El tollo cigarro, o “Isistius brasiliensis”, es un temible tiburón que habita en las aguas el triángulo de las Bermudas.
A pesar de ser un animal relativamente pequeño –mide entre 10 y 50 centímetros- es el responsable de devorar ejemplares mucho más grandes que él, como ballenas, atunes, delfines, focas, otros tiburones. Incluso hay reportes que este habitante de los mares se ha aventurado a atacar submarinos.
El tiburón es uno de los de menor tamaño, entre 10 y 50 cm de longitud. Pasa el día a una gran profundidad, hasta 3.600 metros, y de noche sube a la superficie para alimentarse.
Según lo detalla Clarín, el tollo cigarro tiene unos aserrados dientes en forma circular con los que desgarra un pedazo redondo de carne de su víctima y deja una marca de unos 5 cm de diámetro y 7 cm de profundidad.
El ejemplar está cubierto de fotóforos productores de luz en su parte inferior con los que brilla en la oscuridad. Al emitir ese destello otros especímenes se aproximan al tiburón y el ejemplar aprovechan este momento para atacar a sus víctimas.
El mismo diario indica que en la década de 1970, varios submarinos de la Marina de EE.UU. se vieron obligados a regresar a sus bases para reparar los daños causados por mordeduras del tiburón en las cubiertas de neopreno de las cúpulas de sus sonares y dejaba en tilt a las naves.
Esta situación la solucionaron a través de la instalación de cubiertas de fibra de vidrio sobre las de neopreno.