La situación del humedal Laguna del Viborón (Maipú) es realmente crítica y preocupante. La reserva forma parte del Sistema Leyes-Tulumaya, que incluye distintos espejos de agua y ecosistemas que se extienden entre las zonas rurales de Maipú, Guaymallén y Lavalle; e integra uno de los reservorios de biodiversidad y refugio de aves más importantes del oasis norte de Mendoza. Sin embargo, desde hace ya varios años atraviesa un riesgo crítico de desaparición impulsado por la sequía y la crisis hídrica. Y esta realidad se intensificó durante los últimos meses, a tal punto de que queda apenas un “gran charco” que la mantiene viva.
Por esto mismo es que el grupo autoconvocado “Guardianes Humedal Leyes-Tulumaya” realizarán el próximo domingo (17 de julio) un “Gran Bingo Solidario” con la misión de “salvar a nuestro humedal Laguna del Viborón”. Según explicaron sus organizadores, el objetivo es recaudar fondos que permitan comprar una bomba con paneles solares para mejorar el estado de la laguna. “Por suerte tiene una muy buena impermeabilización. Y si bien la bomba no es la solución definitiva, se seguirá trabajando para conseguir un caudal mínimo ecológico”, destacó la presidenta de la Fundación Cullunche, Jennifer Ibarra. La entidad forma parte de esta flamante agrupación integrada por personas e instituciones preocupadas por la conservación de los humedales. Además de Cullunche, hay vecinos, referentes científicos y socios del Club Cristóbal Colón, entre otros.
El bingo del próximo domingo se realizará en precisamente en el mencionado Club Cristóbal Colón -ubicado a las orillas de la laguna- y comenzará a las 14. El precio del cartón para participar es de 300 pesos y se ha pedido a quienes quieran asistir que lleven su kit de camping (reposera, mesita y mate, por ejemplo), además de una lapicera para poder participar. Los organizadores aclararon que el evento se hará en un espacio cerrado y climatizado, teniendo en cuenta las bajas temperaturas pronosticadas para el fin de semana.
La difícil situación de la Laguna del Viborón
Además de su rol clave para la biodiversidad y el ecosistema, la Laguna del Viborón supo ser también un gran atractivo turístico en sus años de esplendor. Sin embargo, desde hace ya varios meses está prácticamente desaparecida y seca. Los referentes del grupo Guardianes Humedal Leyes-Tulumaya comenzaron a movilizarse ante esta preocupación, ya que trae aparejada no solo la desaparición de especies fundamentales en el lugar (peces y aves), sino además un efecto dominó que ya se evidencia en las otras lagunas contiguas y que dan vida a este importante sistema de humedales (declarado de interés para su conservación por la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial en 2020).
“Es muy triste para nosotros toda esta situación, sobre todo si se compara con lo que era hace 30 años. No pudimos sostener lo que era el lugar y es más triste todavía por lo que le vamos a dejar a las nuevas generaciones”, destacó María Cristina De Huin a Los Andes en una recorrida por el lugar en mayo pasado. La mujer es una histórica pobladora de la zona y es la encargada del Club de Pesca Cristóbal Colón, además de nieta de quien fundó el lugar.
“Hace más de 100 años se mantenía la laguna y toda la biodiversidad del humedal. Pero hoy hay toda una alteración a los sistemas naturales -más allá de la crisis hídrica- que ha llevado a que el año pasado ya tengamos una mortandad importante de carpas (NdA: peces), mientras que los coipos (NdA: un tipo de roedor) también han empezado a mermar y no se los ve. Incluso, las aves que siempre veíamos han desaparecido y no están viniendo a la laguna”, destacó la mujer, quien es parte de una familia que nació y se crió en el lugar. “No queda nada de agua, hay apenas un pocito a la altura del centro que no nos significa ni siquiera para que haya peces”, graficó.
“Los humedales son reservorios de biodiversidad y refugio de aves, permanentes y migratorias. Son generadores, además, del ciclo del agua y todo ese ciclo es importante desde lo turístico y lo económico. Porque todo este sistema está dentro del oasis productivo norte de la provincia. Todo lo que comemos viene de aquí, por lo que la persistencia depende de los humedales. Si esto sigue así, dentro de un tiempo se va a ver resentido lo que comemos también”, advirtió a su turno Jennifer Ibarra.
Ante esta situación, el Gobierno de Mendoza (por medio de la Dirección de Recursos Naturales Renovables) y la Municipalidad de Maipú indicaron que están trabajando en la problemática. La comuna maipucina, por ejemplo, indicó que iniciaría un plan de erradicación de tamarindos, una especie invasora que tiene mucha presencia en el lugar y consume mucha agua.
Un humedal clave
Junto a las lagunas Bombal, La Paloma, Los Álamos y Soria –permanentes- y otras que se forman temporalmente (como son la Montenegro y la Lauriente), la Laguna del Viborón conforma el Sistema de humedales Leyes – Tulumaya. “Antiguamente, en la época de la colonia, era todo un gran humedal donde entraba el sistema Lagunas de Guanacache. Pero con los años se fue secando, en parte por los distintos desvíos de agua que se fueron haciendo y que empezó con lo que es el Río Mendoza”, explicó María Marengo, de la Asamblea Maipucina por el Agua. Desde sus orígenes, este sistema de humedales encontraba su principal vía de mantenimiento en las lluvias. Por esto mismo es que la principal causa para su reducción -y casi desaparición- tiene que ver con el marcado descenso de las precipitaciones.
Ya en octubre del 2020, desde ese grupo autoconvocado se presentó un proyecto para que se cree área natural protegida todo el sistema, algo que tuvo su correlato con la declaración de interés de parte de Ambiente. Sin embargo, la situación se fue agravando con el paso de los años y el avance y la proliferación de la sequía. “Todo se agravó a partir de febrero del 2021, cuando apareció una gran cantidad de peces muertos en la Laguna del Viborón. En ese momento arrancamos con las asambleas de Guaymallén, de Lavalle y de Uspallata con una serie de presentaciones, denuncias y pedidos de informe al Departamento General de Irrigación, a la Municipalidad de Maipú y a la Secretaría de Ambiente. Con todas tuvimos reuniones a lo largo del 2021, pero no hemos tenido soluciones. ¡Al contrario!”, destacó la activista maipucina.
“Si falta agua en una laguna, va a faltar en todas, es un efecto dominó. De hecho, la Laguna Bombal está prácticamente seca, no existe. Ahora la Laguna del Viborón, está al borde de la desaparición, mientras que en La Paloma, el nivel de retracción y la calidad del agua son tremendos. Hemos encontrado hasta mojarritas muertas, que son de los peces más resistentes. Eso tiene que ver con la falta de agua, que genera falta de oxígeno al no renovarse”, cerró Marengo.
Luego de las primeras denuncias y del hallazgo de peces muertos, Irrigación tomó algunas muestras de agua de la laguna con la intención de determinar si había algún agrotóxico o sustancia que hubiese incidido en la situación. Sin embargo, la conclusión fue que no había nada extraño o atípico. Esto significa que es la sequía propiamente dicha la agravó –y sigue agravando- la situación. “El agua de la laguna viene del arroyo Leyes y es muy salina. Al no tener ingreso de otro tipo de aguas, se va afectando en la cantidad y la calidad del agua”, explicó la referente de la Asamblea Maipucina por el Agua.
“En los últimos años cambió hasta el olor del agua, la calidad, el musgo. Antes de la mortandad de las carpas, yo llegaba a ver de 28 a 35 tipos de aves diferentes cada vez que venían. En un relevamiento que hicieron hace ya varios años atrás, se contabilizaron 140 especies de aves que podían fotografiarse en todo el año. Algunas de ellas anidaban en el lugar, otras pasaban y seguían hasta Llancanelo. Había cisnes bebés y hasta flamencos llegaron a verse. Pero si me paro en la laguna ahora, solo se ve teritos reales. Las otras directamente ni están”, destacó también hace unos meses y con nostalgia y preocupación María Cristina De Huin, quien vive desde hace más de 30 años en el lugar.
De acuerdo a los registros con que cuenta la Fundación Cullunche, en los años de mayor esplendor de la Laguna del Viborón abundaron las aves (fijas y migratorias), entre ellas teros reales, cisne de cuello negro y hasta flamencos. “Hubo una biodiversidad tremenda. Pero todo se perdió, no hay nada. Todos los pececitos se murieron, incluso. Contrarrestar esta situación va a estar complicado”, destacó Ibarra, presidenta de Cullunche.
La importancia y el atractivo turístico del lugar han sido tan importantes que el año pasado se filmaron en la Laguna del Viborón algunas escenas de una película con gente que había viajado de Buenos Aires y encontró en el paisaje y el humedal un pintoresco escenario.