Hace 9 meses, Bianca Martina Dávila Semino (14), quien vive en Las Heras, cayó de la moto en la que circulaba junto a una amiga y, como consecuencia del accidente, se golpeó en una de sus piernas. En un principio, aparentaba ser un simple golpe. De hecho, eso fue lo que le dijeron a su madre y a su padre cuando, en distintas oportunidades y en aquel momento, la llevaron para ser revisada en dos clínicas distintas y por distintos médicos.
Este diagnóstico repetido y a cargo de diferentes profesionales dejó tranquilos a Marti (a la niña la llaman por su segundo nombre) y a su familia. Tanto que siguieron con sus vidas normales y rutinarias. Y el 13 de noviembre pasado, Marti, su madre -Diana- y los dos hermanitos de la niña viajaron a Estados Unidos.
“El 17 de febrero, Martina cumple 15 años. Y la madre había ahorrado desde hacía años para poder llevarla a Disney para festejar los 15, por eso viajaron”, cuenta la abuela de Martina, Mabel Fortugno (55) a Los Andes. Sin embargo, lo que debía ser un viaje de disfrute para la niña, sus hermanitos y su madre se convirtió en una verdadera pesadilla.
Porque, a raíz de que el dolor en su pierna nunca desapareció del todo, a Martina la revisaron en una clínica de Miami hace unos días. Y allí, 9 meses después de la caída, confirmaron que la secuela no había sido un simple golpe, sino más bien algo mucho más complicado y crítico.
“Mi nieta seguía con dolor, por lo que mi hija la llevó a un hospital. Allí la revisaron y vieron que era algo complicado, por lo que quedó internada. Le hicieron estudios, una biopsia y le dijeron que le iban a entregar los resultados el viernes (por hoy). Pero el lunes llamaron por teléfono de urgencia a mi hija para decirle que Martina tenía que volver, porque tenía un cáncer de hueso y que se había generado por el golpe”, agrega desde Las Heras, Mabel, con la voz entrecortada por la angustia y la tristeza, no solo de la situación, sino de los miles de kilómetros que la separan a ella de su nieta.
Para peor, el panorama no es demasiado alentador, ya que los médicos advirtieron “tres puntitos” que se ven en la imagen de los pulmones de Marti. “No saben si es metástasis o qué. Salió el jueves del quirófano y allí mismo le pusieron el catéter para empezar con la quimioterapia en ese instante”, repasa Mabel.
La mujer necesita viajar a Estados Unidos, no solo para acompañar a su nieta -quien sigue internada en estado delicado y ya inició el tratamiento oncológico-, sino también para estar junto a su hija. Porque Diana está sola, con sus tres hijos, y necesita de la ayuda y compañía de su madre.
“Le pido a Dios poder estar. Anoche estuve en una videollamada con mi nieta y ella me decía, llorando: ‘¡Abu, vení, te necesito, te necesito!’ Me partía el alma, y yo trataba de contenerme y no llorar delante de ella. Pero no me puedo sacar de la cabeza ese ‘¡Abu vení, te necesito!’”, destaca, entre lágrimas, la mujer.
EL ACCIDENTE
En abril del año pasado, Martina viajaba en moto y como acompañante de una amiga, que era quien guiaba el rodado. Al llegar a una esquina, la moto derrapó y perdió estabilidad, por lo que ambas ocupantes cayeron sobre la calzada. En la caída, Marti se golpeó una de sus piernas.
“Todos los médicos que la revisaron dijeron que había sido un golpe estúpido, que no se había lastimado ni nada. Yo la llevé un día a la clínica por los dolores y me dijeron que era producto del golpe. De hecho, le recetaron Tafirol, Diclofenac y nos dijeron que se pusiera hielo. Después, por su parte, el papá de mi nieta la llevó a otra clínica -porque el dolor no se iba- y le dijeron lo mismo. Y también mi hija la llevó y le hicieron una radiografía, pero no le vieron nada”, rememora Mabel sobre los días posteriores al accidente.
Los meses pasaron, Martina y su familia siguieron con sus vidas rutinarias, aunque a la niña nunca se le fue del todo el dolor. No obstante, los médicos nunca identificaron ninguna anomalía en la zona del golpe.
EL SUEÑO DE LOS 15 AÑOS QUE SE VOLVIÓ PESADILLA
El tiempo pasó, la familia siguió su vida y sus actividades con normalidad y la mamá de Martina, con un esfuerzo sobrehumano, logró ahorrar el dinero suficiente para viajar a Estados Unidos junto a sus 3 hijos y poder celebrar los 15 de la niña en Disney. Y al país norteamericano llegaron hace dos meses. Pero ese viaje soñado no tardó en convertirse en uno de terror.
Porque esta semana, luego de un nuevo chequeo médico, le confirmaron a la niña que tenía un osteosarcoma (cáncer de hueso), y que se había generado a raíz del golpe cuando cayó de la moto.
Actualmente, y mientras su hija permanece internada y en observación, la madre de Martina está viviendo en la casa de unos parientes que están en Miami. Para poder solventar los gastos de internación y de su vida allí, Diana comenzó a trabajar en el servicio doméstico, mientras que a sus otros hijos (Victoria, de 9 años, y Julián, de 8) los cuidan estos parientes, cuando pueden. Pero hay días en que Diana tiene que ir a trabajar con ellos.
URGENTE REENCUENTRO CON SU NIETA
Mabel trabaja como celadora en la escuela Alfredo Bufano y está en plena campaña para poder viajar a Estados Unidos a acompañar a su nieta, así como también a ayudar a su hija, Diana. “Ella está sola, no solo cuidando a Martina, sino también a sus otros dos hijos. Y Victoria tiene TEA, por lo que no puede sola con todo. Por eso necesito ir cuanto antes”, explica la mujer.
Sus compañeros de trabajo en esa escuela de la Ciudad de Mendoza hicieron una colecta para que Mabel pudiera tramitar el pasaporte, trámite que ya cumplió. Pero ese es solo el primer paso. Porque la abuela de Martina tiene que viajar a Buenos Aires para tramitar la visa que le permita ingresar a Estados Unidos (cuesta 180 dólares). Y, en caso de que le entreguen esta documentación -obligatoria para ingresar a Estados Unidos-, luego deberá costear los aéreos hacia el país del norte.
Por esto mismo es que, apelando a la solidaridad de la gente, Mabel Fortugno ha abierto una cuenta bancaria con la idea de que, quien pueda o quiera, colabore económicamente para recolectar el dinero necesario.
El número de cuenta es 35766060818483, a nombre de Mabel Noemí Fortugno (CUIL 27206628729). El CBU para depositar es 0110606630060608184833 (alias cancha.foco.frio).
“Todo con lo que la gente pueda ayudar es más que bien recibido. Dinero, oraciones, fuerzas, todo sirve. Yo necesito estar allá cuanto antes, mi hija me necesita para ayer allá con ella”, cierra la mujer.