Matilda tiene 6 años y enumera, como jugando, las vitaminas de colores con forma de animalitos que le da su mamá y que deberá tomar durante esa jornada. Serán tres “gomitas” en la mañana y, al final del día, serán siete las pastillas extra que ingerirá porque la “ayudan a mantenerse con energía para enfrentar sus actividades diarias”, según argumentó su madre, la modelo Luciana Salazar.
La escena que se repite cada día en ese hogar porteño, se hizo viral y generó mucha polémica en las redes, tras un video que publicó la propia influencer, fiel seguidora de la medicina y la alimentación ortomolecular.
Ahora bien, ¿los niños necesitan suplementos vitamínicos para estar más fuertes? Consultado sobre este tema, el médico pediatra Daniel Tonelli (Mat. 5574), asegura que no hay nada mejor que el alimento natural: “No hay otra. Los niños no necesitan agregados de ningún tipo de vitamina, salvo que el médico de cabecera se lo indique y, esa toma tampoco debería ser eterna, sino corregir esa deficiencia y volver a una alimentación balanceada. Los niños sanos no necesitan reemplazo o agregados de vitaminas”.
Para Tonelli, existen “varios riesgos” cuando se trata de dosificar suplementos dietarios en la infancia. Por un lado, y desde el aspecto clínico, el pediatra plantea que todo tipo de vitamina o minerales dosificados en exceso es “perjudicial”, más si sustituyen el aporte diario de los lácteos, legumbres, carnes, cereales, frutas o verduras.
Dana Aveni, nutricionista infantil (Mat. 1546), agrega que la premisa fundamental de las Guías Alimentarias es que los nutrientes provengan de los alimentos reales y no industrializados. “Estos contienen no solamente las vitaminas y minerales esenciales sino también la fibra alimentaria y otras sustancias naturales con efecto positivo en la salud de los niños”, aclara.
Según Aveni, los suplementos “pueden ser útiles solo cuando están destinados a completar el requerimiento de un nutriente específico que, por alguna razón, identificada siempre por el equipo médico del niño, no pueda ser cubierta. Bajo ningún concepto pueden reemplazar una alimentación saludable”.
En el caso de las gomitas con Vitamina C o Magnesio que consume la hija de Salazar, los profesionales consultados advierten que “no son golosinas, sino medicamentos”, y que solo sirven para corregir alguna deficiencia puntual en el niño o niña para luego volver a la alimentación variada y saludable.
Según la contó la propia influencer a los medios, se trata de vitaminas que complementarían la dieta denominada Pescetariana, a base de carne de pescado y carnes blancas, que siguen ella y su hija Matilda.
“Se puso de moda esta dieta. Es cierto, el consumo de pescado está bueno, pero sólo eso no alcanza, hay que combinarla con otros alimentos”, explica Tonelli, quien asegura que, de recurrir a una toma diaria y prolongada de vitaminas en la infancia puede generar trastornos e intolerancia digestivos y trastornos a nivel hormonal y diarreas.
Más tierra y menos pantallas
Sin duda, la mejor receta para fortalecer a los niños en sus defensas, según los especialistas, sigue siendo volver a las raíces. Jugar, moverse, comer de todo y hasta rasparse los codos y rodillas. “Los chicos no van a ser más fuertes por las vitaminas. Ellos necesitan comer variado, hacer más ejercicio físico, más vida al aire libre y disminuir el tiempo frente a las pantallas. Hoy los chicos no juegan, no se embarran, no se manchan, no trepan árboles ni se raspan las rodillas. Y todo eso los ayuda a desarrollar el sistema inmunológico”, subraya el médico pediatra.
En esa línea, Patricia Giner, médica naturista con orientación Antroposófica (Mat. 3634), asegura a Los Andes que está en contra, en general, de los suplementos vitamínicos, hoy tan en boga. Ya sea para los más grandes y, sobre todo, para los pequeños. “Los niños se tienen que ensuciar y estar en contacto con la tierra”, dice.
“Los niños no se tocan. Esa es la ley de protección a la infancia. La alimentación tiene que ver con esa protección. Y no quiero cerrarme. Porque hay chicos que son vegetarianos, pero sus padres encuentran en la alimentación natural, sin suplementos de ningún tipo, toda la energía suficiente como para que su hijo pueda escalar el Aconcagua”, ejemplifica.
La experta en medicina natural señala que incluso en los adultos, ninguna toma, de hierbas naturales o suplementos debería realizarse sin previo análisis clínico, o sin ser supervisado por un profesional.
Es que según destaca la especialista con más de 40 años en salud integral, el proyecto de vida es un pilar de cuatro patas y se basa en los siguientes conceptos: cultivar el buen pensamiento en los niños; cultivar el calor/ amor en los niños para desarrollar bien su estructura metabólica y su sistema rítmico; fomentar una buena alimentación sin suplementos ni hierbas naturales adiciones y, por supuesto, actividad física.
Tanto para Giner como para Tonelli, dosificarle vitaminas a un niño, por más que tengan forma de animalitos y vengan en presentaciones amigables, tienen otro riesgo: el psicológico.
“Además del riesgo en la salud física, le hacen un daño en la psiquis del niño porque cree que si no tiene esa pastilla no va a poder vivir. Esa nena con seis no tiene capacidad de discernir. El día que le falte eso se va a sentirse angustiada y mal. Y de grande la historia se repite y lo más probable que continúe tomando pastillas”, explica Tonelli, a lo que la médica naturista agrega, crítica: “les enseñan a ser adictos desde chicos”.
Redes sociales y “suplementomanía”
Giner nota una “fiebre” en los últimos tiempos con respecto a los suplementos vitamínicos, a tal punto, que llega a considerar esa demanda como un fenómeno social, incluso, con cierto sesgo patológico. “Hay una suplementomanía, es como que se ha convertido en una obsesión para muchos complementar con vitaminas o minerales su alimentación. Ya es patológico y preocupa”, dice.
La también socióloga asegura que caló hondo el contenido que ofrecen las redes sociales con información sobre lo que se supone es una “vida saludable”. Una parte de esa información es buena, admite, porque “han instalado cosas muy beneficiosas y es una comunicación muy rápida”, también advierte que el influencer (siempre es online, por definición) no va a estar pendiente ni seguirá de cerca los efectos de cada hábito, alimento o suplemento que incorporemos a nuestra vida diaria.
“En realidad, –agrega Giner– nuestro organismo está preparado para reconocer sustancias naturales y cuando uno tiene un pensamiento bien dirigido, direccionado, y tiene el suficiente calor/amor en su vida, con alimentación saludable, digamos que está bien; la naturaleza brinda todo lo que uno necesita”.
En el caso de que el cuerpo del adulto (no del niño, aclaró la médica) presente insuficiencias, éstas pueden ser asistidas con algún suplemento natural de vitaminas o minerales. Pero bajo ciertas condiciones, aclara Giner.
“El suplemento vitamínico es necesario en algunos casos, pero siempre tiene que estar autorizado y supervisado por un médico. Si vos saturás de complementos alimenticios a tu hígado, que es un órgano re frágil, el cuerpo lo desecha como toxina. De hecho, como tiene que ver con el sistema inmunológico, si hay exceso allí, hay defecto. El hígado es la “cocina” del organismo y es el órgano de la voluntad. Cuando está saturado, después la persona quiere, pero no puede hacer las cosas que quiere”, afirma.
En su sitio oficial, la Anmat, el organismo que autoriza la comercialización de productos vinculados a la salud de las personas, define a los suplementos dietarios como “productos especialmente formulados y destinados a suplementar la incorporación de nutrientes en la dieta de personas sanas, que presentan necesidades dietarias básicas no satisfechas o mayores a las habituales. Contienen algunos de los siguientes nutrientes: proteínas, lípidos, aminoácidos, glúcidos o carbohidratos, vitaminas, minerales, fibra dietaria y hierbas”
Sin embargo, la entidad nacional advierte: “Es necesario destacar que una dieta completa y equilibrada debe proveer todos los nutrientes necesarios para el mantenimiento de las funciones fisiológicas del organismo. Por lo tanto, un suplemento dietario sólo deberá consumirse en determinadas circunstancias”.
Suplementos: qué pasa en los consultorios mendocinos
En general, los expertos en salud e infancia aseguran que es extraño encontrar niños con los hábitos de la Matilda Salazar. Sí, aclaran que, el hierro, en los niños, y la demanda de magnesio, en los adultos, suele ser lo que más se demanda en los consultorios.
En el caso del pediatra Daniel Tonelli, la deficiencia de hierro es lo que más se nota, asegura. “Entonces, después de haber visto resultados, le damos suplemento y el niño se medica por un tiempo. Pero no es algo frecuente. La vitamina C puedo llegar a recomendarla para el invierno. No es una golosina, por más que vengan en forma de animalitos. Ahora vienen las gomitas con Zinc, Calcio y Vitamina C. Se les puede dar, pero tiene que estar prescripto por un médico. Los mocos no se van a ir por comer gomitas. Si no es necesario, puede ser un placebo y las terminan eliminando por la orina”, explica.
Patricia Giner señala que lo más demandado es el magnesio. “Hay obsesión por el magnesio, hay 500 tipos de magnesio en venta. Siempre hubo magnesio en la naturaleza. Pero a nivel suplemento debe ser supervisado por un médico clínico y especializado en nutrición”, agrega la médica natural y antroposófica.
Una de las consultas recurrentes que ve la nutricionista infantil Dana Aveni es por las deficiencias en los niños que surgen de la llamada “Neofobia” o “selectividad alimentaria”, entendida como el rechazo de los nuevos alimentos que se quieren incorporar. “En este sentido, además de trabajar con el niño abordamos la dinámica familiar para modificar, en forma gradual y empática hábitos de alimentación, compras, tipos de cocción, etcétera Cultivar una relación sana con la comida desde temprana edad contribuye al bienestar general del niño”, concluye.