Un sismo de magnitud 5.1 ocurrió esta madrugada en Chile, en la zona de la región de Coquimbo, y llegó a percibirse en Mendoza y San Juan, según lo informado por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres).
El movimiento telúrico se detectó a las 4.34 de este lunes, a una profundidad de 58 km, con epicentro 53 km al noroeste de Coquimbo, 373 km al noroeste de San Juan y 454 km al noroeste de Mendoza.
Las intensidades en Escala de Mercalli fueron:
Ciudad de Mendoza y Ciudad de San Juan
II a II: sentido levemente por algunas personas en reposo o en edificios
Rodeo y Calingasta, San Juan
III: lo percibieron algunas personas en reposo
Región de Atacama
Freirina: III
Vallenar: III
Huasco: III
Región de Coquimbo
La Serena: V
La Higuera: IV
Punitaqui: IV
Río Hurtado: IV
Monte Patria: III
Ovalle: III
Andacollo: III
Vicuña: III
CUÁL ES LA DIFERENCIA ENTRE TERREMOTO, TEMBLOR Y SISMO
Las palabras “temblor” y “terremoto” provienen del latín y significan “movimiento o sacudida de tierra”, al igual que “sismo/seísmo”, que proviene del griego. Es por este motivo que los tres términos pueden ser utilizados como sinónimos.
Sin embargo, cualquiera de los tres términos implican descripciones y categorías diferentes a los fines prácticos: los especialistas remarcan que cualquier evento sobre 7.5 de magnitud es llamado terremoto, mientras que sobre 4.0 lo llamamos sismo o temblor (el de este lunes 6 de marzo, por ejemplo).
Otro matiz para sumar al debate: un temblor es el sacudimiento del suelo que produce susto, pero no genera daño estructural. En tanto, un terremoto es el movimiento que produce el colapso de viviendas y pérdidas humanas (mayor daño, desde el punto de vista social y de experiencia).
CÓMO HAY QUE REFERIRSE A LOS SISMOS
Un error bastante común es referirse a los sismos en función de “grados en la escala de Richter”.
En realidad, la escala se dejó de utilizar en 1986. Lo que se usa ahora es, simplemente, “magnitud” para referirse a eventos telúricos actuales.
Entonces se considera incorrecto decir que un sismo “fue de 6.5 grados en la Escala de Richter”, empleando el término grado para expresar la magnitud, cuando esa unidad o término es propia de la medida de intensidades en la escala de Mercalli, en la que no existen valores decimales. En este último caso, la intensidad de un terremoto no está totalmente determinada por su magnitud, sino que se basa en sus consecuencias, empíricamente observadas.
¿Qué se debe decir? Pues “el sismo tuvo una magnitud de 5.1″, por ejemplo.