Hace 35 años, cuando Silvia Favaro quedó embarazada de su primer hijo –por entonces vivía en Canadá junto a su esposo-, le diagnosticaron esclerosis múltiple. A partir de ese momento, los síntomas comenzaron a evidenciarse cada vez más, de la misma manera en que las secuelas se fueron haciendo más notorias. Actualmente, con 61 años, Silvia es una destacada pintora que, con el pincel en su boca, ha realizado casi 80 pinturas (desde 2015).
Y aunque su especialidad son los paisajes y algunos animales, uno de sus cuadros más famosos es el que pintó en 2021 luego de la consagración de la Selección Argentina como campeona de la Copa América en Brasil. “Desde hacía tiempo mi hijo me pedía que lo pintara a Lionel Messi, que me animara. Pero al ser una figura tan pública, me parecía sumamente complicado. Hasta que me decidí y la hice, después de que Argentina ganó la Copa América. Arranqué y me salió linda, hicieron todo un video con cómo fue todo el proceso”, rememora Silvia a Los Andes desde su casa en el barrio Reconquista (Las Heras).
La historia de vida de la artista y ese primer retrato de Messi besando la Copa América mientras la sujetaba entre sus manos llegó a oídos de la gente de TyC Sports. Y cuando desde el canal viajaron a Mendoza para cubrir la final de la Copa Argentina 2022 entre Patronato y Talleres de Córdoba, entrevistaron a Silvia. Y, según sus propias palabras, en ese momento se produjo el “boom”.
“Me llamaron de todos lados, el retrato de Messi dio la vuelta por todo el país y lo conocieron en todos los rincones. Todos hablaban de la artista que había pintado a Messi con la boca, y yo que pinto más paisajes y algunos animales, pero no hago retratos”, agrega la mujer, quien dijo que buscó una imagen que la favoreciera al momento de poder replicarla en su obra.
Y si luego de la Copa América, Silvia Favaro le hizo un merecido homenaje al mejor futbolista del mundo, ¡imposible no repetirlo luego de que Lionel Messi comandara a Argentina a ganar la Copa del Mundo en Qatar el año pasado!
“Cuando me hicieron el reportaje en el canal, me preguntaron qué le diría a Messi. Y yo dije que él era un orgullo, un ejemplo y que se quedara tranquilo, porque iba a salir campeón del mundo. Pero eso no lo pusieron. Yo no entiendo el mundo del futbol y no sabía que era todo tan cabulero, si hasta en ese momento mi hijo me miraba para que no dijera que íbamos a ser campeones. Entonces, cuando salimos campeones del mundo, me dije ‘Lo tengo que hacer, pero con la Copa del mundo’”, repasa la artista.
El sueño: regalarle los retratos a Messi
Después de la gloria celeste y blanca en el Mundial de Qatar, una vez más, Silvia buscó una fotografía de Messi con la copa. Eligió aquella donde se ve al 10 riendo de perfil, con el trofeo a su lado, y comenzó a darle rienda suelta a su talento.
“Lo empecé y dije: ‘si sale bien, se lo cuento a los demás. Si no, no digo nada’. Por suerte me salió linda también y pude exponerlo. Pero lo hice como sorpresa”, cuenta la artista. Y aclara que, en total, completar la pintura le tomó cerca de un mes.
Los dos retratos de Messi, así como también otras tantas obras de Silvia Favaro, están expuestos por estos días en la sala de arte de Blas Shopping (Lincoln 277, Villa Nueva, Guaymallén). Se pueden visitar de lunes a viernes, de 8 a 19 y con entrada libre y gratuita hasta el 12 de julio.
Pero Silvia no se conforma con haber podido homenajear a Lionel Messi con dos retratos y donde se lo ve posando con 2 de las 3 copas que ganó en los últimos 2 años con la Selección Argentina. Porque la artista, quien antes se graduó como profesora de Matemática y Física, se ilusiona con que sus dos obras puedan llegar a manos del capitán argentino.
“Voy a pedir autorización a la Asociación de Pintores de Boca y Pie para regalarle las obras a Messi. Me encantaría que le llegue a sus manos y que sepa que una artista de Mendoza lo pintó con su boca. Imagino que, como Maradona, él tendrá su propio museo alguna vez. Y sería un honor que, entre millones de pinturas que le puedan llegar, tenga las dos mías. Es impresionante lo que genera Messi y yo soy solo un granito de arena del mar que es el mundo”, sueña en voz alta.
Cada uno de los retratos de Leo tiene su propio nombre, y es algo que la propia Silvia Favaro explica en sus palabras, y como parte de todo el proceso creativo.
“Al primer cuadro lo bauticé como ‘Sin límites’, y es un nombre basado en su propia historia personal. Porque Messi, a pesar de sus dificultades, nunca bajó los brazos y no se puso límites. Y así llegó donde llegó y consiguió lo que consiguió”, describe sobre su primer trabajo.
“La segunda pintura se llama ‘Sueño cumplido’. Y es que no solo que Messi no tuvo límites, sino que pudo ir más allá y cumplir su sueño. Todas las personas podemos hacer eso, llegar más allá de lo que creemos. Y se puede ir un poco más allá todos los días y cumplir los sueños”, agrega.
Una historia de resiliencia y superación diaria
Cuando Silvia Favaro tenía 25 años, se fue a vivir con su esposo –Marcelo- a Canadá. Allí nació su primer hijo, Adriano (quien hoy tiene 35 años) y allí le confirmaron su segundo embarazo, el de Marianela (33 años actualmente). Silvia estuvo 4 años, y regresó a Mendoza en pleno embarazo de Marianela –ya tenía el diagnóstico de esclerosis múltiple confirmado-. Marcelo, en tanto, se quedó dos años más.
Antes de irse a Canadá, Silvia ejerció como profesora de Matemáticas y Física, precisamente la carrera que había estudiado en Mendoza. En Canadá, en tanto, el matrimonio (aunque, principalmente Marcelo) se dedicó a la construcción. Pero cuando la mendocina regresó a su tierra natal con sus hijos, el avance de la enfermedad la llevó a dedicarse plenamente a la crianza de los niños y a la rehabilitación constante. Dos años después regresó Marcelo.
“Siempre estuve completando tareas de rehabilitación, primero domiciliaria y después fui a instituciones. Así fue como, en 2014, llegué a AMEM (Asociación Mendocina de Esclerosis Múltiple). Estando allí participé de distintas tareas, talleres y terapias de rehabilitación. Lo bueno es que en el lugar no se abarca a la patología desde una sola visión, sino que es interdisciplinaria”, repasa Silvia.
Fue en ese momento cuando, tal vez sin percatarse, comenzó a asomar la veta artística de la profesora. Y es que, entre tantos talleres, había uno de pintura y que estimulaba la práctica de hacerlo con la boca –dado que, con la esclerosis múltiple, comienzan a degenerarse las manos y otras extremidades-. Sin embargo, entre los planes de Silvia no estaba el de iniciarse en la pintura.
“Estaban creando un taller de pintura a la mañana y necesitaban un cupo específico de personas para poder abrirlo. Yo no quería saber nada, nunca en mi vida había pintado y empecé a buscar excusas. Pero se las ingeniaron para darle soluciones a esas excusas y me terminé diciendo a mí misma que no podía ser tan mala, porque solamente les faltaba una persona para poder abrir el taller”, recapitula.
Así fue como, en 2015, Silvia Favaro dio sus primeras pinceladas (literalmente), y conoció un mundo del que jamás se iría ni se irá. Primero, practicó el completar algunos trazos con su pincel –siempre en la boca- sobre una superficie; luego fue el momento de copiar una imagen.
“Así empecé. La primera imagen que copié, recuerdo que me salió simplemente. El segundo estuvo un poco mejor y, así, sucesivamente. Fue, desde el primer momento, un desafío día a día”, sigue Silvia.
Ya en 2016 la mujer conoció y se sumó a la Asociación Mendocina de Pintores con Boca y Pie y se sumó a exposiciones de otros artistas locales. También ese año fue que presentó todos los papeles y documentación necesaria para aspirar a una beca internacional que otorga Suiza a artistas que trabajan con esta metodología.
“En 2017 me becaron por primera vez. La beca consiste en la entrega de un determinado monto de dinero mensual para que una pueda tener su propio sustento, además de tener ingresos para comprar elementos necesarios de pintura y pagar al profesor o los cursos de pintura”, resume la artista mendocina. La única condición es enviar los registros de –al menos- 15 pinturas realizadas cada 3 años.
Hasta el momento, Silvia Favaro ha realizado casi 80 pinturas y ha logrado renovar la beca en dos oportunidades. Por cada uno de sus trabajos, dependiendo el motivo y la complejidad, la artista se toma cerca de un mes, aunque ello implica estar 2 o 3 horas trabajando cada tarde –no todas las tardes, aclara-.
En cuanto a la técnica, Silvia Favaro pinta con óleo, y lo hace sobre papel telado. Se trata de un papel que tiene cierto gramaje y porosidad, lo que le permite armar la pintura sin tantas capas.
“He llorado un montón de veces puertas adentro, es algo complicado. Hay veces en que la vida se te manifiesta de una manera muy complicada. Pero si uno se detiene un poquito y toma distancia del problema, puede ver que puede salir adelante, superarse y luchar por algo más, a pesar de tener ciertas limitaciones”, reflexiona, en voz alta, Silvia casi al cierre de la charla.
“En mi caso, esas limitaciones son insuperables. Sé que no voy a salir corriendo ni me voy a mover, pero puedo seguir superándome, hacer cosas nuevas y salir adelante. La idea es no autolimitarse, no quedarse estancado. Y entender que eso que hacés todos los días, lo podés hacer un poquito mejor día a día, incluso sin tener grandes talentos o dones. Es simplemente intentar hacer algo mejor, que te supere y haga sentir mejor. Sacarse el ‘no puedo’ de la cabeza”, concluye.