), ascienden a 700 millones de dólares por año (FAO, 1993).
Erosión
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza “El suelo forma una una membrana vital que cubre la superficie no sumergida de nuestro planeta. Impulsa los ciclos del carbono, el nitrógeno y el agua, de los que depende la vida sobre la tierra, y alberga una inmensa diversidad de especies que proporcionan a la sociedad servicios vitales e invaluables”.
La erosión del suelo se ha considerado como la causa principal de la degradación del suelo porque la erosión conduce a la pérdida de la capa superior del suelo y de la materia orgánica, que son esenciales para el crecimiento de las plantas. La cuantificación de la pérdida de suelo es una cuestión importante para los profesionales y responsables de la conservación del suelo y el agua.
Salvemos nuestros suelos: encontrando formas de detener la erosión.
El suelo después de un incendio es susceptible a sufrir erosión, debido a lo expuesto que queda al viento y agua.
Los incendios forestales generalmente aumentan la respuesta hidrológica y erosiva de las áreas forestales, lo que conlleva grandes efectos ambientales, humanos, culturales y financieros dentro y fuera del sitio.
Mitigación
Investigadores del Instituto de Investigación de la Biodiversidad (IMIB), CSIC-Universidad de Oviedo, España, se preguntaron ¿Cuánto cuesta mitigar la erosión del suelo después de los incendios forestales?
El costo es muy variado de acuerdo al tipo de suelo (arenoso, arcilloso, pedregoso, mixtos, etc.) y su ubicación en la pendiente.
Los incendios forestales generalmente aumentan la respuesta hidrológica y erosiva de las áreas forestales, lo que conlleva grandes efectos ambientales, humanos, culturales y financieros dentro y fuera del sitio. Las medidas de control de la erosión del suelo posteriores a los incendios son eficaces para mitigar tales respuestas, especialmente a escala de pendiente, pero existe un vacío de conocimiento sobre cuán rentables son estos tratamientos.
La investigación se realizó sobre 63 casos de estudio de campo en España, Estados Unidos, Canadá y Portugal.
La rápida recuperación de una cubierta protectora tras los incendios forestales es clave para la mitigación de la degradación del suelo en áreas sensibles.
Los tratamientos de mitigación de la erosión del suelo se pueden agrupar en tres categorías principales según sus objetivos.
Los tratamientos de mitigación de la erosión del suelo después de un incendio se pueden agrupar en tres categorías principales según sus objetivos:
a.-proporcionar una cubierta protectora del suelo habitualmente denominada mulching,
b.- una barrera física y,
c.- mejorar la recuperación de la vegetación.
La aplicación de cubiertas protectoras es una técnica muy utilizada y ampliamente reconocida como la más eficaz para reducir la erosión El acolchado se realiza con materias primas, en particular pastura natural, rastrojo, cebada, y residuos de madera triturada.
Un segundo tratamiento de estabilización post-incendio comúnmente aplicado es la construcción de barreras físicas que suelen consistir en troncos colocados a lo largo de las curvas de nivel, escombros, ramas de árboles y arbustos quemados, cuyo objetivo es acortar la longitud de los caminos de flujo ininterrumpidos y, reducir la energía de escorrentía y aumentar la infiltración de la escorrentía y la deposición de sedimentos.
La erosión también se puede prevenir mejorando la recuperación de la vegetación, mediante la siembra.
Finalmente, también se han probado mejoradores químicos del suelo como las poliacrilamidas (PAM) en zonas quemadas para mejorar la estructura y estabilidad del suelo, reduciendo así su capacidad de desprendimiento erosivo.
Los impactos de los incendios van a depender de la intensidad, recurrencia y duración del incendio forestal.
Estos efectos pueden ser directos tales como pérdida de animales, pérdida de la vegetación y degradación del suelo.
Conclusión
La erosión del suelo es un proceso natural que opera en equilibrio dinámico con los procesos de formación del suelo. Sin embargo, las tasas de erosión del suelo pueden verse aceleradas por actividades humanas como la eliminación de la vegetación protectora, la alteración del suelo por los cultivos y el aumento excesivo de las pendientes diseñadas.
La erosión del suelo se ve exacerbada por el cambio climático (en particular, precipitaciones más intensas, frecuentes y erosivas). La erosión del suelo y todas las formas de degradación del suelo aumentarán.
Debido a que 95% de los alimentos que consumimos provienen del suelo, la mitigación de la erosión del suelo a través de la aplicación de la Gestión Sostenible del Suelo es fundamental para proteger nuestro suelo y, al mismo tiempo, garantizar un mundo sostenible y seguro desde el punto de vista alimentario.
*El autor es presidente de la Asociación de Parques Nacionales. Experto con intervención en comisiones mundiales de Áreas Protegidas y Educación y Comunicación. Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
Producción y edición: Miguel Títiro - mtitiro@losandes.com.ar