“El patrimonio cultural es nuestra memoria y, por lo tanto, nuestra identidad”, grafica Emilse Sosa, investigadora, docente y miembro del Comité de Patrimonio en Mendoza.
Con esa mirada y visto en números, en Mendoza, la memoria y la identidad colectiva están en riesgo. Es que sólo el 24% de los bienes patrimoniales está protegido en la provincia, según el último relevamiento realizado este año por el Área Técnica de Arquitectura de la Dirección de Patrimonio Cultural de Mendoza.
Según describe el reciente informe, de los 3.200 bienes patrimoniales registrados (edificios, jardines históricos, monumentos, museos y esculturas, entre otros) solo 785 están protegidos y están repartidos, en su mayoría, entre el Estado (70%) y el sector privado (19%); es decir, solo un cuarto del patrimonio recibe los cuidados de conservación y preservación que establecen la legislación vigente y los organismos internacionales al respecto.
No solo se trata de bienes provinciales, sino de patrimonios tangibles de rango municipal, nacional e internacional. De hecho, el 75% de los bienes protegidos actualmente pertenecen a jurisdicción nacional y municipal, mientras que apenas el 26% de los bienes que tienen protección patrimonial pertenecen a la Provincia.
En diálogo con Los Andes, Cristina Sonego, la directora de Patrimonio Cultural de Mendoza, reconoció que “lo ideal sería tener más bienes declarados como patrimonio y tener, también, más patrimonios protegidos”.
Según la funcionaria, si bien es la meta de cualquier gestión patrimonial, el número que arrojan las estadísticas “es relativo”, ya que hay bienes patrimoniales que no figuran como “protegidos”, pero que igual lo están. Y ejemplifica: “Los edificios históricos que están adentro del Parque San Martín no tienen declaratoria, pero no se tocan porque están dentro de una zona declarada patrimonio y que sí se protege”.
Y ese cuidado, en un contexto de crisis económica, con una agenda social que se impone como urgente también es un factor que dificultad proyectar la inversión estatal en ese ámbito. Por eso, asegura la funcionaria, son clave “las alianzas con otros sectores de la sociedad”.
Sonego también destacó que la conciencia social para cuidar lo propio es “fundamental” y que muchas veces brilla por su ausencia. “Hay que generar conciencia de cuidar lo nuestro desde una temprana edad. Los actos vandálicos a nuestros monumentos, estén o no declarados y estén o no protegidos, deben ser protegidos también por la propia comunidad”, apuntó.
“No hay presupuesto fijo para invertir en patrimonio”
La Dirección de Patrimonio de Mendoza depende del presupuesto otorgado por la Subsecretaría de Cultura. Su actual titular, Diego Gareca, aclaró que “no hay un presupuesto fijo para conservar y preservar el Patrimonio de Mendoza”, más allá de los costos fijos vinculados a lo administrativo, propio del área patrimonial.
Según explicó Gareca, el presupuesto de Cultura se destina para el funcionamiento de espacios culturales en general, entre ellos, los declarados ‘patrimonios’. El presupuesto específico para patrimonio es administrativo, asegura y agrega que mantener y reparar los espacios culturales “es costoso y permanente”.
Así, lo destinando desde Cultura varía según la urgencia que demanda cada edificio histórico o espacio cultural, sea o no patrimonio, y cubre al Museo Cornelio Moyano, el museo provincial de Bellas Artes - Casa Fader, el ECA, el espacio cultural Julio Le Parc y, el Máximo Arias y el museo Carlos Alonso (Casa Stoppel), entre otros dependientes de la Provincia.
Ante la falta de plata, el subsecretario de Cultura se encuentra armando un proyecto de ley provincial de Mecenazgo (hay varios proyectos similares pululando en la Legislatura provincial, pero ninguno ha sido sancionado aún), que apunte a que el Estado provincial cuente con más herramientas legales para pedir apoyo al sector privado a la hora de “apalancar” los proyectos culturales y patrimoniales más ambiciosos.
La idea es que la ley brinde a los privados beneficios impositivos a cambio de apoyo económico para esos fines. “En el contexto en que estamos es raro conseguir ese apoyo del sector privado para gestiones culturales. Acciones de preservación de patrimonio cultural se están haciendo. El Museo Fader fue uno. Y con la mansión Stoppel estamos al día. En términos patrimoniales y de recuperación estamos al día”, subrayó el funcionario.
Manual de Ordenamiento patrimonial, la prioridad 2024
Los bienes patrimoniales, incluso los ya protegidos, aún representan “un desafío a nivel técnico”, según la titular de la Dirección de Patrimonio en Mendoza, ya que no existe ningún protocolo que unifique los procedimientos de conservación y restauración en todo el territorio provincial. La funcionaria aclaró que un protocolo provincial será clave para “ordenar a museos y espacios patrimoniales que ya están protegidos, pero que necesitan mejoras en las acciones concretas de preservación”.
La titular de esa repartición -a cargo de asesorar, controlar y hacer cumplir las normativas vigentes de conservación y preservación del patrimonio local- anticipó que este año se lanzará la primera guía o protocolo para que se intervenga de forma adecuada a muebles e inmuebles de valor patrimonial en Mendoza.
Formalmente el trabajo se denomina Manual de Ordenamiento Patrimonial y contará con fichas técnicas que orientarán la intervención de cada bien según el caso. La guía incluirá procedimientos técnicos en tareas de conservación preventiva como el traslado de materiales, el de obras de arte y restauración edilicia. Incluso la prevención del tráfico ilícito de bienes de este tipo y establecerá medidas de seguridad.
¿Cómo se protege un patrimonio cultural?
Según Emilse Sosa, docente de la Diplomatura sobre Patrimonio Histórico y Cultural de la UNCuyo, en Mendoza “en general no se cumplen” los principios básicos de conservación y preservación del patrimonio cultural, regidos por normativas provinciales, nacionales e internacionales.
En el caso de los museos y piezas de arte de valor patrimonial es, fundamental, conservarlos de la luz, del grado de humedad y de la temperatura externa (tres principios básicos de conservación). Incluso, según la especialista, los vidrios de un bien patrimonial deben tener un filtro especial que proteja a las obras de arte de los rayos ultra violetas.
El Centro Internacional de Estudios para la Conservación y la Restauración de los Bienes Culturales (Iccrom), una organización intergubernamental que actúa en favor de la conservación del patrimonio cultural, establece principios rectores como el educativo, el de conservación y preservación de los bienes patrimoniales (cuidar que no se rompa o deteriore y si ocurre, arreglarlo), como también de investigación para seguir sabiendo un poco más de ese patrimonio.
“También son necesarios los protocolos de seguridad y de emergencia para tener ese patrimonio protegido”, agrega Sosa, quien asegura que en Mendoza son pocos los museos que están funcionando bajo estas normativas.
La docente universitaria planteó que una dificultad es que algunos museos no tengan un titular a cargo, más allá de la coordinación general de Espacios Culturales que comanda Marcela Lucero a nivel provincial. Sosa señala que es clave que los museos tengan una “cabeza visible” para dirigir, diseñar estrategias de conservación, preservación, investigación e innovación según lo requiere cada bien patrimonial.
“Es un problema muy grande tener instituciones que son acéfalas y casi no están funcionando. Las que mejor funcionan son la Casa Stoppel, el Área fundacional y el Museo de Arte Moderno. Creo que más por gestión municipal que por gestión patrimonial. Nuestro patrimonio en el pasado es mucho y no solo es Vendimia. El turismo es un gran detractor del patrimonio, pero es el único factor que permite, lamentablemente, generar recursos para conservarlo. Hay que gestionar ambos factores como ocurre en otros lugares del mundo”, completó Sosa.