Son moneda corriente las comparaciones entre personas solteras y casadas. Mucho se dice del estilo de vida que se supone tener en cada uno de esos estados civiles. Algunas estadísticas hablan de la soltería como factor positivo de la felicidad, mientras que otras muestran porcentajes más elevados durante el matrimonio. A partir de la soltería o de la vida en pareja, algunos estudios restan o suman años de vida.
Lo que sí es seguro es que las formas de relacionarse han cambiado de un tiempo a esta parte y se encuentran en un proceso de transformación. La idea de matrimonio como pérdida de la libertad es un chiste que aún persiste, pero que cada vez menos se festeja. Las formas de relacionarse en la pareja también cambian y hoy no es raro hablar de “parejas abiertas”.
“Hay algo que está bien claro, que no tiene que ver con estar casado o soltero: tiene que ver con estar solo o no en la vida. Venimos a la vida a compartir; es parte de nuestro software genético. Está estadísticamente probado que las personas que viven solas, aisladas, tienen una tendencia a vivir menos años que las que mantienen vínculos de compañía. Tiene que ver con tener vida social o no. Con una vida agradable, una vida con sentido, disfrutable”, explicó a Los Andes el psicólogo Mauricio Girolamo.
Más vínculos = más felicidad
La investigación más larga de la historia lleva 76 años a la fecha, con 700 personas como muestra, de las cuales ya han fallecido cerca de 400 en Estados Unidos. El estudio busca responder a la pregunta ¿qué hace a las personas más felices? La misma determina que no es el dinero, ni el ser profesional, ni el clima tropical, ni el estar sano o no tener una enfermedad de base. “Tiene que ver con vínculos sociales profundos y duraderos en el tiempo. O sea, que las personas que tienen más vínculos sociales son las más felices y por lo tanto van a tener una vida más plena y más prolongada. Las personas que tienen menos vínculos sociales tienden a tener más reacciones de tipo depresivas y tienden a vivir menos”, detalló Girolamo. Entre eso vínculos, por supuesto, se considera a la pareja como un vínculo social.
Algunos informes comparativos que circulan por los medios comunican que las personas solteras pueden vivir entre 8 y 17 años menos que una casada. Sin embargo, “puede ser una persona altamente sociable que no se encuentra en pareja, con una vida social muy desarrollada. Esas personas, en general, por estadística, tienden a vivir más años que aquellas que viven más aisladamente”, agregó el psicólogo.
A diferencia del pasado, hoy el tema de ser soltero o casado no representa un estigma. Y hay mayor relajación. Ya no pesa ser “la solterona” o “el solterón” y la idea del matrimonio ya no pesa como una imposición.
Hay otro concepto muy importante que está muy relacionado con los millennials. “Están rompiendo los esquemas prototípicos, sobre todo en países más conservadores como el nuestro. Diferente a lo que se traía del ‘sueño de la casa propia’, tienden a buscar menos la propiedad privada, abandonan un poco este criterio. Son más nómades. Y no se trata de que no desarrollen vínculos; pueden generarlos perfectamente pero no consideran las situaciones para toda la vida. Piensan en ciclos. Ciclos laborales, de pareja, etcétera. Y no por eso van a ser menos felices ni van a tener una vida menos longeva”, explicó Girolamo.
“Permiso” para separarse
“Hoy hay más permisos para que la gente que no se siente cómoda en sus vínculos de pareja pueda desarrollar una separación. En generaciones anteriores eso no existía. Entonces podemos pensar que esas personas que la pasaban mal obviamente iban a tener menos chances de sobrevida, como producto de una vida poco agradable en un vínculo no feliz”, comentó el profesional consultado.
“En general, la idea de incondicionalidad en las parejas o en el matrimonio fundamentalmente, hace que las cosas se rompan. Debe cambiarse esa idea por una cuestión de bienestar propio y de la otra persona”, comentó Tomás, de 28 años, que convive hace dos con su pareja.
“Hay mucha más terapia de pareja, han aumentado mucho las consultas porque hay más libertad para buscar soluciones, entre las que se puede proponer la separación. Hay más permiso para eso; se toma con mucho menos peso. Se puede decir que en la vida adulta es el área en la que más crecemos. Ahora, ¿cuánto dura la pareja? Lo que tenga que durar y por eso formamos nuevas parejas y podemos formar todas las que sean necesarias a lo largo de la vida”, apuntó el psicólogo.
Inevitablemente, adoptar nuevas miradas en la formas de relacionarse en la vida puede llevar a mejores índices de bienestar y hasta de salud.
Clara, una nutricionista de 29 años, aporta que según su experiencia en consultorio las personas que llevan un tiempo solteras mantienen una vida más activa físicamente, le dedican más tiempo al cuidado del cuerpo y la imagen que las personas casadas. En tanto, las personas que han experimentado una separación reciente pueden registrar un aumento de peso en general.
“Creo que cuando uno lleva más años de pareja se relaja en el cuidado del cuerpo. Ya no estás pendiente de si tenes pancita o no, algo que cuando estás solo quizás te fijas porque pensás en atraer”, dijo Tomás (29 años), ingeniero.
“La salud no es un problema cuando estás soltero o algo que preocupe, tal vez porque uno se cree inmune o volvés a esa creencia inmadura de inmortalidad”, comentó Ornela, una abogada de 29 años.
“Una diferencia es que alguien soltero puede quizás tener mayor libertad al momento de plantearse proyectos como viajar, emprender, mientras que en pareja eso depende de la intención y los tiempos de otra persona, más si hay hijos donde la economía pesa muchísimo”, sumó Macarena, profesora de educación física, que convive con su novio.