Se hicieron amigos en un trabajo y decidieron juntarse, vestirse de payasos y llevar alegría a los chicos internados en un hospital

Se conocieron en su trabajo controlando el estacionamiento en Tunuyán. Se hicieron amigos y hoy animan fiestas infantiles. Este domingo visitarán a los chicos internados den Hospital Scaravelli y necesitan donaciones.

Se hicieron amigos en un trabajo y decidieron juntarse, vestirse de payasos y llevar alegría a los chicos internados en un hospital
Los payasos buscan llevar alegría a los chicos de Tunuyán.

La vida los cruzó en la zona céntrica de Tunuyán, donde Diego Ariel Bravo y el matrimonio formado por Marcelo Villavicencio y Magaly Castillo se desempeñaban como personal del estacionamiento controlado o tarjeteros.

Una palabra fue llevando a la otra y de pronto Ariel, que tiene 29 años y hoy es vendedor ambulante, se encontró con que tenía dos nuevos amigos. De esos amigos que la vida presenta de manera espontánea y que perduran por siempre.

Solidarios los tres –aunque a ninguno le sobra nada– comenzaron a pensar en disfrazarse de payasos y llevar alegría a los chicos a través de eventos o fiestas infantiles. Y así, muy de a poco, se pusieron en la piel de Pituto, Cafetín y Chapita y comenzaron a actuar con una respuesta rápida y muy positiva. Claro que, además, empezaron a generar un ingreso extra con algo que a los tres les apasiona.

Amigos que se visten de payasos para alegrar a los más chicos.
Amigos que se visten de payasos para alegrar a los más chicos.

“Justamente nuestra misión hoy es recolectar la mayor cantidad de regalos posibles y para eso necesitamos la ayuda de la comunidad”, indicó Cafetín, que lleva ese nombre, justamente, por ser vendedor ambulante de café a bordo de un triciclo fabricado con sus propias manos.

“Tenemos pensado, con aquellos niños que estén en condiciones, hacer una pequeña actuación y dejarles obsequios. Sabemos que no se puede con todos, porque algunos están delicados, pero intentaremos llevarles alegría a los chicos que puedan recibirnos”, indicó, en diálogo con Los Andes, para agregar que ya cuentan con la autorización del director del hospital.

La iniciativa nació a partir de la mujer del grupo, Chapita, cuando se imaginó un Día del Niño triste para los chiquitos internados en ese lugar. Planteó la idea a sus compañeros y el “Sí” fue rotundo.

“Todos pensamos que merecen la misma oportunidad que cualquier otro chico y así fue que nos dirigimos al hospital. Haremos todo lo posible para que sea un lindo día, un lindo recuerdo”, expresó Bravo.

“Dios dispuso que este día sería el ideal para que ellos, al menos, se sientan felices a pesar de su condición, que no es la ideal en ningún caso. De todos modos, muchos niños sí pueden recibirnos, disfrutar un pequeño regalo y una sencilla actuación que no modifique la rutina hospitalaria ni genere ruidos o molestias”, aclaró.

Diego, Marcelo y Magalí se ganan la vida como pueden: vendiendo café, controlando el estacionamiento o con algún emprendimiento. Claro que esta posibilidad de actuar les abrió nuevas puertas y, en esta ocasión, generó una idea alegre y solidaria.

“La colecta busca recaudar juguetes nuevos o usados que estén en buenas condiciones, además de golosinas, es decir, todo lo necesario para regalarles un mimo en su día”, dijo Diego.

Cómo colaborar

Pituto, Chapita y Cafetín, llegarán el 20 de agosto hasta el Scaravelli. Hasta entonces hay tiempo de colaborar y los interesados pueden hacerlo a través del teléfono 2622572899.

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