Los más de 70 mm que se acumularon, sumados al granizo, provocaron caída de árboles y postes. Calles y cientos de casas quedaron anegadas y un chico de 14 años murió ahogado.
Sin descanso, Matías trabajó durante todo el viernes sacando agua de su casa en Las Heras. Este fue el departamento más afectado luego del temporal.
Otra familia lasherina toma un descanso antes de continuar. Durante toda la noche del jueves y madrugada del viernes ni siquiera pudieron dormir para secar su humilde vivienda.
Carmen Fernández tiene 35 años. Vive en una vivienda humilde de Las Heras, que a duras penas se puede mantener en pie, y le faltaban fuerzas en sus manos para sacar baldes y baldes de agua.
Casas inundadas, techos en peligro de derrumbe, mercadería y pertenencias destruidas fueron algunas de las situaciones angustiantes que marcaron el día después de la tormenta.
Triste final: dos perros murieron ahogados en la patio de una casa al no poder escapar de la inundación.
En Las Heras se derrumbó parte de una calle lindante con en el zanjón de Los Ciruelos.
Eduardo, junto a su padre Rafael Solorsa y Erica Pereira, ya piensan en cómo reinventarse luego de haber perdido sus pocas pertenencias con la lluvia y el granizo.
La angustia de Eduardo y Erica con las postales del día después del temporal.
Eduardo se hizo cargo de recuperar la ropa de su padre, quien se maneja en silla de ruedas y -con impotencia- observaba y sufría con las secuelas del temporal.
Pérdidas de todo tipo: Érica Pereira y su hijo de apenas 7 meses, perdieron hasta colchón con la inundación.
En el hospital Gahilac. la intensidad de la lluvia derivó en la rotura de techos de algunos sectores de los pabellones de internación geriátrica.
En los baños del Hospital Gailhac (en El Algarrobal) las consecuencias y los daños también fueron notorios.
A la delicada situación por la pandemia de coronavirus, se sumó en el Hospital Gahilac la emergencia por los daños considerables de la tormenta.
Profesionales de la salud del hospital de El Algarrobal redoblaron sus esfuerzos el viernes para reacondicionar los sectores afectados.
Nerina, en el trajín de ordenar y sacar la gran cantidad de agua y barro que quedó dentro de su vivienda en el barrio Ujemvi (Las Heras).
En Las Heras hubo -al menos- 80 viviendas anegadas, 40 derrumbes parciales y
totales, 13 desbordes cloacales, 50 árboles y ramas caídas y 31 postes de luz caídos; entre otros daños.
Las postales en algunas calles (como en este caso, del barrio Ujemvi) se asemejaron a las de una película apocalíptica.
Un combo peligroso: a la lluvia se le sumó la basura en calles y cauces, lo que contribuyó a las inundaciones y a la suciedad que luego quedó en la vía pública.
El granizo hizo que las hojas de todos los árboles cayeran sobre veredas y jardines, dejando todo cubierto.
Todo vale para recuperar: Nerina y María, subieron los colchones a la mesa para evitar que se mojen con el agua que se acumuló en el suelo de su vivienda.
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